Con veinte años de activismo social a sus espaldas, durante los que ha participado en numerosos movimientos ciudadanos de defensa de los Derechos Humanos y por el derecho a la vivienda, así como en numerosas organizaciones nacionales e internacionales, Ada Colau Ballano saltó a la palestra pública en 2009, al ser una de las fundadoras de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), organización centrada en dar apoyo a todo ciudadano amenazado de desahucio por la maquinaria financiera española, tras la tristemente célebre explosión de la “burbuja inmobiliaria”.

Evitando deshaucios “a las bravas” y ejecutando e impulsando los conocidos “escraches” ante casas de políticos, la PAH fue consolidando su posición y en 2013 logró que Colau interviniera en la Comisión de Economía del Congreso de Los Diputados, cámara que admitió a trámite una Iniciativa Legislativa Popular respaldada por 1.400.000 firmas ciudadanas. Ese mismo año, Colau intervino también ante la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo.

En la segunda mitad de 2014, la ya considerada líder oficiosa de la PAH aceptó ser portavoz de la recién constituida Guanyem Barcelona, plataforma ciudadana que concurriría a las elecciones municipales de mayo de 2015, ocasión que la convirtió en la fuerza política más votada de la ciudad de Barcelona.

Sabidos son de sobra los ataques que ha sufrido Ada Colau años antes de decidirse a embarcar en las procelosas aguas de la política. Su notorio activismo le granjeó críticas soeces (“gordita” fue llamada por el periodista Alfonso Rojo en un programa televisivo en directo de debate político) y vinculaciones injustificadas, cuando no vergonzosas (la hoy presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, llegó a vincular la PAH con movimientos proetarras). Críticas que se acentuaron tras presentarse a los comicios y que con toda seguridad se prolongarán durante los próximos cuatro años de mandato

A pesar de ello, Ada Colau tomó posesión de la Alcaldía de Barcelona —es la primera mujer que ocupa el cargo en la historia de la corporación municipal— el 13 de junio de 2015, con el apoyo a su investidura de los grupos municipales del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), así como de uno de los tres concejales que obtuvo la Candidatura de Unitat Popular (CUP).

Más de dos semanas han pasado desde entonces, y esta antigua activista de 41 años, tachada de “extrema izquierda” por medios de prensa conservadores, ha tenido tiempo de realizar acciones impensables no mucho tiempo atrás, cuando el político profesional pactaba con los poderes fácticos de la ciudad. La alcaldesa parece haberse tomado muy en serio su compromiso con la ciudadanía, a la cual solicitó expresamente, en su discurso de investidura, que “les echaran si no hacían lo que habían dicho que harían”, pero sin dudar en pedir “paciencia para transformar Barcelona”.

Acciones destacadas Ada Colau

El 15 de junio, la nueva alcaldesa se estrenó comprobando en persona la suspensión de un desahucio en el distrito de Nou Barris, al que acudió en transporte público. Su actuación se limitó a verificar que la suspensión se había hecho efectiva, pues la familia en riesgo no había recibido ninguna notificación oficial y se encontraba, literalmente, con las maletas en la puerta de su casa. Comprobado el trámite, tanto de este como de otros cuatro desahucios más, Colau declaró ante la prensa, en un alarde de lógica, que convocaría para el siguiente miércoles, 17 de junio, en el marco de la primera comisión de gobierno, a la Mesa de Prevención de Desahucios, entidad creada en 2012 que está integrada por representantes de juzgados, procuradores de los tribunales, distintas entidades y servicios sociales municipales y la Gerencia de cada Distrito (Especialmente las de Nou Barris, Ciutat Vella i Sants, los más afectados por la situación), pero cuya utilidad ha sido más que cuestionable, debido a su escasa actividad bajo el anterior gobierno municipal

Sólo un día después, con nota de prensa incluida, el Consistorio retiró su acusación contra los dos estudiantes detenidos tras los disturbios relacionados con la huelga general del 29 de mayo de 2012. El gobierno de Colau declaró que Dani Ayyash e Ismael Benito habían recibido muestras de apoyo tanto de las administraciones públicas como de las entidades sociales, y que la pena a la que se enfrentaban (cuatro años para cada uno) no se correspondía a la gravedad de los hechos, de los cuales, por otra parte, “no se desprendía una autoría clara”. Según la misma fuente,  la gravedad de la pena está reservada por el ordenamiento jurídico “para otras conductas que no son las de este caso».

