Las verdades duelen. Es un hecho. Y cuando el contexto social y económico presenta un estado de deterioro lamentable, aun más.  Las radios libres han sido una herramienta de transmisión de verdades dolorosas desde hace décadas pero actualmente su continuidad se ve amenazada.

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Las radios libres nacieron con el objetivo de dar voz a historias, personas y noticias que no tienen ni tendrán espacio en los medios de comunicación dominantes. Por otra parte son radios que por su naturaleza independiente cuestan mucho de mantener, ya que se sostienen a base del trabajo voluntario de las personas que quieren participar y, por tanto, subsisten a base de autogestionarse.

El primer inconveniente que siempre tienen estas emisoras es la búsqueda de un espacio donde emitir, ya que este tipo de radios no dispone de una franja fija dentro de la FM, tienen que encontrarla y ocuparla.  De esta manera y durante décadas han mantenido la condición de “alegales”, que, sin estar dentro del marco de la ley, les ha permitido sobrevivir.

Poco a poco, debido a la modificación de las leyes en el ámbito de la comunicación, se ha extendido el proceso de privatización del dial, que favorece a los grandes medios y los grupos de comunicación locales (los cuales acaparan la mayoría de licencias) y en cambio margina a las radios libres, que ya apenas encuentran franjas vacías en las que poder emitir. La falta de una figura legal para estas radios dentro de la normativa hace que las concesiones solo se otorguen a las radios públicas o privadas.

Por suerte en Catalunya está modificación de la ley todavía no las considera ilegales. La Coordinadora de Ràdios Lliures está negociando con la Generalitat para evitarlo y conseguir crear  la figura de las radios libres. Con esto serían reconocidas y respetadas por ley, sobretodo por el papel históricamente social que han mantenido durante tantos años. El problema es que estas nuevas leyes reconocen solamente a las radios libres históricas pero no a las que puedan crearse en un futuro.

Una de las radios históricas que sigue luchando por sobrevivir hoy en día es Radio RSK, fundada durante 1984 en Nou Barris, Barcelona. Su sede inicial se encontraba en el Centro Cívico Torre Llobeta, pero en 1996 se trasladaron a Can Basté, otro centro cívico de Nou Barris que les cedió el espacio. A pesar de ser una emisora pequeña y tener muy poco alcance de onda (solo llega a la mitad del barrio), han intentado cerrarla en varias ocasiones, una de ellas acusada de interferir en las frecuencias del aeropuerto. Entre sus muchas otras andanzas, también se las han tenido que ver con la SGAE, hecho que sus componentes se toman con humor afirmando que “al darse cuenta de que no nos podían sacar ni un duro, nos dejaron en paz”.

Uno de los miembros de Radio RSK nos explica que otra de las dificultades que más recientemente afrontan es la aparición de las radios piratas. Estas radios actúan igual que las radios libres, buscando un espacio vacío en el dial, pero se trata de medios que en su mayoría son latinoamericanos y  con ánimo de lucro, que básicamente se dedican a emitir publicidad de negocios también latinoamericanos.

El modus operandi de estas radios consiste en rastrear franjas y ocupar los diales ocupados por las radios libres. Normalmente estos medios suelen ser multados por su manera de actuar ya que las instituciones sí que ven un motivo  para cerrarlas por tener un fin lucrativo

Aun así, los compañeros de radio RSK explican que las radios piratas cuentan con grandes equipos y están financiadas por empresas que pueden permitirse el pagar una multa: “Son una autentica mafia, nos amenazan para que abandonemos nuestra franja y contra eso no podemos luchar. Cuanto más dinero tienes más fácilmente puedes monopolizar el dial”.

“La Coordinadora de Ràdios Lliures juega un papel muy importante para defendernos contra los ataques y problemas comunes que tienen estas radios”-nos explican-.

Cuando les preguntamos por la posible legalización de las radios libres, debido al cambio de leyes, hay divergencia de opiniones. Otro de los miembros de RSK nos dice que “existen radios libres que pretenden convertirse en legales, nosotros no estamos interesados en ello ya que precisamente la razón de ser de las radios libres es no formar parte del sistema. Si eres legal y tienes un espacio es muy difícil defender el nacimiento de otras radios libres”. Para ellos, ser legales sería sinónimo de coartar su libertad de expresión y la de otros grupos que piensan de la misma manera.

Y es que las radios libres precisamente se diferencian por dar información que no se da en otros sitios y ser uno de los principales medios de comunicación alternativos. Así lo reiteran en Radio RSK: “Nuestro mayor fin consiste en coger espacios libres o en ocupar espacios que tienen emisoras piratas o con discursos ultrareligiosos o de ultraderecha. Sin esta lucha nuestra existencia no tiene razón de ser. Con la legalización y la otorgación de un espacio fijo la lucha se acabaría”.

Cualquiera puede disponer de un espacio en la programación de esta emisora. Los contenidos de las secciones se deciden  mediante comisiones de trabajo. De esta manera, quien quiera puede presentar una propuesta de programa mientras no tenga contenido machista, racista o fascista. Puede ser de cualquier temática que no sea contraria a la ideología de la radio libre. Quien quiere participar, eso sí, tiene que comprometerse a colaborar en las asambleas y asumir el trabajo necesario para que todo funcione.

Las asambleas, además de decidir la programación, se las ingenian para crear actividades y eventos a través de los cuales generar unos mínimos ingresos que mantengan la emisora. “Nos financiamos sobretodo a base de celebrar conciertos y con lo que podemos recaudar en las barras, pero no tenemos ni cuotas ni subvenciones. Por otro lado, disponer de un espacio público cedido nos permite desarrollar muchas actividades que facilitan la viabilidad de la radio”.

Asimismo, descubrimos que el problema de todas las radios libres es que hay muy poca gente dispuesta a colaborar de forma voluntaria, lo que cuestiona también la necesidad de este tipo de medios. Sus propios miembros lo reconocen: “Si no hay gente que quiera esforzarse para que la radio tenga éxito y se escuche cada vez más no sabemos si es necesario que exista. La realidad es la realidad. Los medios que dan información alternativa emiten contenidos más densos pero tienen menos éxito. La razón de existir, entonces, es más por el fin pedagógico y social que por éxito entre los oyentes”.

A pesar de que el contexto no apunta al optimismo, en ningún momento se han planteado renunciar a los objetivos y cerrar la emisora. Nos aseguran que lo más satisfactorio a nivel personal es demostrar que un proyecto autogestionado de radio es viable, aunque haya muchos problemas.

La última reflexión que nos aportan los componentes de Radio RSK es que su resistencia, como la de la mayoría de medios hoy  en día, está en la red: “Gracias a internet podremos salvar el problema del dial. En el futuro será la única posibilidad para evitar problemas legales. También asegura nuestra supervivencia porque los oyentes tienen un sitio fijo donde saben que siempre pueden escucharnos”.

Actualmente, la mayoría de estas emisoras sobreviven por internet ya que el dial solo llega a la mitad del barrio.

Redactora en Revista Rambla

Licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y especializada en periodismo y comunicación digital.

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