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Meses antes de finalizar el año, el director Alex de la Iglesia reúne en Mi gran noche, a un grupo de arquetipos hispanos para la grabación del espacial de fin de año 2015. En un plató estilo Mediaset de las afueras de Madrid, un espacio cerrado de tramoya y cartón piedra, con figurantes a 50€,, regidores tiranos, presentadores psicópatas, una estrella latina emergente y descerebrada, managers, “chonischantajistas, vividores, pringaos, un estraperlista, un hijo ruso, un divo déspota y un directivo chorizo, es el elenco de personajes que el director introduce en esta historia que intenta ser una metáfora de este país, unos peleles descerebrados que viven de la imagen y gozan de las vidas y acciones de los otros, que se odian como en cualquier programa de guerra de sexos, o se quieren como en una triste tertulia de media tarde. Mientras en el interior este magma se mueve a golpe de pito, bailes, broncas, chantajes y música atronadora. En el exterior del estudio, unos fans piden autógrafos, mientras un piquete de trabajadores de la TV, luchan a brazo partido con las fuerzas del orden para protestar por la aplicación de un ERE salvaje generado por los ejecutivos de la cadena de TV.

Empieza con fuerza y mala leche, y pronto el caos se apodera del guión y del plató, acciones de risa, chistes a porrillo, diálogos y situaciones que aunque vividas en otra producciones consiguen el objetivo de la carcajada fácil, un público entregado es lo que necesita esta producción, ya que el plantel de actores son de los que llenan las pantallas de TV y de cine en estos últimos años, una actuación coral de actores que son referentes de esta nueva hornada del cine español, acompañados de algún clásico y actor fetiche de Alex de la Iglesia, y sobre todo la recuperación interesante del cantante Raphael, que en Mi gran noche tiene un papel digno de esa PH grabada en su bata blanca. En la película es Alphonso, un divo déspota con un hijo adoptivo que sufre su ira y un fan despechado que lo quiere asesinar.

Los actores y actrices aparecen y desaparecen por la pantalla soltando ahora un chascarrillo, ahora un chiste, ahora un insulto, todos cumplen con el cometido de llevar esta comedia hasta su destino, destino que recuerda esos fines de fiesta de películas al estilo de Blake Edwards, donde el caos termina en un exceso juvenil enloquecido.

A los 71 años Raphael se autorecrea y se parodia sin ningún reparo, y nos deja algunos momentos memorables de esta película, sus fans que deben abarcar varias generaciones agradecerán su actuación, sobre todo sus primeras escenas con Carlos Areces están bien resueltas y la escena con Mario Casas está conseguida. Es interesante el papel de Jaime Ordoñez y esos diálogos delirantes usando las canciones de su ídolo Alphonso (Raphael). Blanca Suarez y Pepon Nieto cumplen con su papel, igual que las breves actuaciones de los otros protagonistas, haciendo reconocible esta producción como película española.

Película que siendo de Alex de la Iglesia ya no tiene la frescura ni el estilo de su gran éxito El día de la bestia, pero que sigue la senda de sus últimas producciones y enlaza muy bien con el esperpento de este país de “show bussines”, envidias y chorizos.

Estreno 23 de octubre de 2015

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Director: Álex de la Iglesia

Reparto: Raphael, Mario Casas, Pepón Nieto, Blanca Suárez, Carlos Areces, Luis Callejo, Carmen Machi, Jaime Ordoñez, Santiago Segura, Enrique Villén, Hugo Silva, Carolina Bang, Terele Pávez…

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