Hace ya un tiempo, coincidiendo con los 25 años del asesinato de Ana Orantes, escribí un artículo sobre la violencia de género. Sí, VOX, de género, machista, hombre contra mujer, queda claro o ¿necesitáis más datos?

Pues vamos directamente a los asesinatos porque la violencia física, psicológica que se contabiliza es a partir del asesinato de Ana Orantes y de eso hace solo 25 años, hoy en día se sigue sin denunciar, así que vamos al grano, 778 hombres asesinos, contra 93 mujeres, ¿más datos os hacen falta?

¡Que no, que no se puede equiparar y que no hay perfil, Señoros!, que a la que le parten la cara, la humillan, la insultan, le dicen cómo debe vestirse, peinarse, decir, hacer, la que la mantienen calladita… ¡No es la desgraciada que no tiene dinero para irse! Que las víctimas están en todas las capas de la sociedad, que nos duele ya la boca de gritarlo. Que hay abogadas, juezas, psicólogas, que también están en situación de riesgo, que no es cosa de mujeres, ni de pobres, mirar hacia otro lado, no es de ser un inconsciente, ni irracional, ni egoísta, ni clasista, ni siquiera ignorante, negarle ayuda a la mujer y descatalogarla como víctima de violencia de género, no juzgar al agresor, revocar la ley… es de ser muy mala persona y con esas malas personas ya tuvieron que lidiar, sufrir y perecer mujeres en este país durante más de 40 años y vosotros, los sobrinos nietos, ¿queréis volver a llamarla violencia intrafamiliar? Si tenéis hijas, os aconsejaría no escupir hacia arriba…

De todas formas, este artículo no va dirigido a la ultraderecha, va para ti… Siente la pena, siente el miedo… Pero recuerda, no eres tú quien habla, no eres tú quien siente, son tus secuelas. Deja de dudar, no, lo que te hace, ¡NO se hace, tú no has hecho nada, nada!

Llevas mucho tiempo intentando no provocarle, no hacer ruido, callando delante de la gente, maquillando heridas, heridas externas, internas, pero heridas. Disimulando delante de los vecinos, ocultando y defendiéndolo ante tu familia, ante la suya, por vergüenza.

Es mentira lo que te dice, tú vales mucho, tápate los oídos, no escuches, tú puedes, tú eres capaz, tú no estás sola, tú no has hecho nada, él no se morirá sin ti, él no hará nada si le dejas, que sí, que sí, que sí ¡le conozco! Deja de decirme que no sé quién es…. ¡Llama, habla, di, vete!

Es mentira, no se arrepiente, no, no le vas a cambiar, no cambiará. Él no, la situación sí. La violencia irá creciendo, aunque dejes de hacer las cosas que le molestan, porque cada vez le molestarán más cosas, porque lo que le molesta, eres tú. Le molesta y envidia tu alegría, por eso te silencia. Igual no te dice claramente que no le gustan tus amigos, todavía… Pero le caerán mal desde el principio y tú, que nunca quieres hacer nada que pueda irritarle, tu solita te alejarás, porque así te quiere, sola. Sola puede manipularte, controlarte…

No, no te quiere, lo sé, es duro de admitir, pero recuerda, eso no significa que no valgas nada o que todo lo que haces no valga nada, es él quien no vale nada, no le creas, tapa, tápate los oídos, no escuches. No está celoso porque te quiere, cree que le perteneces. Sí, sí es para tanto. Ya está, no llores más, pasa a la acción, no tengas miedo, de verdad, es un cobarde.

Llama, explica como puedas lo que te pasa, tranquila, como puedas, no te juzgarán, llama. No se va a quitar la vida si te vas, no te la quitará a ti, a ti ya te la está quitando, llama. Da igual su pasado, deja de analizar sus porqués, ¿que somos terapeutas ahora? ¿No lo ves?, es otra justificación más. No importa su niñez, su adolescencia, su padre o su madre, no es tu problema, basta ya, la violencia NO tiene justificación.

Sí, eres una víctima, deja de preguntarte por qué has llegado aquí, cómo ha podido pasar esto, da igual, ahora no importa, habrá tiempo, ahora pide ayuda, como sea. No eres tonta… tapa tus oídos… te lo ha hecho creer y cuando ya te has creído que lo eres, justo ahí vendrá el primer golpe. Primero golpea las cosas… Una puerta, la pared, un vaso, después vendrá el primer empujón y más tarde la primera bofetada, cuando mucho, mucho tiempo antes, te ha dicho que ese vestido no le gusta, con una sonrisa… que ese peinado no te favorece, que tengas cuidado delante de los amigos de tocar según qué temas…

Después de los arrebatos de ira, esos en los que tiemblas, quizá venga con un beso, unas flores, te dice que no volverá a pasar y sin saber ni cómo, vuelve a suceder. A lo mejor ni te pide perdón, pero, seguro, seguro, seguro, que en algún momento te dirá que eres tú quien tiene la culpa… No estás loca. No eres torpe. No eres tonta. No eres fea. No le escuches. NO ESTÁS SOLA. Que él no es así, que le sacas lo peor… Tapa tus oídos. Después del primer roce, vendrá el primer golpe… En la cabeza, en un brazo, un empujón, una bofetada, una patada… La oleada de violencia no la podrás detener, no parará.

Hoy, cuando venga, respira, tranquila… Mírale a los ojos. ¿Lo ves?, qué pequeño… qué ridículo… No vale nada… ríete, ¿te das cuenta? Nada. Sí, sí puedes, claro que puedes, porque eres preciosa, lista, trabajadora, entregada, ves? ¡Eres, tú eres, todavía eres! Y hay una vida entera esperándote, no te hagas esto.

Tapa tus oídos, llama, todo irá bien, te lo prometo.

Teléfono: 016, no deja rastro ni en la factura ni el móvil. Llama

(Más de un millón y medio de llamadas desde el 4 de Septiembre de 2007)

Si eres amigo o familiar de alguien que crees que está sufriendo una situación de violencia, llama, denuncia. Ella… Ya no es ella, ayúdala a que vuelva a serlo.

Si eres menor de edad y quieres que la ayuden, llama al 900 20 20 10.

Especializada en temas de feminismo, sociedad y cultura.

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