En el vasto y vibrante panorama del rock de los años setenta, pocas bandas lograron fusionar con tanta audacia y carisma elementos de hard rock, rock progresivo y soul, como lo hizo Babe Ruth con su álbum debut, First Base (1972). Este disco, lanzado bajo el sello Harvest, no solo marcó la irrupción de una banda con una propuesta fresca y arriesgada, sino que también se convirtió en una joya algo olvidada del rock setentista, especialmente valorada por aquellos que buscan tesoros musicales fuera de los cánones mainstream. Con una mezcla explosiva de riffs pesados, arreglos progresivos, influencias latinas y la voz poderosa de Janita «Jenny» Haan, First Base es un testimonio de la creatividad y la energía de una época dorada para el rock.

Contexto y formación de la banda

Babe Ruth, originaria de Hatfield, Inglaterra, se formó en 1971 bajo el nombre inicial de Shacklock, en referencia a su guitarrista y compositor principal, Alan Shacklock. El grupo estaba compuesto por Janita Haan en la voz, Alan Shacklock en la guitarra, Dave Hewitt en el bajo, Dave Punshon en los teclados y Dick Powell en la batería, quien reemplazó a Jeff Allen poco antes de la grabación del disco. La banda firmó con Harvest, un sello conocido por albergar a nombres como Pink Floyd y Deep Purple, y grabó First Base en los prestigiosos estudios Abbey Road. El álbum, lanzado en noviembre de 1972, no tuvo un gran impacto comercial en el Reino Unido, pero logró un éxito notable en Norteamérica, especialmente en Canadá, donde alcanzó el estatus de disco de oro.

El nombre «Babe Ruth» no hace referencia al legendario jugador de béisbol, como podría suponerse, sino que fue una sugerencia de la discográfica para darle un toque distintivo al grupo. Sin embargo, la elección del nombre refleja el espíritu audaz y poco convencional de la banda, que no temía experimentar con géneros y texturas para crear algo único. La portada del álbum, diseñada por el icónico Roger Dean (conocido por su trabajo con Yes y Uriah Heep), añade un toque cósmico y psicodélico que complementa perfectamente la propuesta musical del disco.

Babe Ruth

Análisis del álbum

First Base consta de seis canciones que abarcan una amplia gama de estilos, desde el hard rock crudo hasta pasajes progresivos y momentos de inspiración latina. A continuación, desglosamos cada tema y sus características principales:

1. Wells Fargo (6:14)

El álbum arranca con «Wells Fargo», una pista que establece de inmediato el tono enérgico y visceral del disco. Con un riff de guitarra pesado y un ritmo galopante, la canción evoca imágenes de un western moderno, reforzadas por el uso de un saxofón que irrumpe en un solo espectacular hacia el final, cortesía de Brent Carter. La voz de Janita Haan brilla con una intensidad que recuerda a Janis Joplin, alternando entre gritos apasionados y pasajes más melódicos. El tema, inspirado en la compañía de transporte del Viejo Oeste, combina el ímpetu del hard rock con un toque psicodélico, creando una apertura poderosa que captura la atención del oyente desde los primeros compases. La inclusión de percusiones adicionales, como congas y bongós a cargo de Gasper Lawal, añade una capa de textura que enriquece la experiencia.

2. The Runaways (7:12)

«The Runaways» es una de las joyas más emotivas y progresivas del álbum. Con un piano melancólico a cargo de Dave Punshon como protagonista, la canción se desarrolla en un crescendo épico que combina arreglos orquestales con la voz expresiva de Haan. La presencia de músicos de cuerdas de cámara, como Peter Halling y Clive Anstee, aporta un aire cinematográfico que eleva la pista a un nivel casi sinfónico. La letra, que evoca un sentido de huida y libertad, se ve reforzada por la intensidad emocional de Haan, quien demuestra su versatilidad al pasar de tonos suaves a explosiones vocales. Con casi ocho minutos de duración, «The Runaways» es un ejemplo perfecto de cómo Babe Ruth podía moverse entre la delicadeza y la grandiosidad sin perder coherencia.

3. King Kong (6:40)

La versión de «King Kong» de Frank Zappa es un guiño al espíritu experimental de la banda. Esta reinterpretación transforma la pieza original en una jam progresiva con un enfoque más rockero, liderada por los teclados de Punshon y los riffs incisivos de Shacklock. La canción destaca por su estructura libre, que permite a la banda explorar diferentes texturas y dinámicas, desde momentos introspectivos hasta explosiones de energía. Aunque menos accesible que otros temas del disco, «King Kong» muestra la ambición de Babe Ruth por expandir los límites del rock convencional, un rasgo característico del espíritu progresivo de la época.

