La escena cultural de Barcelona está de luto tras la muerte de Mercè March, conocida como Memi, el pasado 6 de julio de 2025, a causa de un ictus. Memi, figura clave del movimiento underground catalán, fue una de las fundadoras del mítico espacio cultural Heliogàbal en el barrio de Gràcia y compañera inseparable del músico y poeta Pau Riba durante casi tres décadas. Su partida deja un vacío en la comunidad artística, pero su legado como impulsora de la cultura alternativa y su espíritu indomable perdurarán en la memoria de quienes la conocieron y en los espacios que ayudó a construir.

Una vida dedicada al arte y la contracultura

Mercè March, nacida en Barcelona, fue mucho más que una figura en la sombra del panorama artístico catalán. Aunque su nombre no siempre ocupó los titulares, su influencia fue fundamental en la configuración de una escena cultural que desafió las convenciones comerciales y abrazó la experimentación, la libertad y la autenticidad. Memi era una artista polifacética, una visionaria que vivía el arte como un acto de resistencia y comunidad. Su trabajo, tanto en la creación como en la promoción de artistas emergentes, resonó en los círculos underground de Barcelona durante décadas.

March se destacó por su capacidad para conectar personas, ideas y proyectos. En los años 90, junto a un grupo de cómplices culturales, fundó el Heliogàbal, un espacio en el corazón de Gràcia que se convirtió en un refugio para músicos, poetas, artistas visuales y performers que buscaban un lugar donde expresar su creatividad sin las restricciones del circuito comercial. Este local, descrito por muchos como un “templo de la contracultura”, fue el escenario de innumerables noches de poesía, conciertos improvisados y exposiciones que desafiaban las normas establecidas.

El Heliogàbal no solo fue un espacio físico, sino también un símbolo de la resistencia cultural en una ciudad que, en los últimos años, ha enfrentado críticas por la gentrificación y el turismo masivo. Como señala un artículo reciente sobre el espíritu de Barcelona, la ciudad “susurra secretos centenarios a quienes recorren sus calles laberínticas”, y Memi fue una de las guardianas de esos secretos, manteniendo viva la esencia de una Barcelona creativa y rebelde.

El Heliogàbal: Un faro de la cultura alternativa

La sala Heliogàbal, ubicada en el barrio de Gràcia, es quizás el legado más tangible de Mercè March. Fundada en 1995, esta sala se convirtió rápidamente en un epicentro de la escena underground barcelonesa. Con un aforo modesto pero una energía desbordante, el espacio acogió a artistas que, de otra manera, habrían quedado al margen de los grandes escenarios. Desde músicos experimentales hasta poetas subversivos, Heliogàbal ofrecía un escenario donde la creatividad no tenía límites.

Memi no solo fue una de las fundadoras, sino también el alma del proyecto. Su visión era clara: crear un lugar donde los artistas pudieran sentirse libres para experimentar, fallar y volver a intentarlo. En un contexto en el que los espacios culturales independientes han luchado por sobrevivir frente a la presión económica y la burocracia, Heliogàbal se mantuvo como un bastión de resistencia. Según posts recientes en X, la sala es considerada “uno de los espacios más emblemáticos fuera del circuito comercial”.

El impacto de Heliogàbal trasciende las fronteras de Barcelona. Artistas de toda Cataluña y más allá encontraron en este espacio una plataforma para dar a conocer su trabajo. La programación de la sala, ecléctica y arriesgada, abarcaba desde conciertos de rock alternativo hasta recitales de poesía y performances interdisciplinarias. Para muchos, asistir a un evento en Heliogàbal era como entrar en un mundo paralelo, donde las reglas del mainstream no aplicaban y la creatividad reinaba sin restricciones.

La relación con Pau Riba: Una colaboración de vida y arte

Mercè March compartió casi 30 años de su vida con Pau Riba, una de las figuras más icónicas de la música y la poesía catalana. Juntos formaron una dupla inseparable, no solo en lo personal sino también en lo creativo. Riba, conocido por su estilo psicodélico y su compromiso con la contracultura, encontró en Memi una compañera que compartía su visión de un arte libre y sin concesiones. Su relación fue descrita por amigos y colegas como una unión de almas rebeldes, unidas por el amor y la pasión por transformar el mundo a través del arte.

