En efecto, en el continente X había tantos problemas con la inmigración, el paro, la subida del precio de los alimentos y la geopolítica, que la clase dirigente estaba esperando una pista falsa para distraer a la población mientras se agravaban todos esos problemas y ellos se mantenían en el poder. En sus móviles apareció una enorme mascarilla tridimensional para explicar cómo entraban los virus a través de pequeños poros de su superficie. Entonces sacaron un nuevo tipo de periodismo: el periodismo inmersivo, se trataba de un periodismo a través de la tecnología de la realidad virtual y de la realidad aumentada. Mientras eran inconscientemente felices consumiendo dicho periodismo al tiempo que se alimentaban de comida basura, no lejos de allí los conflictos bélicos iban progresando lentamente y cada vez había menos soldados para nutrir el frente. Esta es la historia de Rick Bourbon, un ciudadano que fue víctima de su propia morbosa curiosidad y por supuesto de los nuevos riesgos del periodismo inmersivo. Lo cierto es que a través de su teléfono móvil entró en una aplicación de realidad virtual y realidad aumentada con la que seguir en tiempo real la guerra X. Rick era un hombre común de mediana edad que se dedicaba al transporte internacional de mercancías. Ahora en su móvil aparecía un enorme fusil de asalto tridimensional para explicar cómo se limpiaba, es decir, cómo se desmontaba y volvía a montar de dicha arma de fuego. Cada vez que estaba de descanso se metía en la aplicación a través de la cual veía a diario los bombardeos y seguía en tiempo real los combates mirando por las cámaras que ambos ejércitos habían instalado en los frentes de batalla. Era la primera vez en la historia de la humanidad en la que la guerra era un objeto de consumo, puesto que las grandes empresas ponían anuncios y ambos gobiernos contendientes, se beneficiaban económicamente de que la guerra continuara. Un día Rick pinchó un link en el que se podía ver cómo se formaban los soldados extranjeros. Asistió virtualmente a los cursos de conducción de tanques y del manejo de las armas. Participó en los chats, incluso conversó con los futuros soldados y se hizo amigo de los profesores hablando en inglés, lengua que había aprendido a través de los libros y las canciones de la pasada cultura Pop. Nunca había visto un espectáculo tan real. Estaba realmente impresionado. Tal vez por eso ha intentado varias veces que yo haga un reportaje periodístico sobre lo que le ha sucedido. Y para demostrarlo, hoy en día Rick está luchando contra su voluntad en la guerra X. De hecho, al viajar con su camión ala país X fue detenido y enviado al frente. No en vano, cuando pinchó aquel último link, en teoría para ver la formación de los nuevos soldados extranjeros, no leyó la letra pequeña y firmó un contrato virtual para luchar como mercenario en el frente de batalla.

Escritor sevillano finalista del premio Azorín 2014. Ha publicado en diferentes revistas como Culturamas, Eñe, Visor, etc. Sus libros son: 'La invención de los gigantes' (Bucéfalo 2016); 'Literatura tridimensional' (Adarve 2018); 'Sócrates no vino a España' (Samarcanda 2018); 'La república del fin del mundo' (Tandaia 2018) y 'La bodeguita de Hemingway'.

Comparte: