Invitado por el Comité de Defensa por la República (CDR) de Malgrat de Mar (Barcelona), el politólogo y catedrático emérito de Ciencia Política, Ramón Cotarelo, impartió la conferencia: “Neofranquismo y República Catalana”.

Dentro de la campaña de protesta por los dos “malgratencs” encausados en la protesta que rodeó el Parlament de Catalunya el 30 de enero de 2018, el pasado sábado 26 de mayo tuvo lugar la conferencia de Ramón Cotarelo ante un público que llenaba el parque de Can Campassol del citado municipio costero de la comarca del Maresme.

Ramón Cotarelo habla sin ambages, sin concesiones a lo políticamente correcto, pero ¿tiene las ideas claras el profesor?

“Ideas claras no. Las ideas son una forma de reaccionar ante el mundo hostil en que vivimos. Las ideas son un torbellino y cambiantes como los procesos que no dependen de nosotros. Lo que tenemos que tener claro, son los principios, así la ideas funcionaran”.

“VOY A SER UN CIUDADANO CATALÁN”

 Antes de comenzar la conferencia, con preámbulos ciertamente jocosos de los que citaremos alguna muestra, Ramón Cotarelo nos dio una noticia:

“Me he venido a vivir aquí. Dentro de poco tendrán que aumentar el censo en cuatro personas, de las cuales, dos, tienen derecho a voto, y vamos a ejercerlo. No sólo anuncio que voy a votar, sino que les diré qué voy a votar: Una lista única. Una vez que esa lista única haya construido una República Catalana Independiente, ya luego nos pegamos. Cada cual con su lista auténtica, la del proletariado, la burguesía, la aristocracia…, y fíjense, estoy seguro, como somos un pueblo civilizado, abierto y tolerante, seguro que habrá un partido español compuesto por españoles que quieran volver a la “madre patria”.

Esto que podía molestar a los que se sienten españoles y catalanes o viceversa, lo completó Cotarelo con ejemplos históricos, no faltos de gracia,  ante un público ya convencido que celebraba cada ocurrencia del emérito profesor con aplausos y risas.

“Volver a la “madre patria”, con la misma eficacia que ese hipotético partido español ha conseguido para que las antiguas colonias españolas, hoy repúblicas hispanoamericanas, quieran volver a España. Hasta las últimas en marcharse, se marcharon tan poco a poco, que en el caso de Guinea no alcanzó la independencia por su cuenta, los empujó Franco, que seguro que ya tenía unos negocios planeados allí. Hasta esos, que hubo que empujarlos, ahora se están haciendo franceses”.

DERECHO A TENER DERECHO

 “Si se respetara el derecho intrínseco de la gente a plantear cuestiones y estas tuvieran cumplida y razonable respuesta, no se necesitarían actos como este”, dijo Cotarelo, para añadir:

“Cuando dos millones y sesenta personas dicen que quieren una república independiente, pues 24 horas después tendría que haber dicha república, y no una pandilla de cernícalos quitando cruces amarillas por las playas. Defendemos el derecho a asistir, es una lucha por nuestra supervivencia. Por el derecho a contrastar libremente nuestras opiniones con las de los adversarios, con el convencimiento que la verdad prevalecerá sobre el error. Y que la aceptación democrática de la que tenga la mayoría de apoyos, será la que finalmente se imponga, y que esperamos que sea la nuestra, que por eso la defendemos. No se pretende que cualquier manifestación iconográfica, de color, etc., de cualquier autoridad o mandato divino se imponga. Defendemos el derecho a poder debatir libre y pacíficamente entre opiniones encontradas y elegir los mecanismos de decisión que orienten la acción colectiva. Y nada más, eso es lo que nos moviliza, no es ninguna otra cosa. Como dijo el sabio: “El derecho a tener derechos”.

¿Pero necesita el proceso una ampliación de su base social? Cotarelo lo tiene claro: “Los que tienen que ampliar su base social, son los que en el Parlement son minoría, a mí ya me basta con lo que tenemos ahora”.