4. Black Dog (8:03)

No debe confundirse con el clásico de Led Zeppelin, esta versión de «Black Dog» de Jesse Winchester es una reinterpretación que lleva la canción a un terreno más pesado y visceral. La guitarra de Shacklock y la voz de Haan dominan la pista, creando un contraste dinámico entre los pasajes más suaves y los estallidos de energía. La inclusión de un solo de guitarra a alta velocidad y un arreglo robusto refuerzan la comparación con bandas como Rush o Deep Purple, pero con un toque distintivo gracias a la presencia femenina en los vocales. Este tema es un ejemplo de cómo Babe Ruth podía tomar una composición externa y hacerla suya, inyectándole su propia personalidad.

5. The Mexican (5:45)

Sin duda, uno de los puntos culminantes del álbum es «The Mexican», una canción que se convirtió en un himno en la escena del hip-hop años después debido a su distintivo breakbeat. La pista combina un riff de guitarra infeccioso con teclados dinámicos y un ritmo que evoca la música latina, culminando en una interpretación del tema de Ennio Morricone «Per Qualche Dollaro in Piu» hacia el final. La voz de Haan, poderosa y llena de carácter, lleva la canción a nuevas alturas, mientras que los arreglos muestran la habilidad de la banda para fusionar géneros de manera orgánica. «The Mexican» no solo es un clásico del rock setentista, sino también una pieza influyente que ha sido sampleada y versionada por artistas de hip-hop y funk, como Funky Four, Doug E Fresh y Organized Konfusion.

6. Joker (7:42)

El álbum cierra con «Joker», una pista que encapsula la esencia de First Base: una mezcla de hard rock, percusión vibrante y solos viscerales. Los riffs de Shacklock y la batería de Powell crean una base rítmica sólida, mientras que Haan entrega una interpretación vocal que oscila entre la agresividad y la emotividad. La canción destaca por su energía cruda y su capacidad para mantener al oyente enganchado hasta el último segundo, cerrando el disco con una nota alta que invita a volver a reproducirlo desde el principio.

Aspectos técnicos y producción

La producción de First Base, a cargo de Alan Shacklock y Nick Mobbs, es un punto fuerte del álbum. Grabado en Abbey Road, el disco aprovecha al máximo las capacidades del estudio para crear un sonido limpio pero potente, con un equilibrio perfecto entre los instrumentos y la voz de Haan. La inclusión de músicos adicionales, como los mencionados intérpretes de cuerdas y vientos, añade una riqueza orquestal que eleva las composiciones sin opacar la crudeza del rock. La mezcla de géneros, desde el soul hasta el progresivo, está ejecutada con precisión, lo que demuestra la visión clara de Shacklock como líder creativo.

Impacto y legado

Aunque First Base no logró un éxito masivo en el Reino Unido, su recepción en Norteamérica, particularmente en Canadá, fue notable. El disco se convirtió en una referencia para los amantes del rock setentista, y su influencia se extendió a géneros inesperados, como el hip-hop, gracias al impacto de «The Mexican». La banda, sin embargo, enfrentó dificultades debido a constantes cambios de formación, lo que afectó su consistencia en trabajos posteriores. La salida de Shacklock tras el éxito del álbum marcó un punto de inflexión, y aunque discos como Stealin’ Home (1975) mantuvieron cierto nivel de calidad, Babe Ruth nunca volvió a alcanzar la cohesión y la frescura de First Base.

El legado de First Base radica en su capacidad para capturar el espíritu de una era mientras ofrecía algo nuevo. La combinación de la voz femenina de Haan, los riffs pesados de Shacklock y los arreglos progresivos lo convierten en un disco que trasciende las etiquetas de género. Además, su portada diseñada por Roger Dean y su conexión con el sello Harvest lo sitúan en un contexto histórico junto a otras bandas icónicas de los setenta.

Conclusión

First Base de Babe Ruth es una obra maestra subestimada que merece un lugar destacado en cualquier colección de rock. Su mezcla de hard rock, progresivo, soul y elementos latinos, junto con la interpretación apasionada de Janita Haan y la maestría instrumental de la banda, lo convierten en un álbum vibrante y atemporal. Canciones como «Wells Fargo», «The Runaways» y «The Mexican» destacan por su energía, creatividad y capacidad para conectar con el oyente, mientras que la producción impecable y el arte visual refuerzan su estatus como una joya del rock setentista. Para los amantes de la música que buscan redescubrir clásicos olvidados, First Base es una invitación a sumergirse en un sonido que desafía convenciones y celebra la libertad creativa. En un mundo donde el rock de los setenta sigue siendo reverenciado, este disco es un recordatorio de que aún hay tesoros por descubrir.

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Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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