Este fin de semana se ha celebrado la Navidad. O al menos lo ha hecho el sábado por la mañana la asociación Amics de la Unesco de Barcelona (AUB), en su sede situada en la calle Mallorca. El objetivo de dicha celebración anticipada es dar a conocer las tradiciones navideñas de otros lugares del mundo, en especial a los niños. Que las nuevas generaciones sepan de la existencia de otras culturas, y se creen vínculos de respeto, solidaridad e intercambio mutuo.

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Así que nosotros quisimos acompañarles, y el buen clima  también, por suerte, ya que el acto se hacía al aire libre, y la nieve fue de porexpan.

La jornada se inició con la colocación en el árbol de multitud de mensajes navideños que los más pequeños escribieron a otros niños del planeta. Además del taller de deseos, los chicos pudieron disfrutar del caga tió. Después, criaturas y adultos saborearon los dulces típicos navideños que rebosaban en varias mesas, y que cada voluntario aportó según la tradición de su país natal. Un cartelito señalaba el nombre del plato, así como su procedencia. Además de los más típicos o conocidos por todos nosotros (turrones, chocolate, cakes estadounidenses o panettone italiano), había algunos más curiosos como natillas de Colombia, pan de pascua de Chile, pastel de frutas de Panamá, pastelitos típicos de Argelia, bebida africana Bisap, o Ladoo hindú, entre otros.

Y después de los manjares, como en toda jornada navideña, sonaron los villancicos. La Coral infantil Tessel·la, emocionó a todos con canciones en  catalán, castellano, inglés, e incluso en euskera y hebreo. Y los más chiquitos, que también cantaron, sorprendieron por su gracia y desparpajo.

Más tarde, empezó el turno de los cuenta-cuentos. Cada voluntario explicaba alguna historia, navideña o no, según la tradición de su tierra de origen. Y entre cuento y cuento, el cantautor Nelson Poblete, ofreció dos temas musicales de su Chile natal.

En 2010, AUB cumplió 50 añitos. Es una asociación formada en su totalidad por voluntarios y, en este momento, supera ya los 300. La organizadora de la fiesta navideña, Flora Royo, es una de ellos y la artífice de otras iniciativas del mismo estilo llevadas a cabo en la casa, como la Fiesta de la literatura, el Desfile de vestidos de Asia, o el Altavoz de la culturas, donde se pretende dar visibilidad a pueblos que habitualmente no tienen voz.

En esta ocasión, y ya como despedida, una sardana de la amistad, y L’hora dels adéus, sirvieron de colofón a una Navidad tan prematura como entrañable.

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