LO QUE LES MOLESTA NO SON LOS LAZOS AMARILLOS, SOMOS NOSOTROS

Para Ramón Cotarelo las prioridades del proceso están claras, y son la lucha por la libertad de los presos políticos catalanes:

“Los lazos amarillos nos recuerdan que tenemos gente en las cárceles, en el exilio, que tenemos embargados. Esa debe ser nuestra primera preocupación cotidiana. Porque por nuestro mandato se encuentran en esas circunstancias”. En este punto el conferenciante presentó a los políticos catalanes como ejemplo ético ante un mandato electoral de sus conciudadanos. Aunque entre las propias filas del independentismo no está muy clara la actuación del presidente Carles Puigdemont, para Cotarelo fue crucial su exilio para internacionalizar el proceso. Pero continuó sobre la simbología de los lazos amarillos y nos dio noticia sobre las acciones para enfrentarse a las medidas represivas contra esa simbología.

“Que nadie se equivoque, lo que le molesta no son los lazos amarillos, somos nosotros. Y les anuncio que hay un colectivo de abogados que, gratuitamente, representarán a personas e instituciones que sean procesadas por el libre ejercicio de la libertad de expresión. Y presentaran denuncias si se tiene constancia que las autoridades están utilizando fondos públicos para retirar lazos, bufandas o camisetas amarillas. Busquen dicho colectivo en las redes, y sobre todo, no se olviden de documentarlo todo con sus teléfonos móviles, y no pasarles ni una. Eso sí, no caer en la trampa de acudir a la violencia, de responder como ellos quieren, que entran como los matones en los salones de las películas de oeste buscando camorra. Por ejemplo, parece mentira que un diputado en un órgano representativo como es el Parlament de Catalunya, se dedique a retirar lazos amarillos. Fue un espectáculo vergonzoso. Se refiere Cotarelo a la acción del diputado de Ciudadanos, Carlos Carrizosa. Continúa Cotarelo:

“Que despreciable, que detestable, que cerca te sitúa ante los verdugos y los carceleros, impedir que la gente testimonie su solidaridad con el que está sufriendo la injusticia”.

Cotarelo, sobre el periodo del régimen en franquista, cita al poeta: “Hicieron un cementerio y lo llamaron paz”. Y nos hizo participes de un genial tuiter que había leído y que por desgracia no recordaba a su autor: “El Estado español se molesta tanto por las pancartas y lazos amarillos en las carreteras y nada por los cientos de miles de víctimas del franquismo que yacen en las cunetas. Aunque parezca irrisorio, en el franquismo, dijo Cotarelo: “No se podía decir que Franco era mortal, se hablaba el hecho biológico. En mundo inventado, de cuento, con las debidas diferencias, es el que se quiere montar hoy. Me dicen, ya éste hablando de Franco, que murió hace setenta años… ¡joder, pero si está todo lleno de franquitas aún!

Es común entre los medios de comunicación y periodistas palaciegos, y lo más sangrante, entre los que se autodenominan de izquierdas, negar el origen franquista de la monarquía actual, y hablar de monarquía de nuevo cuño, parlamentaria…, y lo que es una claro oxímoron en una institución que es vitalicia y se rige por el derecho hereditario, hablan de una monarquía democrática. Nos dicen que es una monarquía constitucional, y a dicha ley fundamental de Estado, hasta el propio monarca debe plegarse. Ejemplos tenemos en la reciente historia española que ese supuesto: “Todos somos iguales ante la ley”, no atañe a los miembros de la Casa Real, y la figura del rey, en la Carta Magna, se dice que “es inviolable” y no “está sujeta a responsabilidad”.

Para justificar su entreguismo borbónico, los corifeos nos sueltan la cantinela: “La monarquía la votaron todos los españoles al votar la Constitución de 1978”.

Nada más falaz; además de la continua a amenaza militar y el miedo, el pueblo español se enfrentaba a un pilar básico que estableció el franquismo al declarar España monarquía en 1947, en la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado. Supuestamente el pueblo sancionó dicha ley en un plebiscito sin garantías democráticas y cuyo objetivo era terminar con el aislamiento internacional de régimen. La restauración borbónica de 1975, lleva a la Constitución de 1978 un hecho consumado de obligada aceptación. Nos hicieron votar todo el paquete, nunca se nos preguntó se queríamos una monarquía o república. Se nos dijo que esa no era la cuestión, que “era entre democracia i dictadura”… ¿aún lo es? ¿Podemos decidir ya? ¿Dejaran que los catalanes lo hagan? ¿Sigue vigente el discurso de Navidad del dictador de 1969 cuando designó al rey Juan Carlos y dijo aquello de: “todo queda atado y bien atado”? Cotarelo lo tiene claro:

