Jordi Oliveras no se conforma con el modelo musical que existe hoy en día, “Hay que cambiar las dinámicas” Lleva más de 15 años dedicándose a dinamizar las relaciones que existen entre los artistas y el público. Con ánimo crítico pero siempre constructivo, Oliveras repasa en esta entrevista el trabajo de Indigestió, empresa a la que le ha dedicado gran parte de su vida profesional, y analiza el momento actual de la música en la ciudad.

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Que es Indigestió?

Inicialmente era una empresa de servicios que gestionaba proyectos relacionados con la música y a partir del 2004 es más una organización con perfil proprio que busca sacar adelante una serie de proyectos con ganas de ser útil socialmente. Intentamos mejorar la cultura musical de la ciudad con nuestra ideología y nuestro propio criterio.

Y exactamente en qué consiste el proyecto?

Empezamos con el Interrock, que consistía en poner en contacto diferentes personas que estaban moviéndose en el mundo de la música en Barcelona, centros cívicos, artistas, músicos…En estos años últimos años… pues desde montar conciertos en el BAM de la Mercè a gestionar un espacio como la Báscula. Tenemos nuestros propios proyectos y trabajamos también para los entes públicos, sobre todo el Ayuntamiento de Barcelona. Además editamos, hasta hace un par de meses, una revista, Nativa  y hasta el año pasado organizamos el Hipersons, que es un festival de grupos de aquí. Presentábamos los artistas que más nos interesaban.

Hay locales suficientes para la música en directo?

Ese es un problema pero no es el único. A mí me cuesta, ahora menos, encontrar música de aquí que, como espectador, me motive y me movilice. Si hubiera más receptividad para la música hecha desde Catalunya aparecerían más locales, seguro. El problema es que en el debate música-vecinos el Ayuntamiento acostumbra a posicionarse cerca de los vecinos. No tengo claro que por haber más espacios para tocar se cree más interés por la música de aquí.

El problema es más de la sociedad que de los músicos?

Es múltiple, aunque no sé si hay tanto problema en realidad. El problema lo tienen determinados sectores pero en realidad en la ciudad hay muchísima música y cada uno consume la que quiere. Realmente, no creo que exista un problema

Sin embargo habeis parado la revista Nativa y en principio no habrá más ediciones del Hipersons. Falla el contexto?

 En parte sí. El problema es concebir la música como un sistema de relaciones interdependientes. Las administraciones, los músicos, el público… hay que mejorar en todos los aspectos para que el panorama mejore. No es cuestión de más grupos, más ayudas o más locales, las acciones han de ser de carácter más global. Nuestro trabajo se basaba en gran medida en las subvenciones y en los dos últimos años se nos está complicando. La última valoración del Ayuntamiento fue negativa y nos dijeron que nuestro proyecto tenía poco impacto en la sociedad. Nos sentimos frustrados y nos creó una gran incertidumbre.

Depender tanto de la administración no crea problemas de servilismo?

Yo creo que mucho más la publicidad. Tenemos muy consolidada la idea, sobre todo determinadas generaciones, de que el estado es el enemigo. Hay una parte de verdad, pero creo que es menos impositivo que el mercado. No creo que pudiéramos llevar a cabo nuestras ideas dependiendo del marcado, de la publicidad en vez de las administraciones. El estado es un cliente sí, pero se le supone un interés por promover la cultura.

Entonces la música vive de las subvenciones?

Tampoco es exactamente así. Creemos que el error es que se subvenciona de un lado a los artistas y músicos y de otro a las discográficas, la industria. Nosotros estamos en un punto intermedio entre estas dos posiciones. Hemos recibido subvenciones, pero con unos controles muy elevados, no les vale con una factura, nos pedían hasta los recibos del banco. El control, por eso, era únicamente económico, en ningún caso marcaban objetivos ni directrices.

I porque os controlan tanto a vosotros y no a gente como Félix Millet?

No lo sé. Supongo que es cuestión de relaciones de poder. El miedo al enfrentamiento y la honradez que se le supone a una institución como el Palau de la Música  deben haber afectado aunque, como te digo, no lo conozco exactamente. Tal y cómo nos controlan a nosotros es imposible que pase ese caso en una organización pequeña.

altLeía en tu blog que crees que “debe mejorar el marco” para que proyectos como Indigestió salgan adelante. A qué te refieres exactamente?

Me refiero a la actitud de los políticos, de la sociedad, a que haya espacios…. Creo que lo que hemos hecho, y no es fácil, es crear un proyecto profesional no lucrativo. Pretendemos vivir de ello, con un sueldo digno, pero no enriquecernos y no creo que haya espacio para eso. O se hace un proyecto no lucrativo que ayude y apoye o se crea una empresa con la intención de ganar mucho dinero. Nosotros somos el punto intermedio y no estoy seguro de que se entienda aquí y ahora. En Francia, por ejemplo,  este concepto está mucho más extendido.

Me sorprendió mucho leer que criticabas todo lo que rodea el éxito del grupo Manel. No es eso lo que buscamos, un grupo de aquí que lo escuche la gente de aquí?

Manel, de hecho, tocó en el Hipersons cuando no eran conocidos. En ningún caso los criticaba a ellos, de hecho me parecen un grupo interesante, lo que criticaba era como se ha inflado el fenómeno.  El problema es que esto ya lo hemos hecho muchas veces, como en el Rock Català, en el que muchos estaban sobrevalorados o valorados antes de hora. Manel solo ha hecho 12 canciones y llena el Palau de la Música dos días seguidos. Lo hacen bien pero me parece exagerada la ansia que tenemos todos para encontrar tótems. Se les ha puesto mucha presión y ahora están obligados a ser correctos, a no improvisar y a hacer un segundo trabajo excelente.

Pero esto responde a una necesidad del público o es un éxito de quien los ha promocionado?

Creo que en el caso de Manel está bastante equilibrado y que se han ganado mucho de lo que han conseguido. Me quejo de la ansiedad de encontrar el éxito que, pese a lo que pueda parecer, la tiene también el público. La necesidad de encontrar grupos-símbolo también existe, como existía en el Rock Català.

Crees que favorece el hecho de que grupos como Manel, Love of Lesbian, Antònia Font canten en catalán o castellano en vez de en inglés?

En parte creo que es una evolución lógica de los artistas. En muchos casos responde al trabajo de muchos años, son grupos que no han salido de la nada. Llevan años evolucionando y el cambio del inglés al castellano responde a la mayor necesidad de hacerse entender. Todo esto nos lleva a un panorama, según mi opinión, más interesante. Es un buen momento artísticamente.

Qué opinión te merece la SGAE y la discusión sobre los derechos de autor?

La gente está muy acostumbrada a la cultura gratuita. De hecho creo que hay que debatir mucho más afondo sobre el propio concepto de los derechos de autor. El público tiene un papel esencial en el éxito de un grupo. El debate se está convirtiendo en una guerra entre los soldados de los internautas  y los soldados de las discográficas dónde todos ponen su mejor cara.

Redactor en Revista Rambla | Otros artículos del autor

Licenciado en Periodismo (UPF). Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración (UAB)

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