altLa presentación del primer número en papel ratifica el compromiso de la publicación con la libertad y el rigor, frente a un entorno precario marcado por el morbo y la exigencia de la inmediatez

 

 

 

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La librería Taifa del barrio de Gràcia acogió la presentación del primer número en papel de la revista Rambla, que ya se puso en venta durante el pasado Sant Jordi. La publicación se puede adquirir en las siguientes librerías de Barcelona: Taifa (Verdi, 12), Aldarull (Torrent de l’Olla, 72), Cap i Cua (Torrent de l’Olla, 99),  Pequod Llibres (Milà i Fontanals, 59), Llibreria Atzavara (Escorial, 100), Llibreria Documenta (Pau Claris, 144), Catálogo Libros (Guilleries, 7/9) y Bar Pub Antibiótic (c/. Rocafort, 225) y Associació La Miranda (Av. Coll del Portell, 74). El acto sirvió para explicar la génesis del proyecto, así como sus aspiraciones futuras en un marco de precariedad del oficio.

 

La aventura empezó en julio de 2010, cuando el fotógrafo Francesc Sans se quedó sin trabajo y decidió montar una revista digital junto a su hijo, el también fotógrafo Guillem Sans. Francesc Sans tenía una dilatada experiencia en distintos medios (InterviúCambio 16, El País, Metro, ADN o Avui). El enfoque inicial era recuperar el espíritu de los setenta, es decir, reportajes en profundidad con un compromiso social importante, más allá de noticias impactantes con titulares llamativos. “Se trataba de volver a la esencia del periodismo e informar con independencia, no significa no tener tu criterio sino no deberse a los intereses de nadie y ser honrado con tu trabajo”, explicó el escritor Ignacio González Orozco, uno de los redactores de la publicación.

 

Rambla aglutina distintas sensibilidades dentro de un amplio paraguas de izquierdaspero no se alinea con ninguna sigla ni organización concreta. Precisamente esta libertad ha convertido la supervivencia en ardua. “No hemos tenido financiación de nadie, trabajamos con nuestros propios medios y de manera entusiasta”

 

Durante sus cinco años de existencia, ha publicado un total de 2.411 artículos, una cantidad “respetable” teniendo en cuenta que es una revista de fondo que no persigue la noticia inmediata y la actualidad pura y dura. En este tiempo, ha contado con una treintena de colaboradores, desde el informático Pablo Navarrete, que diseñó la página web, hasta Aida Miguez, iniciadora de la sección Letras y Cuentos, pasando por J. L. Nicolás, que nos llevó a lugares desconocidos mediante la sección Viajes

 

También han aportado su granito de arena en distintas etapas Álex Gil, Lola Morube, Caterina López, José Manuel Rambla, Estefanía Pérez, Esther Vivas, Jacobo Sucari, Andrés Aznar Siguan, Pau Giménez, Patricio Avitia, Carlos Gismera, Rogelio Villaroel, Portus Ardanuy, Mercedes Expósito, Josep Farnés i García, Domingo de Guzmán, Daniel Seguer, Carlos Segovia, Mario Ortiz, Dionisio Porta, Víctor Nubla, Patricia Rocha Antonelli, Silvana G, Jordi Navarro y el ilustrador Guillem Cifré, que nos dejó el año pasado.

 

El equipo actual está formado por Francesc Sans (director), Guillem Sans (fotógrafo), Evelio Gómez (diseñador gráfico e ilustrador) y los redactores Ignacio González, Javier Coria, Cristian Jara, Flor Ragucci, Jordi Juncà,  Carles Batalla y la colaboración del editor Lucho Tapia (Libros de la Vorágine).

 

Separar el grano de la paja

 

Javier Coria alertó del crudo panorama del periodismo, inmerso en una precarización que no sólo le aleja de su función inicial, “buscar la verdad” sino que le hace perder credibilidad: “Gente que trabaja sin cobrar, medios que no pagan a sus fotógrafos y la creencia que tener acceso a mucha información significa estar informados. Eso es mentira, es una de las maneras de tenernos controladosmanipulados, porque no se va al fondo de la noticia”

 

Coria recordó la vigencia de la expresión «periodismo amarillo«, potenciada con Internet y los nuevos hábitos de consumo de los lectores. “Ahora casi todo el periodismo tiene ese color, con titulares llamativosya que se hacen pensando en las redes sociales, y la gente no pasa de los titulares y los comparte sin leer la noticia entera”.

 

Coria destacó el “halo libertario” de Rambla, a la que definió como un “fenómeno raro y a contracorriente”. Se refería al hecho de que propone un periodismo “de cocción lenta” que va al meollo, a las causas y al especialista en la materia, frente a un periodismo “de cotilleo e higadillo”, esclavo del click, las agencias y una velocidad excesiva. “Hoy el periodismo es tan rápidoque a veces el periodista  ni se entera de la noticia, se queda en la anécdota”.

 

Por otro lado, Rambla mantiene la exigencia de una buena redacción de textos, “porque creemos que el periodismo es una forma de creación literaria” y la apuesta por los artículos largos, una corriente que gana protagonismo en los Estados Unidos. Finalmente, Coria recomendó “el trabajo de arqueología cultural” de las «Entrevistas en blanco y negro«, como las realizadas en su momento por José Batlló a Carlos Barral, Torrente y Ballester o Josep Pla, que se publicarán por primera vez sin censuras y completas en un medio digital.

 

Hacia un mercado “más cultural”

 

Evelio Gómez, diseñador gráfico e ilustrador de Rambla, recalcó que el número en papel es una herramienta idónea para contrarrestar la impaciencia del lector, que rara vez permanece más de cinco minutos en una web. “Es parte de esa modernidad digital que nos lleva a leer sólo los titulares, y la revista en papel servirá para saborear en profundidad los temas”. La idea es que el concepto del número en papel se pareciera lo más posible al formato digital y a las revistas culturales que existen en todo el mundo

 

Evelio admitió que haber aguantado cinco años “es una sorpresa” y apeló a los lectores a seguir confiando en el proyecto, que ahora se diversifica con la edición en papel. “Queremos llegar a un público más cultural en el segundo número”, que se publicará en julio y estará dedicado exclusivamente a la sección de letras y cuentos. Además, ya está en marcha la creación de una asociación cultural que servirá para dar continuidad y base jurídica a la revista y buscar vías de mantenimiento.

 

“Hegel dijo que en la historia nunca se ha hecho nada sin pasión y Rambla es un proyecto pasional. Rambla todavía tiene futuro porque tenemos todavía mucha pasión en las venas”, sentenció Ignacio González

 

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