La caída en desgracia del mayor salón de juego de la Ciudad Condal esconde misterios que, a día de hoy, continúan sin respuesta

Una de las historias que siguen inquietando a los vecinos de la sierra catalana de Sant Cugat del Vallès es la que emerge del Casino de La Rabassada. Se trata de una edificación que, en el pasado, constituyó el templo más imponente dedicado al juego de Barcelona.

No son pocas las voces que afirman percibir fenómenos paranormales desde que se empieza a transitar la carretera de la Rabassada. Las miradas se centran en el Casino, del que emana un halo de misterio: cómo una de las construcciones monumentales más importantes del siglo XX, sede de lo más granado de la sociedad catalana, es hoy una completa ruina.

Inicios del Casino de La Rabassada

Con la ciudad de Barcelona en plena expansión como telón de fondo, las obras de un hotel casino de proporciones fastuosas dieron por finalizadas en el verano de 1899. San Cugat del Vallés fue la ubicación escogida para un lujoso edificio cuyos enormes salones eran destinados a los elegantes bailes de la alta sociedad catalana. Desde su nacimiento, el Casino de La Rabassada conformó un verdadero símbolo del lujo y la prosperidad económica de la Barcelona de principios del siglo XX.

Los casinos siempre se han relacionado con la cultura y la elegancia, además de la emoción de los juegos de azar. Sin embargo, la realidad del nuevo milenio ha traído consigo la pérdida de ciertos paradigmas sociales para instalar otros nuevos.

En los últimos años, la industria del juego ha dado un salto al entorno web para amoldarse a los nuevos tiempos y a las tendencias del iGaming online, de modo que las sensaciones del juego físico puedan vivirse también desde la comodidad de tu casa. Sin embargo, existen ciertas experiencias que el juego online todavía no ha conseguido emular, como la suculenta gastronomía que se suele servir en los restaurantes de los casinos.

La Rabassada disponía, en sus comienzos, de prestigiosos chefs franceses que cocinaban para sus reconocidos restaurantes. Además, contaba con deliciosos jardines desplegados en el entorno con un parque de atracciones propio y salones de concierto. Las vistas desde este paraje asombraban a todo el que miraba.

Se dice, incluso, que uno de los impresionantes salones estaba destinado al uso exclusivo del juego de la ruleta, donde muchos ganaron cantidades ingentes de dinero. Según cuenta la leyenda, existía una sala insonorizada pertrechada con una pistola para aquellos a los que abandonaba la diosa fortuna.

El ocaso y muerte del Casino

La caída en desgracia del Casino de la Rabassada ha alimentado las elucubraciones y el misterio hasta el día de hoy. Muchas de las teorías tienen su sustrato en los numerosos suicidios que escondían las paredes silenciosas del local. Otras se centran en la doble finalidad secreta del casino como prostíbulo en el que los hombres ricos de Barcelona acudían a satisfacer sus deseos. No faltan tampoco las voces que apuntan a las inquietantes visitas que recibía el edificio, como la conocida asesina y supuesta vampira barcelonesa Enriqueta Martí.

Todas estas leyendas se entremezclan con los hechos históricos fehacientes, como es la llegada de la prohibición del juego de la mano de Primo de Rivera y el posterior estallido de la Guerra Civil española. Con el cierre del Casino primero y el hotel después, las instalaciones fueron utilizadas por el ejército como cuartel general  y destinado a fusilamientos.

El Casino de la Rabassada, antaño símbolo de la gloria y esplendor barcelonés, es hoy una ruina teñida de inquietantes historias y leyendas sin respuesta.

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