Habla Susana, madre de uno de los detenidos en el desalojo ilegal y violento de los okupas de la casa “La Trinchera”, sede de la Coordinadora Antifascista de Madrid:

Somos los padres y las madres de los jóvenes detenidos el día 18 de Junio cuando la policía antidisturbios desalojó una casa ocupada en la calle Infanta Mercedes de Madrid.

Nuestros hijos fueron golpeados insistentemente. Las marcas que tienen en el cuerpo nos hacen imaginar una brutalidad y ensañamiento increíbles, así como una violencia descontrolada ejercida contra ellos.

A través de ellos sabemos la narración sobre cómo ocurrieron las cosas, pero ahora necesitamos saber, tanto como padres como ciudadanos responsables, la versión de la Delegación del Gobierno.

Como nos resulta inexplicable, difícil de encajar y de digerir esta intervención de la Policía, es por ello que nos dirigimos a la Delegada del Gobierno para que nos explique las siguientes dudas:

¿Por qué la Policía que fue a desalojar la casa, no avisó a las personas que estaban dentro del edificio de que iban a proceder al desalojo? Y por otra parte, ¿dónde estaba la orden de desalojo?

Una vez dentro, sabemos que nuestros hijos no mostraron resistencia y mucho menos ataque, y entonces cuando los jóvenes estaban en el suelo con las manos en la nuca en posición de NO RESISTENCIA, ¿por qué la Policía no les respetó y procedió a identificarlos sin utilizar la fuerza?

¿Por qué no se permitió la asistencia sanitaria a los detenidos que habían solicitado este servicio como consecuencia de la actuación policial?

¿Por qué en Comisaría se les tuvo esposados y sentados en un banco mirando al suelo, sin darles de beber agua durante más de 5 horas, en uno de los días más calurosos del año?

¿Por qué al quejarse los detenidos de que las esposas estaban tan fuertemente apretadas que les estaban provocando hinchazón de las manos y pérdida de sensibilidad en los dedos, la policía les contestó que no tenían las llaves?

¿Por qué al comunicar uno de los detenidos que le estaban subiendo las pulsaciones por un problema cardíaco que presentaba, y al detectar el SAMUR que la frecuencia cardíaca la tenía en 115, no fue trasladado a un hospital, cuando los antecedentes de esa persona así lo requerían y les había comunicado al SAMUR y a la Policía que sufría arritmias cardíacas?

¿Por qué la Policía sabía a quién quería detener, antes de proceder a la filiación de los detenidos?

Sra. Delegada del Gobierno, al salir del Juzgado, los detenidos tuvieron que ir a un hospital donde se les detectó:

– Contusiones occipitales

– Traumatismos craneoencefálicos

– Contusiones y fracturas en mano que precisaron vendajes y escayolas.

– Uno de ellos tuvo que ser ingresado para realizar una intervención quirúrgica cardíaca al objeto de solucionar su taquicardia.

Sra. Delegada del Gobierno, nos gustaría como padres afectados y por el buen funcionamiento y respeto de la institución que usted preside, nos diera una respuesta a estas cuestiones.

Habla Lola, de “Madres contra la Represión”:

Voy a empezar mi intervención con unos datos sacados de un informe elaborado por la Coordinadora para la Prevención de la Tortura.

Durante el periodo 2004-2014, es decir, en 10 años, en el Estado español, se han conocido 7582 casos contrastados de tortura, maltrato, trato inhumano o degradante por parte de los diferentes Cuerpos de “Seguridad” del Estado, ya sea bajo custodia como por ejemplo comisarías o en el transcurso de intervenciones policiales como por ejemplo en manifestaciones, desalojos, etc.…

Esta cifra corresponde sólo a los casos que se han denunciado judicial o socialmente. Faltan todos los casos no denunciados y que son silenciados por miedo a sufrir represalias.

Basta poner en cualquier buscador de internet las palabras, represión policial España, y pinchar en imágenes para ver reflejada en ellas la forma tan brutal como se trata a las personas que protestan, en su inmensa mayoría gente joven.

¿Qué es lo que pretenden con este maltrato? Sembrar el terror y meter mucho miedo porque el miedo paraliza y para mantener este sistema capitalista con las crisis a las que nos someten necesitan gente sumisa, que no se queje. Necesitan a la juventud anestesiada para que no proteste, para que no propague el germen de la lucha, para que no se desarrolle en libertad.

Les sobra la juventud concienciada que no se conforma con todos los recortes que nos aplican, la juventud que quiere estudiar y formarse, que quiere trabajar dignamente sin ser explotados, que quieren poder acceder a una vivienda digna para poder desarrollar su vida adulta. A los cuerpos de “seguridad” del Estado al servicio del capital no les tiembla el pulso ni dudan a la hora de apalear, insultar, vejar y machacar a esta juventud para que abandonen su lucha.

Por desgracia, este caso de represión policial de los jóvenes de La Trinchera no es el primero ni será el último y siempre tendrá lugar contra nuestra juventud, la juventud de izquierdas, solidaria y antiracista. Sin embargo vemos cómo campan a sus anchas con total impunidad los nazis y las nazis por esta ciudad. Vemos cómo ocupan edificios públicos importantes, incluido palacetes, y a la hora de desalojarles después de unos años de uso, lo hacen amablemente y siempre y cuando tienen otro disponible para ocupar.

Es descarada la diferencia de trato por parte de unos cuerpos remunerados con dinero público.

¿Acaso pagamos para que se ensañen con nuestra juventud?

Nuestros hijos y nuestras hijas son luchadoras sociales y no delincuentes, los delincuentes son quiénes roban el dinero público llevándonos a la miseria y esclavitud con la colaboración del poder judicial, político, policial y mediático. No se persigue y castiga a los corruptos y sin embargo se apalea y persigue a nuestros hijos nuestras hijas.

No les hemos parido para que les destruyan. No vamos a parar de luchar hasta que no cambiemos esto. Ojalá muchas madres y muchos padres se unieran a nosotras en esta lucha… Otro gallo nos cantaría.

Para mostrar el apoyo a los detenidos han creado la Plataforma Los Cinco de La Trinchera para llevar toda la información de los detenidos

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