Salvado por el historial

El primero y más conocido fue el australiano Kenneth Parks quien en Canadá, una noche a finales de mayo de 1987, se subió a su coche aparcado en el garaje de su casa y recorrió veinte kilómetros hasta la casa de sus suegros para aparcar, bajarse del coche, entrar con las llaves en la casa, dar una paliza a su suegra con una barra metálica hasta la muerte y posteriormente estrangular a su suegro, el cual quedó sin conocimiento salvando su vida. Volver a subirse al coche, conducir hasta una comisaría de policía cercana, lleno de sangre y dónde al encontrarse con el primer agente dijo: “Creo que he matado a alguien”. Todo esto, dormido.

asesinos sonámbulos Parasomnia

Al menos así lo afirma la sentencia en su juicio y lo ratifica la Corte Suprema de Canadá, tiempo después. Parks, de 23 años en ése momento, fue absuelto por su historial noctámbulo y por la demostración de las buenas relaciones que mantenía con sus suegros hasta la fecha. De nada sirvieron las pruebas aportadas por la acusación particular y la Fiscalía de que Parks era un tipo hasta las cejas de deudas, que no soportaba a los suegros y que lo único que quería era aliviar su situación económica y era plenamente consciente de lo que hacía.

Violencia de género

Scott Falater de 43 años, no tuvo tanta suerte con la justicia. Se levantó a la media noche del 16 de enero del 87 en su casa de Phoenix (Arizona) y mató a su mujer de 44 puñaladas. Tiró su cuerpo desnudo a la piscina de la casa, escondió el vestido lleno de sangre en el maletero del coche familiar mientras los dos niños pequeños dormían… Y él supuestamente también. El jurado no tuvo en cuenta ningún historial de sonambulismo, Falater fue condenado a la pena perpetua.

Avestruces asesinas

En España, Antonio Nieto, de 53 años, se levantó la madrugada del 11 de enero de 2001 en el piso de Málaga que compartía con su familia y mató con un hacha y un martillo a su mujer, su suegra y lo intentó con su hija adolescente de 16 años, a la que solo consiguió herir en la cabeza. Fue su hijo de 19, el que consiguió arrebatarle el arma de los crímenes mediante un arduo forcejeo en el que el chaval, perdió parte de su oreja. Antonio aseguró en el juicio, estar soñando con unos avestruces que le atacaban, sus hijos lo desmintieron. Aseguraron que el padre hablaba con ellos y no con avestruces, que mientras mataba a la abuela estaba escuchando los gritos de dolor y súplicas de ésta, que se encendieron y apagaron luces, que intentaron detenerle… Imposible estar dormido. La Audiencia Provincial de Málaga, no lo condenó a los 70 años de prisión que pidió la acusación, pero sí su ingreso en un Hospital Psiquiátrico Penitenciario durante un periodo mínimo de 10 años. Según sentencia, Antonio es inimputable.

Lo que dice la ciencia

La Parasomnia es un trastorno del sueño y puede incluir episodios de violencia. Según la ciencia, todos somos sonámbulos en algún momento de nuestra vida, aunque dentro de esta alteración del sueño, existen diferentes grados de afectación. El sonambulismo tiene una incidencia similar en ambos sexos, pero tiende a ser más frecuente en varones. Las causas pueden ser genéticas, derivadas de problemas del desarrollo o psicológicas, aunque en la mayoría de personas, desaparecen en la adolescencia. Esto es casi todo lo que sabemos hasta ahora, por eso resulta tan complicado determinar cuando una persona puede ser consciente al cien por cien de actos violentos durante el sueño.

En lo que sí está de acuerdo toda la comunidad médica, es en consultar inmediatamente al especialista en caso de notar algún tipo de alteración mientras dormimos y no subestimarlas.

Especializada en temas de feminismo, sociedad y cultura.

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