La marcha, que pretendía conmemorar el éxito de la manifestación del 10 de julio del año pasado, no contó esta vez con la masiva afluencia de la primera. Aun así, los organizadores calcularon un total de 30.000 asistentes.

La plataforma 9-J convocó la manifestación celebrada ayer en el centro de Barcelona, para reclamar la independencia de Catalunya, bajo el lema “Pel nostre futur, independència”. A diferencia de hace un año, la asistencia no fue tan masiva y algunos de los partidos y sindicatos que estuvieron presentes la primera vez, como PSC, CiU o Òmnium no acudieron a la cita. Sí que obtuvo el apoyo, en cambio, de ERC, Solidaritat Catalana o Reagrupament.

Muchos señalan, como motivo principal de este descenso de participación, el cambio en el clima político desde hace un año. Si bien los últimos doce meses se han distinguido por un aumento de la participación política por parte de la ciudadanía, con movimientos como el del 15-M, a éstos se le atribuyen causas políticas y económicas, más que nacionalistas.  Tampoco es comparable el clima político de entonces, previo a las actuaciones de los indignados y crispado por la resolución del Alto Tribunal sobre el Estatut.

A pesar de esto, Catalunya vive un proceso particular en que el sentimiento independentista crece progresivamente. La última encuesta publicada por el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat de Catalunya revela que el 43% de la población votaría a favor de la independencia, frente a un 28% que lo haría en contra. También fueron reveladores los resultados de participación obtenidos en la consulta por la independencia, celebrada en Barcelona hace unos meses.

Sin embargo, el cambio en las instituciones muestra ciertos puntos de contradicción. Mientras CiU ha sido el partido más votado en las elecciones autonómicas y municipales, los partidos nacionalistas, sobretodo ERC, han recibido un “castigo electoral” destacable, lo que atestigua una posible obsolescencia de estos partidos para encauzar la causa independentista y la creciente preocupación de los votantes por la situación económica. Como resultado de esto, también se observa un mayor protagonismo en las urnas de partidos de derecha y extrema derecha como el Partido Popular y PxC.

Al final de la marcha, que inició su recorrido en Pza. Urquinaona y finalizó a las puertas de la Ciutadella, se leyó un manifiesto en el que se denunció “el desprecio hacia la cultura catalana” y la “negación del derecho a decidir de Catalunya”.

Por su parte, Heribert Barrera, ex-presidente del Parlament, ha admitido que la manifestación no había tenido la afluencia esperada y ha hecho un llamamiento a «boicotear» al Estado Español. Asimismo, Moises Broggi ha reclamado el desarrollo del “Estado Catalán” para “favorecer la relación de igual a igual entre Catalunya y España”.

En sus declaraciones, los portavoces de la plataforma 9-J, han considerado la manifestación de ayer como un éxito, ya que, más allá de las cifras de asistencia, ésta ha sido la primera manifestación por la independencia organizada desde la sociedad civil y sin el apoyo de las instituciones.

Redactora en Revista Rambla | Otros artículos del autor

Licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y especializada en periodismo y comunicación digital.

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