España es uno de los países de Europa con más luz natural. De hecho, en su territorio, está la ciudad más soleada del continente: Alicante. Sin embargo, el levante no es la única zona que puede presumir de un clima otoñal más agradable que el del norte. Cada año, millones de turistas extranjeros llegan a Canarias. Según ISTAC (el instituto de estadística del archipiélago), agosto cerró con un 5,79 % de viajeros más que el año pasado por esas fechas. La mayor parte de las visitas se concentran en dos islas: Tenerife y Gran Canaria, que preceden a Fuerteventura.
Indudablemente, uno de sus atractivos es el clima que ofrece incluso en invierno: las temperaturas oscilan entre los 10 y los 17 ºC, cuando en zonas como Bilbao descienden hasta los 6 ºC (sin sobrepasar los 13 ºC en enero). Además, moverse por la isla es bien fácil con los traslados en taxi que recogen a los pasajeros que así lo solicitan en el aeropuerto de Tenerife Norte-Ciudad de La Laguna y en el aeropuerto de Tenerife Sur.
Para disfrutar al máximo de la estancia en la isla, a continuación, dejamos unos cuantos consejos que permitirán sacarles el máximo partido a las vacaciones en Tenerife durante el otoño y el invierno.
¿Hace falta echar ropa de abrigo?
El primer punto a tener en cuenta es el clima. Ya hemos comentado que las temperaturas son más altas que en otros puntos de España. No obstante, la isla cuenta con diferentes microclimas que, en función de la región específica donde nos encontremos, harán que la sensación de frío o calor cambie. Tal y como indica RTVC (Radio Televisión Canaria), los grados varían bastante de las zonas costeras a las montañosas. En su canal de YouTube, la propia cadena explica que, en pleno mes de noviembre (21 de noviembre de 2024), en el Puertito de Güímar —un municipio de la provincia de Santa Cruz de Tenerife—, la población estaba a 30 ºC. Por este motivo, los transeúntes a los que se entrevistó para el reportaje se mostraban ante las cámaras en tirantes y manga corta. Es más, una señora comentó cómo había quien aprovechaba para darse un baño; algo que, en el resto de España, es impensable.
Con todo y con eso, el mismo 21 de noviembre, la situación en la montaña era bien distinta. A 30 km de altitud, las temperaturas bajaban 15 ºC. Así que la mayoría llevaba sudaderas de manga larga, chaquetas y abrigos. En Tenerife, es perfectamente posible que uno sienta calor en la autopista y, al llegar a un municipio como Garachico, se vea sorprendido por la lluvia. Por esta razón, conviene tener muy en cuenta si vamos a quedarnos en la costa o en la montaña y, en caso de tener pensado disfrutar de los dos escenarios, echar de todo en la maleta.
Los bañadores de verano habrán de convivir con los chaquetones de invierno.
Tenerife tiene un sabor especial
Suena folclórico y, efectivamente, lo es: un guachinche es un establecimiento típico de la zona norte de Tenerife. En estos locales de hostelería, se sirve vino acompañado de platos tradicionales de la cocina canaria y tinerfeña. Uno de los ingredientes clave es la carne de cabra, que se prepara con cebolla y pimiento rojo; se condimenta con pimienta, pimentón, tomillo, clavo, sal, aceite y vino tinto, y se sirve acompañada de papas arrugadas (patatas que deben su nombre a la superficie de su piel). Por supuesto, la típica carne de cabra también está presente en platos como las croquetas.En su página web, Official Taxi ha publicado una guía con lo más interesante de Tenerife. En ella, incluye una sección dedicada enteramente a la gastronomía de la isla. Algunas de las propuestas que aparecen en la lista son: el almogrote, un paté elaborado a partir de queso; el puchero canario, que incluye mazorcas de maíz como ingrediente especial; el escaldón de gofio, que se prepara con una harina tostada de trigo o de maíz (gofio) amasada con leche, caldo de puchero o pescado, miel… hasta formar una especie de bollito, y otras recetas oriundas.De todos los platos, el gofio destaca por su versatilidad, pues puede consumirse de muchas formas. Por ejemplo: a modo de mousse, con frutos secos caramelizados y nata montada por encima.
Descubriendo el patrimonio de la isla
En la oficina turística de Santiago del Teide, el viajero podrá solicitar información sobre las diferentes rutas de senderismo que se hacen en Tenerife. Según su dificultad, las rutas se clasifican en fáciles, medias o difíciles. Las más sencillas tienen una duración de 55 minutos y permiten descubrir parte del pasado de Tenerife. Por ejemplo: la ruta El Molledo-Degollada del Roque cuenta con construcciones circulares, diseminadas a lo largo del camino, donde se trillaba el cereal maduro.
Otra opción de entretenimiento (especialmente recomendable para los amantes de la música de cámara) es el ciclo VibraMUS, cuyos conciertos cuestan sólo 3 euros y tienen lugar en un emplazamiento inigualable: el Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz. El programa incluye piezas de compositores clásicos como Mertz, un referente en la guitarra romántica.
Los lugares con más belleza
Con respecto a los municipios más bonitos de Tenerife (aquí sólo mencionamos unos cuantos), destacan:
- La Laguna, conocida por sus fachadas de colores vivos y saturados, y por la belleza de su exuberante parque rural de Anaga.
- La Orotava, donde se encuentran los jardines Victoria y la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción. Ambos espacios merecen una visita obligada por el aspecto floral y señorial de los jardines, y por la arquitectura llamativa y poco frecuente de la iglesia, que combina el blanco y el negro con mucha sofisticación y elegancia.
- Las Galletas, Arona (Sta. Cruz de Tenerife), donde los turistas pueden aprender sobre el cultivo del plátano de Canarias en la finca Las Margaritas. De la mano de un guía, durante el invierno, es posible aproximarse a este enclave donde se empezó a cultivar plátanos en 1977 (hace casi 50 años). Además, se organizan degustaciones de plátano in situ.
Para aprovechar todos estos planes, basta con subirse al taxi y recorrer Tenerife de cabo a rabo.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.





