Hace unas semanas, la banda de música indie Izal ofrecía su último concierto en el WiZink de Madrid con un aforo completo y después de doce años de trayectoria. No es el único grupo de este género que ha decidido colgar los instrumentos: también han anunciado su retirada los andaluces Full y los murcianos Second, estos últimos tras 25 años en activo.

El tiempo ha pasado y nombres que eran hasta hace poco jóvenes promesas son ya bandas veteranas y establecidas, hasta el punto de que muchas de ellas están asumiendo que su tiempo ha terminado.

Estos movimientos no están pasando inadvertidos en la industria musical, donde ya se plantean que existe una ruptura entre las nuevas generaciones y las bandas indies.

“Yo creo que, más que un cambio de ciclo en la industria lo que hay también es un relevo”, asegura a TVE Luis Fernández, mánager musical del sello Sonido Muchacho y director de GTS.

Una opinión que comparte con Ángel Carmona, periodista del programa de Radio 3 ‘Hoy empieza todo’, quien considera que este relevo generacional se debe a que “hay un público que ya no va a esos conciertos”.

Para Fernández, “el concepto indie sí que ha desaparecido un poco. Creo que el modelo hacia el que vamos es un modelo de consumo donde la gente ya escucha cualquier cosa sin ningún tipo de prejuicio”.

Las nuevas generaciones apuestan por la heterogeneidad
Un ejemplo de esta heterogeneidad son los festivales de este verano, un concepto que creció notablemente de forma paralela a la popularidad del género indie, pero que ha evolucionado hasta vivir un enorme auge el pasado año. “La nueva generación no quiere un solo género, no quiere solo rap o no quiere solo indie”, dice Ángel Carmona.

La mezcla de géneros se aceleró sobre todo durante la pandemia, una circunstancia que afectó de lleno a la industria musical. “Tenemos que volver y recuperar el circuito de las salas, porque si no los grupos van a estar en manos de los festivales” apunta el manager musical Manuel Notario (Hook Management).

Hay otro factor a tener en cuenta y es que estos artistas ya no son veinteañeros y han vivido una evolución musical y personal que ha cambiado sus circunstancias.

“Hay una heroicidad en estas bandas, porque tenían más de un trabajo”, comenta Ángel Carmona. “Trabajaban de lunes a viernes y los sábados se metían en la furgoneta. Eso es incompatible cuando cumples determinadas edades, con su familia”, añade.

Pese a las despedidas anunciadas, el indie sigue gozando de un enorme repaldo de público y nuevas bandas se unen cada año a las ya veteranas, como Vetusta Morla, Miss Caffeina o Viva Suecia, cuyos conciertos se saldan con aforos completos. Esta sangre joven es la garantía principal de que el género independiente seguirá evolucionando.

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