Presentar al público relatos no oficiales de la historia que construyan un discurso al margen de los relatos normativos. A eso aplica su práctica artística Rossella Biscotti, la creadora a la cual está dedicada la nueva exposición de Fabra i Coats: centro de arte contemporáneo. Puedes ver Cable City Dance Cable Sea City del 18 de noviembre al 25 de febrero.
Rossella Biscotti es una artista nacida en Italia en el año 1978 y que trabaja actualmente entre Bruselas y Róterdam. Emplea en su práctica lenguajes que van desde el cine hasta la performance, pasando por la escultura. Con estos elementos, reconstruye fragmentos de la vida social y política, a los cuales a veces suma experiencias personales o narraciones.
En Fabra i Coats: centro de arte contemporáneo, verás dos instalaciones de la autora repartidas en dos plantas, cada una acompañada de una escultura, y una última pieza que pone en relación ambas instalaciones. Las fotos que ves son obra de Alexandra Pace y se tomaron durante el Kunstenfestivaldesarts de Bruselas. La exposición ha sido comisariada por Joana Hurtado.
Primero, verás The City, proyección multipantalla que nos habla sobre una ciudad neolítica. Aquí, la autora se fija en las dimensiones temporales de la historia y busca posibles conexiones con el presente. La ciudad neolítica se encontraba en Konya (Turquía), se cree que fue uno de los primeros cascos urbanos del mundo y acogía a una comunidad de trabajadores las costumbres e idas y venidas de los cuales han quedado documentadas. ¿Y si las comparamos con el movimiento y la actividad de un colectivo contemporáneo como el de los arqueólogos actuales? La pieza habla de historia, de historiografía alternativa y del momento político en que se cerró el yacimiento, al poco de un intento de golpe de estado en el país. Acompañan la instalación un conjunto de cerámicas creadas con ceniza de olivo y arcilla, Trees on Land (2021). Aluden a la quema de árboles para evitar la extensión de una plaga vegetal y nos habla sobre el vacío que dejan esos árboles quemados..
En el segundo piso, encontrarás una obra sonora, The Journey (2022). Habla sobre el mar Mediterráneo y está formada por un conjunto de grabaciones realizadas en espacios diversos, entre ellos un barco mercante, y diversos objetos creados con la colaboración de Attila Faravelli (Aural Tools). Todo es parte de una experiencia en la cual la artista llevó un bloque de mármol de Carrara desde la cantera hasta el medio del mar, ese Mediterráneo donde mueren pescadores y, especialmente, miles de personas migrantes. Nos muestra así, mediante registros sonoros, los matices que unen las canteras de Carrara con un nudo esencial para las comunicaciones marítimas entre África y Europa.
Con estas grabaciones, podremos ver Drifting (2023), una serie escultórica hecha con vidrio de Murano y láminas de metal que evoca el plancton, uno de los principales productores de oxígeno de nuestro planeta.
Una última obra, A conductor, pone en contacto ambas instalaciones. Consiste, de hecho, en un cable de 192 metros de longitud que procede de una central nuclear y que transporta toda la energía que requieren las instalaciones que habrás visto. Es un símbolo de los intereses ocultos tras asuntos como la guerra energética, la energía nuclear, la regulación ambiental y el reciclaje.
Como dice la misma artista, en Cable City Dance Cable City Sea las grandes y pequeñas dimensiones quedan enlazadas en un ejercicio que muestra “la naturaleza subjetiva de la arqueología y la historia, así como los intereses geopolíticos que se ocultan tras un pedazo de tierra, el mar o un material reciclado, desencadenando capas de significado y redes relacionales de interés político”.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.