Asimismo se aprobó la reducción de efectivos policiales y la disolución de las Fuerzas Especiales de la Guàrdia Urbana.

El 17 de junio, durante la primera comisión de gobierno del nuevo Consistorio, Ada Colau presentó su nuevo equipo de gobierno, en el que Gerardo Pisarello ocupa el cargo de primer teniente de alcalde y responsable del área de Trabajo, Economía y Planificación Estratégica; Laia Ortiz, la segunda teniente de alcalde, se ocupa del área de Economía, Empresa y Ocupación; Jaume Asens, nombrado tercer teniente de alcalde, está al frente del área de Derechos de Ciudadanía, Participación y Transparencia; Janet Sanz es cuarta teniente de alcalde y responsable del área de Ecología, Urbanismo y Movilidad; Agustí Colom, concejal de Empleo, Empresa y Turismo; Josep Maria Montaner, concejal de Vivienda; Raimundo Viejo, concejal de Educación y Universidades; Gala Pin, concejala de Participación y Territorio; Mercedes Vidal, concejala de Movilidad y, por último, Laura Pérez Castaño es la concejala del Ciclo de Vida, Feminismos y LGTBI.

Es precisamente la creación de esta última nueva concejalía, que sustituye a la de Juventud, la que más críticas ha recibido, tanto por la eliminación de la anterior, como por tratarse de “un modelo inspirado en modelos sudamericanos”.Ese mismo día se aprobó la renuncia a la candidatura de Barcelona como organizadora de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026, “al no tratarse de una prioridad para la ciudadanía”. Esta decisión recibió nuevas críticas, principalmente de los alcaldes pirenaicos, que no habían sido informados antes de la medida.

Cumpliendo lo declarado el 15 de junio, Colau convocó de urgencia la Mesa de Prevención de Desahucios, y la propia alcaldesa confirmó el inicio de rondas de contacto con representantes de las distintas entidades financieras, a fin de paliar las situaciones de emergencia habitacional.

Asimismo se aprobó la composición de un mapa de malnutrición infantil en los distritos más deprimidos de Barcelona, para iniciar acciones de contención contra esta lacra social.

La jornada finalizó con el anuncio de Colau de que se encargará en persona de presidir los plenos del Ayuntamiento, para evitar gastos innecesarios al mismo. No faltaron las críticas opositoras de toda ralea, por considerar la maniobra como una interferencia partidista en el funcionamiento de los plenos.

Ada Colau Ballano alcaldesa barcelona

El 18 de junio, la alcaldesa se reunió con la Síndica de Greuges (la Defensora del Pueblo catalana), Maria Assumpció Vilà, quien le facilitó un informe acerca de las principales quejas que recibe la institución por parte de los vecinos de Barcelona: turismo incívico, ruido y dificultades de los ciudadanos en riesgo de exclusión para acceder a un piso de emergencia. De esta primera toma de contacto, Colau i Vilà se comprometieron a solicitar la colaboración del Puerto de  Barcelona para la cesión temporal de 1.500 viviendas de Les Drassanes, afectadas por un planteamiento urbanístico (que data del 2013 y prevé la implementación de un proyecto privado que cerrará parte del Port Vell de Barcelona para el uso privado de yates de lujo), y utilizarlas como alojamientos de emergencia provisionales.

Asimismo se estableció el compromiso de revisar ciertas infracciones y sus correspondientes sanciones, porque, a juicio de Colau, “algunas van en contra del sentido común por su cuantía y atacan a las personas más vulnerables y no las causas que las generan.” En este sentido, se refirió concretamente a las multas que sancionan a los niños que juegan a pelota en la calle o las que afectan a las mujeres que ejercen la prostitución. “Queremos ofrecer políticas garantistas, dirigidas a las causas de las conductas y no a atacar a los más débiles”, declaró.

Sin embargo, la noticia del día en algunos medios de comunicación fue el hallazgo de una capilla dentro del ayuntamiento, por parte de la edil de Barcelona en Comú Gala Pin, así como el propósito de darle otro uso.

