La llegada del buen tiempo nos permite volver a disfrutar de ratos de relax y concordia en nuestra terraza, patio o jardín. A medida que avancen los días y las temperaturas vayan en incremento, nos daremos cuenta de que el sol puede ser algo molesto e incluso puede privarnos del uso y disfrute de nuestro espacio exterior.

Una solución efectiva que nos permitirá estar más a gusto fuera de casa es la instalación de una pérgola de aluminio y lona. Este tipo de montajes, aparte de ser muy prácticos, ofrecen un valor añadido a nuestro hogar, convirtiendo el exterior en un ambiente elegante y acogedor.

Además, al montarse a partir de un esqueleto sólido y fijo con una lona resistente, también nos podrán proteger en días lluviosos. Si a la pérgola le añadimos toldos en los laterales, nos protegerá del frío y también podremos usarla en invierno, por lo que nuestra inversión significará disponer de un espacio nuevo durante los 365 días del año.

¿Cómo elegir nuestra pérgola?

La primera recomendación es que contactemos con una empresa solvente y especializada en la instalación de pérgolas de aluminio. A diferencia de las grandes superficies de bricolaje, estas empresas cuentan con técnicos expertos en la materia, acostumbrados a trabajar sobre el terreno, que nos dedicarán el tiempo necesario para comprender nuestra idea y asesorarnos de forma personalizada.

Además de la fabricación, se encargarán de todo el montaje, por lo que no tendremos que preocuparnos lo más mínimo por tratar de comprender instrucciones indescifrables o disponer de herramientas que no sabíamos ni que existían.

Elegir el tamaño

Lo primero que debemos tener en cuenta es la superficie que queremos cubrir. Una de las ventajas de los armazones de aluminio y los entoldados de lona es que se pueden fabricar a medida. Como decimos, las empresas dedicadas a la fabricación de estas instalaciones pueden hacer auténticas virguerías, acoplando a cualquier espacio una solución elegante y duradera. También debemos tener en cuenta el presupuesto del que disponemos porque el precio final dependerá, en mayor o menor medida, del tamaño de nuestra nueva pérgola.

Elegir los colores

Al tratarse de esqueletos de aluminio y toldos que se elaboran por encargo podemos combinar los colores que más nos gusten. Así, podemos decantarnos por una estructura metálica en color negro, marrón o blanco y combinarla con tejidos estampados, a rayas o monocromáticos.

Lo más recomendable es dejarnos aconsejar por los profesionales, pues ellos disponen de paletas de colores y muestras de tejidos -clásicos y modernos- que seguro encajarán con nuestra fachada. Solo así conseguiremos un lugar de ensueño que dejará boquiabiertos a nuestros invitados.

Elegir la movilidad

Es cierto que algunos tipos de pérgolas se montan con el toldo fijo. No obstante, lo más práctico es montarlas con un entoldado retráctil, con plano de guías horizontal, que permita recogerse fácilmente en caso de condiciones meteorológicas adversas.

Pese a tratarse de tejidos y armazones muy resistentes, un día de viento muy fuerte podría causarnos algún susto. Y eso no queremos que suceda. Por eso, podemos elegir entre varias formas de recoger el toldo: mediante poleas, cuerdas o, incluso, un motor. Hasta podemos pedir que nos instalen detectores de lluvia, sol o viento para que el toldo se recoja automáticamente sin tener que preocuparnos por él.

Una vez hayamos escogido como queremos la estructura, el toldo y su funcionamiento, los profesionales se pondrán manos a la obra. Cuando tengan lista nuestra pérgola, su instalación será rápida y sencilla, puesto que ya se ha trabajado sobre plano el resultado final. Los operarios nos la dejarán lista en unas horas.

Una solución para cualquier exterior

Las pérgolas de aluminio se caracterizan por ser estructuras firmes, seguras y duraderas a la par que hermosas. Por ello, no son un elemento exclusivo de terrazas o jardines privados. De hecho, son enormemente versátiles.

En el sector de la hostelería se emplean a menudo para diferenciar las terrazas de algunos establecimientos (bares y restaurantes), como cenadores en convites, o como carpas abiertas para caterings en eventos deportivos en los que se congrega público hambriento a pleno sol.

También se suelen instalar en patios de guardería y colegios, para resguardar las pieles sensibles de los más peques de los rayos ultravioleta. Es habitual verlas también en eventos protocolarios o recepciones institucionales. Incluso algunas personas las utilizan a modo de cobertizo para resguardar sus vehículos.

Ahora que conoces las bondades de instalar una pérgola entoldada y tienes la suerte de poseer un espacio externo en tu hogar, dispones de la excusa perfecta para convertir tu jardín, patio o terraza en un lugar majestuoso donde sentirte como un rey o como una reina durante todo el año.

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