Cuando se trabaja con maderas, la parte final o acabado es, en ocasiones, la gran olvidada. Pero, realmente se trata de un proceso fundamental si queremos que el material aguante con garantías el paso del tiempo.

Ya hablemos de mobiliario o de carpintería, de construcción y partes de una casa como marcos, puertas o suelos, realizar un buen acabado debería ser un proceso de obligado cumplimiento.

¿Por qué es tan importante dar un buen acabado?

La madera es un material orgánico y, como tal, está sometido a procesos biológicos que la hace vulnerable. Además, es conocido que la exposición a, por ejemplo, condiciones de humedad altas influyen en su rápido deterioro.

Pero no sólo eso, sino que se trata de un material blando y poco resistente al desgaste si no se protege. El roce continuo con una superficie de madera hace que esta se vaya desgastando poco a poco y termine dañándose más pronto que tarde.

Para evitarlo, existen diferentes técnicas y productos para acabados cuya misión principal es precisamente proteger cualquier superficie de madera de los elementos dañinos para ella. El acabado no es más que un escudo protector.

Productos y materiales comunes para los acabados en madera

El producto más utilizado de forma general para realizar los acabados en madera es el barniz. Además de protección, un buen barniz, y bien elegido, resulta también un perfecto elemento decorativo, pues resalta la belleza natural de la madera.

Hay muchos tipos de barnices, desde los barnices al agua hasta el barniz poliuretano. Dependiendo de las necesidades y del tipo de objeto que se quiera proteger, habrá un tipo de barniz más recomendable. Incluso si no hablamos de madera, ya que el barniz también se emplea como protector de otros tipos de materiales, como arcilla, piedra u hormigón.

Por otra parte, los aceites vegetales para madera también son empleados de forma bastante habitual. Estos aceites especiales tienen la capacidad no sólo de proteger la madera, sino también de hidratarla. Son utilizados desde hace siglos y son tan versátiles que hoy en día siguen siendo muy utilizados especialmente para superficies y maderas expuestas al exterior, como terrazas o muebles de jardín.

Por supuesto, otro elemento protector de uso común es la pintura. Esta crea una capa impermeable que aporta una resistencia al desgaste, la abrasión y la humedad. Además, posibilitan cambiar el color de la madera y ocultar las vetas de esta, lo que facilita su adaptación a cualquier decoración.

Y ya para terminar no podemos dejar atrás otros productos como los lasures, las gomas y las lacas. Quizás algo menos empleados, pero por sus características, van estando cada vez más presentes en el mercado, especialmente el lasur, que ya es tan utilizado como el barniz cuando se trata de superficies de maderas expuestas a la lluvia o a mal clima.

Ya sabes, como recomendación, si te gusta el bricolaje y hacer tus propios muebles o arreglos con madera, no olvides nunca dar un buen acabado. Con el paso del tiempo lo agradecerás.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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