Una de las series británicas de moda, contada de una manera muy trabajada donde cada temporada podría ser una película entera. Trajes elegantes, revólveres, conflictos sindicalistas, sobornos, violencia y grandes dosis de nicotina. Poneos la boina.

Una de las enfermedades que está caracterizando a nuestra sociedad actual, es la seriefilia compulsiva. Necesitamos consumir series una tras otra de manera compulsiva, un fenómeno que grandes plataformas como Netflix han sabido recoger a la perfección. Es por eso que hoy en día cada vez es más común ver series con grandes presupuestos sin tener que envidiar nada a los filmes de Hollywood, o grandes actores que deciden pasarse a la pequeña pantalla, las series son más rápidas, más fáciles de consumir durante el día a día, un reflejo de nuestra sociedad.

Entre la gran cantidad de títulos que hay en el mercado de las series actuales me gustaría detenerme a analizar una autentica perla donde las haya, una serie que tiene un gran reconocimiento y que a cada temporada suma nuevos seguidores, hablamos de Peaky Blinders. Sin ningún tipo de spoiler pasamos a analizarla.

La serie dramática creada por Steven Knight emitida en la cadena BBC Two vio luz en setiembre de 2013, después de su primera temporada con unas audiencias aceptables fue renovada por otra temporada más, a medida que pasaban las temporadas la serie lejos de estancarse no paró de crecer hasta la fecha de hoy donde en diciembre de 2017 se emitió su cuarta temporada con la quinta en el horizonte de 2019.

La historia nos sitúa en el ambiente de la postguerra de la Primera Guerra Mundial, más concretamente en la ciudad británica de Birmingham de 1919. El eje central de la trama es como una familia mafiosa de etnia gitana dedicada a las apuestas y el contrabando irá realizando negocios para escalar de clase social, lo cual ira acompañado de grandes dosis de violencia, corrupción, amenazas y whisky escocés. Los Peaky Blinders se caracterizan por llevar boinas, las cuales llevan en su visera cuchillas de afeitar para usarlas como armas cuando las cosas se ponen feas o quieren “dejar un mensaje” a alguien. A lo largo de las diferentes temporadas encontraremos grandes referencias históricas como la miseria que dejo la guerra mundial en la población británica, el conflicto con el IRA o la mención y/o aparición de personajes célebres de la historia británica como el Rey Jorge y Winston Churchill.

No obstante, el peso de la serie no se encuentra en la historia que narra sino en tres aspectos fundamentales que convierte Peaky Blinders en una de las mejores series de la actualidad: Actuaciones, fotografía y banda sonora.

El reparto de la serie está encabezado por la familia la Shelby, los protagonistas, los “buenos”. Un Cillian Murphy interpretando a Tommy Shelby el líder de los Peaky Blinders, es el hermano mediano caracterizado por ser frio calculador e inteligente ( y esos ojos azules…), Paul Anderson interpretando al hermano mayor Arthur alocado, sensible y violento como si tuviera el demonio en su interior y no lo pudiera controlar, a Joe Cole en el papel de hermano menor John Shelby el más canalla y inquieto de los tres hermanos, estos están complementados por Sophie Rundle su hermana en el papel de Eyda Shelba la cual discrepa de sus hermanos siendo comunista, los cuatro hermanos están bajo la continua supervisión de su tía Polly Shelby la matrona de la familia, interpretada por la conocida actriz de teatro británico Helen McCrory.

A todo esto hay que añadir otro elemento importante y muy típico de toda obra cinematográfica digna de considerar, el antagonista, y es que cualquier héroe se ve sumamente reforzado ante un gran villano a la altura. En este caso tenemos en las primeras temporadas al curtido Sam Neill (conocido por Parque Jurásico o Caza del Octubre Rojo) como policía que perseguirá la banda hasta romper con sus leyes morales, y en la última temporada a un Adrien Brody que deja una interpretación de la mafia italiano americana a la altura de don Vito Corleone de Marlon Brando y Robert de Niro. Para ponerle un ingrediente más a este plato suculento hace falta mencionar a un brillante Tom Hardy convertido en Alfie Solomons de líder de la banda judía de Londres.

Sin duda Peaky Blinders es una serie de interpretaciones y es que cada actor luce al máximo su potencial en cada escena gracias a un guion que permite que cada personaje tenga un desarrollo a lo largo de la serie y su rol vaya cambiando.

Pasamos pues a la fotografía, lo más impresionante es que si en cualquier escena le damos al botón de pausa y observamos la imagen congelada nos daremos cuenta de que parece realmente una fotografía perfecta. Ya sea en los planos directos de los actores o los planos abiertos de las localizaciones se aprecia una composición y harmonía perfectas, no hay ningún fallo todo es perfecto, con las imágenes que se ven tu nariz puede captar el humo de esa ciudad industrial llena de fábricas de carbón y metal, un diez en este aspecto. Además la estética de los personajes siempre es impecable, luciendo elegantes trajes, boinas y peinados los cuales han desatado una pequeña moda en la actualidad.

Y para rematar las claves de la serie hay que hablar de su banda sonora. Birhmingham 1919, una banda mafiosa de etnia gitana, revólveres, drogas, prostitución, pubs, humo…. Que música viene a la mente? Probablemente una banda sonora clásica pero discreta y dramática como tantas veces hemos oído en series o películas de temática parecidas. En el universo Peaky Blinders no se encuentra nada de eso, la fórmula utilizada es rock indie: Artic Monkeys, Nick Cave, Jack Withe, PJ Harvey,….. Lo más sorprendente es que esta extraña formula de mezclar música moderna con una estética antigua funciona y de qué manera!

Así pues nos encontramos con una serie de formato intenso y corto: 6 capítulos por temporada de 50 min cada uno. Se plasma una historia ya contada muchas veces en películas o series, la diferencia es que Peaky Blinders lo hace de una manera muy característica y que marca un estilo propio que la sitúan como una de las series actuales de más calidad. Casi obligado visualizarla en versión original, ese acento británico tan cerrado no tiene precio.

By order of the fockin Peaky Blinders !

 

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