El 20 de junio, Colau, coherente en sus posiciones, acudió a su primer acto protocolario: inauguró una placa conmemorativa en el cementerio de Montjüic, en recuerdo de los 100.000 habitantes de los barrios de Can Tunis y El Morrot que habitaron en barracas.

Pero, sin duda, la acción con más repercusión de la jornada fue su participación en la manifestación organizada por la plataforma “Tanquem el CIE”, a la que acudieron alrededor de un millar de personas. La plataforma aboga por que el Parlament de Catalunya solicite al Gobierno central el cierre de los centros de internamiento de extranjeros, por vulnerarse sistemáticamente los Derechos Humanos con su sola existencia. Colau se mostró partidaria del cierre del CIE situado en la Zona Franca de Barcelona, y mostró la posición contraria de su gobierno hacia estos centros, al considerar que no puede catalogarse a las personas como “ilegales”.

El 24 de junio, la noticia clave fue que Colau cambiaba el coche oficial de la Alcaldía (un Audi A6) por un monovolumen (de la marca SEAT, para ser más precisos). Noticia de gran alcance e importancia mediática, y de gran utilidad e interés para la ciudadanía

Más interesante resultó la noticia del día siguiente, 25 de junio, acerca de la contratación de Adrià Alemany, pareja sentimental de la alcaldesa, como asesor y en puesto de confianza de Barcelona en Comú..

Las críticas fueron inmediatas y no sirvieron para rebajar la indignación entre los miembros de la oposición y sus medios de comunicación afines, a pesar de las palabras de Gerardo Pisarello, quien explicó que no se contrataba a Alemany para el Ayuntamiento. Según el primer teniente de alcalde, Alemany  ya ejercía esas funciones de forma voluntaria, pero se ha creado el puesto remunerado por el aumento de trabajo.

La defensa de Guillermo Zapata, exconcejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid sin mucha picardía, por parte de Ada Colau a través de las redes sociales tampoco mejoró el malestar de la oposición.

Finalmente, el 26 de junio de 2015, la única noticia relevante pareció ser que la alcaldesa se había quedado atrapada en un ascensor con el Secretario General de Podemos, Pablo Iglesias. Pocos medios recogieron el contenido de la reunión entre ambos, en la que se han acordado estrategias para iniciar el asalto de Podemos a la Generalitat de Catalunya. La más notoria es la propuesta de crear una confluencia de partidos de izquierdas, que agruparían en una única candidatura a Podemos, Iniciativa per Catalunya-Els Verds (ICV), Esquerra Unida i Alternativa (EUiA) i Procés Constituent.

Sin embargo, no se dejó pasar que Vanessa Valiño, pareja sentimental de Gerardo Pisarello, había sido contratada como asesora del Ayuntamiento de Barcelona, en la Concejalía de Vivienda.

Cómo podemos observar, la alcaldesa, para bien o para mal, ha estado trabajando activamente en la implementación de un nuevo modelo de gobierno que acerque el Ayuntamiento a la calle. Al pueblo llano, que diría aquel. Retos no le van a faltar. Ni errores, ni críticas.

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Los objetivos de la alcaldesa de Barcelona

Colau tiene ante sí un doble objetivo: por una parte, demostrar que desde abajo se puede llegar arriba, gobernando para los de abajo; de otro lado, convencer a sus no votantes de que su forma de gobernar es la adecuada para asegurar la sostenibilidad de la ciudad y mejores condiciones de vida para sus ciudadanos.

Su oposición a la especulación urbanística; las críticas feroces que recibe desde sectores conservadores o liberales por su intención de aumentar el gasto público y las dificultades para la acción económica especulativa; el ninguneo hacia determinados proyectos no prioritarios o posturas pseudopatrióticas; su compromiso social… Todos ellos son indicadores esperanzadores.

Sus escarceos con los defectos del poderoso (“enchufismo”, ganas de notoriedad, proclamas absolutas…) hacen sonar la pequeña alarma de la desconfianza.

Sin embargo, y, por encima de todo, Ada Colau Ballano tiene el derecho, como cualquier gobernante, a sus primeros cien días de gracia. Y, si pasados estos próximos cuatro años, no cumple con lo prometido, ella misma nos ofreció la solución el día de su investidura.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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