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En un festival de magia todo puede suceder. Esta semana Barcelona  nos lo ha confirmado a través de una experiencia inédita: 24 horas seguidas de magia interpretadas por un solo hombre. Gabi Pareras, máximo exponente de este arte en Catalunya, ha ofrecido su original repertorio con naipes desde las 16 horas del viernes hasta las 16 del día siguiente, ante un público completamente entregado a la ilusión y el desafío.

El gran mago en la hora cero

“No se trata de conseguir un récord Guinness, sino de vivir una fiesta cuyo único sentido es que el arte de la magia se luzca” aclara Gabi, unos minutos antes de comenzar el show más atractivo del 1er. Festival El Rei de la Màgia. Entusiasmado y a la vez sereno, el mago se muestra confiado en los más de doscientos juegos que conoce gracias a sus 10 años de docencia y su larga trayectoria sobre los escenarios. La idea es no repetir ningún truco a lo largo de la jornada pero Pareras confiesa que “podría quedarse corto”, dado lo impredecible de una experiencia  que se lleva a cabo por primera vez en el mundo.

Dispuesto a todo por la causa, el hambre o el sueño no suponen un obstáculo para el prestidigitador. Son las cuatro menos cuarto y aún no ha comido pero no importa porque, asegura, prefiere “ir picando de a poquito para aguantar”. El sueño tampoco le preocupa porque dice tener buen entrenamiento debido a su juventud “golfa”. Gabi se ha propuesto, ante todo, divertirse y compartir con aficionados y “profanos”, como él llama a quienes no trabajan en el mundo de la magia, una auténtica celebración.

“Necesitamos un notario entre la gente del público para que tome nota de la hora a la qua empezamos y luego a la que terminamos” anuncia la presentadora del espectáculo. El osado voluntario mira el reloj y apunta. Son las 16.30 del viernes y Gabi Pareras aparece, recortando el telón de terciopelo rojo con su traje negro. “Con suerte, esto acaba en orgía” bromea el mago para romper el hielo de una función que, como él mismo comenta, es extraño hacer por la tarde cuando en general “se actúa de noche y con alguna que otra copita”.

Gabi se sienta frente al paño verde y los naipes bailan su canción inaugural con un hombre de la primera fila. Retransmitidos todos los movimientos por una pantalla, el público no pierde detalle. El mago juega con corazones y picas a su antojo, a la vez que, gracias al humor, va saliendo de apuros sin ningún inconveniente.

altEl gran mago en la hora 25

“El primer truco no me salió, pero no perdí la calma”, cuenta un lúcido Gabi el sábado a las 16’45. “Me disculpé y continué, me esperaban alrededor de 200 trucos más, no podía permitirme darle tanta importancia al primero”, añade con seguridad.

Lo había conseguido. Había ofrecido en pleno centro de Barcelona un espectáculo de magia ininterrumpido durante 24 horas. Un maratón con los naipes sin precedentes. “Ha sido una experiencia brutal, y muy positiva en general” valora el mago haciendo el recuento de los asistentes.

El comienzo fue lo más difícil. De 16’00 a 20’00 la sala contaba con 20 personas solamente, y la mayoría eran magos. “Le resultó más difícil arrancar ante un público de magos porque no dan tanto juego, pero poco a poco fueron llegando los profanos. A las 20’00h la sala estaba llena. Gabi actuaba ante un público de más de 50 personas”, asegura Sara Fernández encargada de comunicación, ventas y promoción del Rei de la màgia. “De las 22’00h a las 23’00h el número de espectadores bajó un poco, pero de 03’00h a 05’00h la sala estuvo a tope, éramos unas 70 personas”. Con la apertura del servicio del metro, la mayoría de los asistentes se fueron a dormir, quedando 16 personas a las 07’00h. “La hora más floja fue de 09’00h a 11’00h, solamente había 8 personas, la mitad magos y la otra mitad profanos. Gabi aprovechó para hablar sobre Teoría Mágica, al hilo de los juegos que iba realizando”, afirma Sara que estuvo toda la noche presente.

La entrada del espectáculo costaba 16 euros, y las personas que querían salir se ponían un cuño para poder volver. El balance en general ha sido muy positivo. Tanto la organización del festival como el propio mago dan un triunfo a la aventura mágica. “La reacción de los profanos ha sido realmente muy positiva. He tenido momentos más atinados y otros menos, pero ha sido un gran espectáculo”, decía Gabi mientras apagaba su Ipad. “Tenía todos los trucos guardados en mi Ipad, no he querido disimularlo. Lo he puesto encima de la mesa y si en algún momento he necesitado releer la información lo he hecho. No he preparado trucos sin más. He montado sesiones, grupos de trucos que necesitaban ligarse bien para dar continuidad, y para esto cada detalle era fundamental”.

Él se muestra tranquilo, tanto al reconocer los fallos como ante el hecho de que durante las largas 24 horas se hayan transgredido algunas normas. “Y es que para eso están, para transgredirlas. Una de las normas era que yo haría la jornada entera, pero a lo largo de la noche algunos compañeros han querido subirse al escenario. Me ha parecido genial la idea. ¿Y cuál ha sido el resultado? Un maratón de magia desde el placer, la devoción y la diversión”.

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