Su tierra, la arena de la playa de somorrostro; su identidad, gitana; su lenguaje, el flamenco. Sin academicismos, sólo la garra salvaje de su danza la llevó al éxito. Entretanto alegrías, llantos, dolor, seducción… El escenario es la arena, el momento su muerte, la reflexión la vida.

Ballant a la sorra es un atrevido homenaje de Maria Rovira a la gran bailaora, y también cantaora, Carmen Amaya. Atrevido adentrarse en las emociones y la vida de este gran personaje. Y atrevido usar un lenguaje de danza contemporánea a un sentimiento puramente flamenco, gitano.

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Es el mismo discurso pero con lenguajes totalmente distintos. Las coreografías de danza contemporánea de Maria Rovira interpretadas por la compañía Tránsit aportan algo totalmente nuevo, una alternativa al taconeo, al desgarre y a la dulzura del flamenco, acompasándose también con la música. En este caso no es un lenguaje paralelo ni complementario, sino que se uniforma con la música, interpreta la música más que una letra.

En diversas escenas y partiendo del momento de la muerte, se recorre la vida de Carmen Amaya analizando la alegría, los viajes, el dolor por la enfermedad, la esencia vinculada a la arena de Somorrostro, la masculinidad y la feminidad que componían esa forma de bailar. La masculinidad, atributo escogido para el vestuario, masculinidad externa, como símbolo de fuerza; y la feminidad, que predomina en las coreografías, como símbolo de fragilidad y de seducción. En una gran escena se muestra el personaje exitoso bailando con toda esa fuerza transmitida al exterior y paralelamente el interior, más dulce, más frágil, más femenino. Ese interesantísimo discurso entre la danza y el espectador: qué recibe el público, qué siente la persona que baila.

La parte flamenca viene aportada por la bailaora Cristina Chacón y la música de Chicuelo. La composición musical de la mano de Chicuelo es sencillamente brillante. Flamenco puro y flamenco lírico, aciertan en la intención de cada escena. El equipo que elige Chicuelo también sobresaliente. Cristina Chacón tenía una labor muy difícil, bailar como Carmen Amaya. La parte masculina la acierta, la parte femenina queda un poco olvidada y, a pesar de la fuerza que Cristina intenta transmitir, contrastada con Carmen Amaya se nos hace insuficiente. Quizás el planteamiento podría haber sido olvidar el academicismo de la danza y que Cristina vendiera su alma al diablo en ese escenario.

Aunque no podamos invitaros a ver la obra ya celebrada dentro del Festival Grec Barcelona 2012, queríamos dejar esta reflexión. El Grec es el escenario idóneo donde presentar trabajos atrevidos como éste y las fechas cercanas al centenario del nacimiento de Carmen Amaya hacen aún más adecuado el homenaje. Compañía Trànsit de la mano de Maria Rovira, composición musical de Chicuelo y, algo más a destacar es la voz de Rosalía Vila, para mi, un gran descubrimiento.

Del 15 de Agosto al 2 de Septiembre se representará en el teatro Romea de Barcelona, dentro del festival Dansalona’12, y el 9 y 11 de Noviembre en el festival Madrid en Danza’12, en Madrid y Alcala de Henares.

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