Aunque Memi prefería mantenerse en un segundo plano, su influencia en el trabajo de Riba fue innegable. Ella no solo fue su musa, sino también una colaboradora activa en muchos de sus proyectos. Juntos organizaron eventos, performances y happenings que desafiaban las convenciones de la época. Su hogar en Gràcia era un punto de encuentro para artistas, músicos y escritores, un lugar donde las ideas fluían libremente y donde nacieron muchas de las iniciativas que dieron forma al underground barcelonés.

Tras la muerte de Pau Riba en 2022, Memi continuó su labor en Heliogàbal y en la promoción de la cultura alternativa. A pesar del dolor de la pérdida, su compromiso con la comunidad artística nunca flaqueó. “Memi era el corazón de todo lo que hacíamos”, comentó un colaborador cercano en una publicación reciente en X. Su capacidad para mantener viva la llama de la contracultura, incluso en tiempos difíciles, la convirtió en una figura admirada y respetada.

El impacto de su pérdida en la comunidad artística

La noticia de la muerte de Mercè March, a causa de un ictus el 6 de julio de 2025, conmocionó a la comunidad cultural de Barcelona. Las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencia y homenajes, con publicaciones que destacaban su papel como “motor del underground barceloní”. Artistas, músicos y amigos compartieron anécdotas sobre su generosidad, su energía contagiosa y su compromiso inquebrantable con la cultura alternativa.

En un momento en que Barcelona enfrenta desafíos como la gentrificación y las protestas contra el turismo masivo, la pérdida de Memi se siente aún más profunda. Ella representaba una conexión con una época en la que la ciudad era un hervidero de creatividad y resistencia, un lugar donde los artistas podían encontrar un espacio para expresarse sin temor a ser absorbidos por el mercado. Su muerte plantea preguntas sobre el futuro de los espacios culturales independientes y el papel de la contracultura en una ciudad cada vez más globalizada.

Sin embargo, el legado de Memi no se desvanecerá fácilmente. Heliogàbal sigue siendo un espacio vivo, un testimonio de su visión y su dedicación. Los artistas que pasaron por sus puertas, los proyectos que nacieron en sus mesas y las noches de música y poesía que resonaron en sus paredes son un recordatorio de lo que es posible cuando el arte se vive con pasión y autenticidad.

Un legado que trasciende el tiempo

Mercè March no solo fue una artista, sino también una catalizadora de sueños. Su trabajo en Heliogàbal y su vida dedicada a la contracultura dejaron una huella imborrable en Barcelona. En un mundo donde los espacios culturales independientes luchan por sobrevivir, su ejemplo sirve como inspiración para las nuevas generaciones de artistas que buscan crear sin restricciones.

Como dijo una vez Pau Riba, “el arte es un acto de resistencia, pero también de amor”. Memi encarnó esas palabras en cada aspecto de su vida. Su capacidad para unir a las personas, para dar voz a los marginados y para transformar un pequeño local en Gràcia en un faro de creatividad es un legado que seguirá iluminando el camino de quienes creen en el poder del arte.

Mientras Barcelona continúa navegando los desafíos del siglo XXI, la memoria de Mercè March nos recuerda que la verdadera revolución comienza en los márgenes, en los pequeños espacios donde las ideas audaces encuentran un hogar. Heliogàbal seguirá siendo un testimonio de su espíritu, un lugar donde el underground barcelonés continuará latiendo con fuerza.

Homenajes y eventos conmemorativos

En los días siguientes a su muerte, se han anunciado varios eventos para rendir homenaje a Memi. La sala Heliogàbal planea una serie de recitales y exposiciones en su honor, mientras que artistas de toda Cataluña han comenzado a organizar iniciativas para mantener viva su memoria. La comunidad artística de Barcelona, unida en el duelo, promete asegurarse de que el legado de Mercè March no se desvanezca.

En palabras de un asistente habitual de Heliogàbal, “Memi no solo creó un espacio, creó una familia”. Esa familia, formada por artistas, soñadores y rebeldes, seguirá adelante, llevando consigo el espíritu indomable de una mujer que hizo de Barcelona un lugar más libre, más creativo y más humano.

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Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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