Jaume Collboni, candidato del PSC a la alcaldía de Barcelona, propuso ayer en Madrid compartir la capitalidad de España entre las dos principales ciudades del Estado. Durante una conferencia presentada por el líder del PSOE, Pedro Sánchez
Jaume Collboni, candidato del PSC a la alcaldía de Barcelona, propuso ayer en Madrid compartir la capitalidad de España entre las dos principales ciudades del Estado. Durante una conferencia presentada por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, Collboni planteó que la hipotética cocapitalidad de Barcelona se plasme formalmente en la Constitución cuando se reforme de acuerdo a un modelo federal y que el Senado sea trasladado a la capital catalana.
El candidato socialista barcelonés lanzó su propuesta como un ejemplo de la «plurinacionalidad de España» y el traslado de la Cámara Alta a la capital catalana como el enésimo intento que el Senado se transforme en una verdadera cámara de representación territorial. Collboni insistió en que los nuevos tiempos aconsejan abandonar la idea de la buscada equivalencia entre Estado y Nación. Un cambio para buscar nuevos horizontes y que permitirá abandonar ese “callejón sin salida en el conflicto institucional” con Catalunya. El alcaldable socialista también defendió que Barcelona debería tener la oportunidad de interpretar un “papel de coliderazgo en España” en cuanto a «iniciativas económicas o culturales”. Para Collboni, la cocapitalidad permitiría “acercar las soluciones a las demandas de los ciudadanos” y reconocería de forma clara “la apuesta federal descentralizando las sedes institucionales del Estado”. Una iniciativa que serviría también para que España innovase política y administrativamente “creando una institución que otorgue a las ciudades el papel protagonistas de éstas también en los asuntos de Estado”.
Collboni recupera así una propuesta lanzada por Pasqual Maragall en pleno año olímpico y reeditada por Pere Navarro durante la campaña autonómica de 2012. A ninguno de los dos se le hizo mucho caso y la idea quedó pronto olvidada. Hasta ayer. La propuesta ha sido pronto ninguneada por el Partido Popular y no ha sido tratada mucho mejor por el resto de las fuerzas políticas situadas a la derecha de los socialistas. “El colmo del despropósito”, ha resumido la líder de UpyD, Rosa Díez, sobre la nueva propuesta de un PSC deseoso de recuperar la iniciativa y de ofrecer alguna alternativa al silencio que impera entre Madrid y Barcelona. Que haya varios ejemplos en el mundo, incluso en Occidente, de descentralización política y administrativa de los estados y que la misma Unión Europea tenga ese escenario no ha sido ni siquiera valorado. Incluso desde su mismo partido se tachó su propuesta de “ocurrencia”. Así, los socialistas madrileños calificaron la idea como carente de sentido. “Me parece absurdo. Lo que hace falta en Catalunya es diálogo y no ocurrencias”, sostuvo el secretario general del PSM-PSOE, Tomás Gómez.
El candidato socialista a la alcaldía de Barcelona explicó también que desde Bruselas existe la sensación de que la capital catalana “ha desaparecido de la escena europea en su papel de primer nivel” en la construcción del “proyecto europeo”. Para Collboni, es necesario “romper con el imaginario nacionalista” y “superar las fronteras convencionales”. “Es más importante ser una ciudad fuerte y un nodo del sur de Europa que la capital de un Estado independiente”, defendió el político catalán, Collboni, que insistió en que Barcelona “ha representado siempre el catalanismo abierto y cosmopolita frente al nacionalismo”.
El planteamiento defendido por Collboni se basa en concebir los territorios como sistemas de ciudades interconectadas y romper el esquema tradicional de “soberanías cerradas, competencias exclusivas y fronteras administrativas” para promover “fórmulas de gobierno abiertas, compartidas y flexibles”. Un sistema de nodos urbanos en la línea de la “smart city” esbozada durante el anterior mandato socialista de Jordi Hereu y defendida por el actual consistorio. Así, Collboni defendió “conectar los nodos que generan riqueza, conocimiento y cultura” y consideró que Madrid y Barcelona deben representar un papel fundamental en la tarea de “urdir la trama de afectos” entre los catalanes y el resto de los españoles.
El PSOE se mostró favorable a ampliar la representación institucional en todos los territorios, aunque se desmarcó de la propuesta de Collboni de que la cocapitalidad de España quede reflejada por ley y lo ha limitado a una cuestión “simbólica”. “No tanto que se recoja en la Constitución o que se recoja en una ley, sino porque es la segunda ciudad más importante del Estado, porque tiene una proyección internacional que es sin duda positiva para toda España”, comentó la secretaria de Estudios y Programas del PSOE, Meritxell Batet. La dirigente socialista aventuró que a su partido le “parece bien” que algunas estructuras del Estado puedan situarse “en Madrid, en Barcelona así como en otras ciudades”. El PSOE considera, explicó Batet, que la ampliación de la representatividad de las instituciones forma parte de la “visión federal”. En este sentido, los socialistas son y partidarios de que no se concentre “todo en un punto”, sino que haya “un reparto” como manera para que el Estado “esté presente en todos los territorios”.