“Muerto el genocida –prosigue Cotarelo-, sus partidarios que eran y son muchos –sólo hay que ver las sagas familiares franquistas que hay en las esferas del poder político, judicial, económico, etc.-, las dictaduras tienen un poder de comprar y doblegar voluntades enorme… de repente se callaron. Abro un paréntesis: Hay gente que se pregunta cómo es posible que más de dos millones de personas voten a la derecha… ¡Porqué son de derechas! O voten a los franquistas, claro… ¡Porqué son franquistas!, esperan que les llegue a ellos el turno en algún momento, en fin… toda aquella que gente que llevaba dando gritos durante cuarenta años con tambores y fanfarrias por todos lados, desfilando detrás de las imágenes, las banderas, las vírgenes, estaban todo el día desfilando… ¡hay qué ver lo que les gustaba desfilar! Con todo lo que les gustaba hacer ruido, como a todos los tontos… ¿por qué se callaron? ¿Por qué en 1976, 77, 78, 79 y 80 parecía que habían desaparecido, que no había habido una dictadura? Si no se había hecho nada, no se juzgó a nadie. Ningún juez de aquellos delincuentes hizo nada, como algunos de ahora…, la naturaleza no conoce límites, igual que se fabrican jueces, igual que se fabrican delincuentes, hay jueces delincuentes. Todos los que estaban en el Tribunal del Orden Público eran delincuentes, con toga, pero delincuentes. Lo dicho, entonces no se depuró a ningún policía, a ningún militar, a ningún juez ni profesores universitarios que llevaban años diciendo barbaridades. ¿Por qué se callaron? Porque pensaban que los demócratas actuaríamos como ellos, y que se triunfábamos haríamos lo que hicieron ellos, exterminar al enemigo indefenso. Mataron, fusilaron, expulsaron, a cintos de miles de personas, y pensaron, éstos ahora si se recuperan van hacer lo mismo con nosotros. Entonces se callaron se ocultaron, porque no es el valor o el arrojo lo que les caracteriza. Cuando vieron que no pasaba eso, que no nos vengamos, que no… ¡vamos a por ellos! (esto parece ser ahora exclusivo para los catalanes), pues salieron.

 Como decíamos más arriba, también hay que decir que en la desmemoria e impunidad del franquismo, fueron partícipes los partidos, desde el PCE, hasta el PSOE, pasando por todos los partidos que pactaron la Transición. Nos quisieron hacer creer entonces, y lo siguen haciendo ahora, que en aras de la concordia, la generosidad, y la necesidad de cerrar heridas, sabiendo que no hay heridas que se puedan cerrar sin limpiar y cauterizar antes, se tomaron aquellas medidas y renuncias. Pero como dice Cotarelo: “Cuando estos facinerosos, que tienen en las radios y las televisiones a su voceros, malhechores de palabra y de obra que dicen que hay que reivindicar una derecha sin complejos, quieren decir que antes los tenían. El neofranquismo se basa en los descendientes biológicos de aquellos, descendientes ideológicos, que no son menos que los biológico, y que llenan los medios de comunicación, las instituciones o las universidades, y cuando tienen alguna duda porque la universidades tienen un espíritu rebelde, pues se montan sus propias universidades franquistas, como la del Rey Juan Carlos, en detrimento de los estudiantes que de buena fe pagan y mantienen dicha universidad. Y por último, el neofranquismo necesita de cómplices que aquel estado inventado. Además, aquel Estado tenía dentro otros dos estados, el de la iglesia y el ejército”.

Como el sentido de la conferencia “Neofranquismo y República Catalana” ya está recogido ampliamente en los libros de Ramón Cotarelo La república catalana y España quedó atrás, emplazamos a los que quieran conocer las tesis a acudir a estos dos textos. Sobre todo al profético El neofranquismo y el saqueo de España. El acto prosiguió respondiendo el compareciente a las preguntas del público, y terminó Cotarelo con esta cita de Voltaire:

“La Catalogne, enfin, peut se passer de l’univers entier, et ses voisins ne peuvent se passer d’elle” (Catalunya puede prescindir del universo entero pero sus vecinos no pueden prescindir de ella).

 Le Siecle de Louis XIV, chap. XXII

Periodista, fotógrafo, escritor e investigador.

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