altSergio González Rodríguez (ciudad de México, 1950) es un periodista y escritor mexicano, galardonado con el  premio Anagrama de ensayo 2014  por el libro Campo de Guerra y que junto con El Hombre sin cabeza y Los huesos en el desierto, conforman una trilogía sobre la violencia extrema y su repercusión en la sociedad contemporánea.

 

 

 

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Sergio González Rodríguez (ciudad de México, 1950) es un periodista y escritor mexicano, galardonado con el  premio Anagrama de ensayo 2014  por el libro Campo de Guerra y que junto con El Hombre sin cabeza y Los huesos en el desierto, conforman una trilogía sobre la violencia extrema y su repercusión en la sociedad contemporánea.  En esta entrevista  donde además de  abordar el tema de los 43 estudiantes de una escuela rural que desde hace más de un mes  siguen  desaparecidosbosqueja  un país que cuando amanece y despierta lo hace todos los días mirándose en el espejo del crimen organizado y la impunidad.   

 

La  desaparición de  43 estudiantes normalistas de Iguala–Guerrero ¿ha hecho que se rebalse el vaso de agua de las violaciones a derechos humanos que ya se venían cometiendo en México?

 

La violación sistemática de derechos humanos en México por parte de policías, militares y marinos es algo denunciado desde tiempo atrás por organismos civiles e internacionales, como la ONU. Sucede que, en el ámbito internacional, los medios de comunicación son más sensibles a la propaganda del gobierno que habla del «momento mexicano«, el «triunfo del reformismo», etcétera, que a los contrastes y anomalías de México en tanto Estado que funcionan fuera y contra de la legalidad, a la vez que simular ser un estado de derecho.

 

Se sabe que  policías y sicarios de “Guerreros Unidos” estaban coludidos para desaparecer a los 43 estudiantes mexicanos, pero que por otro lado se dice que los estudiantes pertenecían al clan rival “Los Rojos”, la finalidad de todo esto ¿crees que es  mostrar que se ha tratado de una reyerta entre grupos delincuenciales? 

 

Es insostenible la versión oficial sobre los nexos entre normalistas y una banda criminal. El gobierno mexicano trata de manejar con mentiras y ocultamientos su responsabilidad constitucional en los hechos, así como produce interpretaciones sesgadas a través de voceros y académicos que intentan relativizar o minimizar la barbarie de los asesinatos y desapariciones en Guerrero.

 

¿A quién beneficia que se quiera hacer creer que existían vínculos entre  aquellos  estudiantes y la delincuencia organizada?

 

Criminalizar a las víctimas sólo beneficia a la barbarie, criminalizar la disidencia o las protestas sociales sólo beneficia a la tendencia cada vez más creciente a favor de un estado terrorista.

 

¿La comprobada  existencia de vínculos entre algunos funcionarios del PRI y el narcotráfico sacado a la luz  desde finales de los 70…deja mucho que desear en la lucha por acabar con el crimen organizado no? 

 

El tráfico de drogas es consustancial a las instituciones mexicanas. La versión oficial quiere aparentar que se trata de un agente externo al Estado, a los gobiernos, al capital, al sistema bancario y financiero, a las iglesias, a los partidos políticos. Tal versión es falsa. El narco capitalismo en México es una realidad desde décadas atrás propulsada por la economía global y el auge de los grandes grupos criminales en ella.

 

¿Esas vinculaciones afectan también a otros partidos políticos?

 

Los partidos políticos, a sabiendas o no, y lo más probable es lo primero que lo segundo, mantienen nexos orgánicos con grupos criminales que suelen proporcionar dinero para las campañas políticas y para patrocinar trayectorias de funcionarios y políticos.

 

¿Sería exagerado decir que en México el narcotráfico está desafiando cada vez más  la   existencia del Estado? 

 

Por lo expuesto, la amenaza del narcotráfico surge del descontrol gubernamental y, más aún, de la corrupción vasta de sus instituciones. La integridad del estado y los gobiernos padecen los efectos negativos de tal proceso. Incluso, como se ha visto en Guerrero, en Veracruz, en Nuevo León, en Sinaloa, en Chihuahua,  los gobiernos locales, bajo la connivencia del gobierno federal, han llegado a emplear a la delincuencia organizada como instrumento de gobernabilidad.

 

¿Existe por parte del Estado mexicano interés por esclarecer lo ocurrido con los estudiantes de Iguala  o es que recién a raíz de las numerosas olas de protestas, las autoridades mexicanas han comenzado a tomar cartas en el asunto?

 

Como se ha visto, el Estado mexicano en su conjunto ha delegado en el jefe de Estado, el presidente en turno, la respuesta a un asunto de extrema gravedad. Y éste ha actuado como jefe del poder ejecutivo mediante reacciones tardías, contradictorias e insuficientes.

 

Aun cuando hace unos años se sabía de la existencia del narcotráfico en  México, Colombia era el país de referencia,  en cambio  en los últimos años hemos asistido a un veloz ascenso,   transformado en una gran notoriedad de los diversos cárteles mexicanos  ¿Esto a qué consideras que se ha debido? 

 

Si ahora México es foco de la atención mundial de los medios de comunicación, y ya no Colombia, se debe a la forma en la que suelen trabajar su agenda: se basan en el info-entretenimiento y el simple flash noticioso de impacto emotivo. Si atendieran con regularidad los procesos históricos y coyunturales, si atendieran menos a la versión oficial, nada de lo que sucede hoy sería insólito: se trata de tendencias negativas con ciclos de emergencia alta. 

 

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Un cambio de mentalidad de las clases dirigentes es algo que en España se repite mucho, alguna vez leí que manifestabas que a México le ocurría algo similar pero cuando se habla de eso no te parece que queda bien pero al final en la práctica no se visualiza. ¿Es muy poderoso el narcotráfico?

La clase política en México ha tenido un socio incómodo en todos estos años: el narcotráfico, que trae consigo el negocio de la corrupción, el blanqueo de dinero, la gestión del resto de las industrias criminales. Y el factor geopolítico de sus actividades que se vinculan con los intereses del gobierno estadounidense: EUA es el mayor mercado de consumo drogas del mundo, y el mayor vendedor de armas en el mundo, las que vende lo mismo a delincuentes que a fuerzas armadas de México. Hay que dejar de ver en México un caso de problemas entre policías y ladrones.

 

¿La gente se suma al crimen organizado solamente por una necesidad económica?

 

Sí, en un país con un modelo económico que provee falta de empleo, de educación, de cultura, de igualdad y equidad, etcétera, la economía informal y subterránea entra en juego.

 

¿Cuál es el futuro que les espera a los jóvenes mexicanos? 

 

El peor, no tienen futuro los jóvenes en México. Pueden hacer suyo el tema de Sex Pistols de una generación atrás: No future. Excepto el que sepan construirse ellos mismos individual o colectivamente. Es tiempo de actuar para revertir tal perspectiva. 

 

¿La sociedad civil de  México cree de verdad que el estado busca erradicar a toda costa el  crimen organizado, o es que ya se ha hecho habitual la idea de una «forzada convivencia»? 

 

De acuerdo con una encuesta reciente de Insight Crime Organization, cerca del 90 por ciento de los mexicanos observa a la policía del país como una institución corrupta y destaca el continuo fracaso de las reformas policiales para romper los nexos entre las fuerzas de seguridad y el crimen. El malestar civil es patente y revela el rechazo a tal convivencia.

 

Si las autoridades son cómplices del crimen ¿tiene algún sentido la nueva estrategia de prevención del actual jefe de gobierno del distrito federal  (que consiste en incorporar alarmas vecinales, cámaras, centros de monitoreo) calificada como la más importante de América Latina?

 

Toda estrategia de prevención del crimen no sólo tiene sentido, sino que es imprescindible. De nuevo el problema es la propaganda, se deben atender los hechos, los resultados reales. Hay que cancelar la idea de que basta que se dé una declaración oficial para que el mundo cambie por arte de magia o se produzcan «percepciones positivas» en el mundo. Siempre valdrán más los hechos que los dichos.

 

¿México está al borde de un estallido social?

 

El estallido social ya es manifiesto, sólo falta ver si escala o no hacia otros niveles más inquietantes que el malestar, las protestas, la desconfianza generalizada ante el gobierno. Los sondeos de opinión indican que menos de la mitad de los mexicanos confía en el gobierno actual. Vienen tiempos difíciles para México.  

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