Hablamos de feminismo con Lidia Falcón, voz permanente de las mujeres en España. “No hemos acabado con el patriarcado. Le hemos pegado una patada en la espinilla y le hemos pisado un callo. Está un poco cojo, pero sigue estando aquí.”

Lidia Falcón

Nació en Madrid en 1935 y vivió una infancia de posguerra, con todos los hombres de la familia fusilados o en el exilio. Su abuela, Regina de Lamo, feminista, anarquista y cooperativista, junto a su madre, la escritora y periodista Enriqueta O’Neill, fueron las encargadas de abrirle los ojos a la realidad opresora que vivían.

Madre separada en los 50, trabajadora y universitaria a la vez, se licenció en Derecho, Arte Dramático y Periodismo, y es doctora en Filosofía. En los años 60 ejerce como abogada y defiende a obreros, mujeres maltratadas y presos políticos. Militó en el PSUC y fue perseguida y torturada por sus ideas políticas durante la dictadura franquista.

Es fundadora de la revista “Vindicación Feminista” y dirige la revista feminista “Poder y Libertad”. También es fundadora y presidenta del Club Vindicación, de la Confederación de Organizaciones Feministas, de los Tribunales de Crímenes contra la Mujer y del Partido Feminista de España. Por todo esto y mucho más, Lidia Falcón es la líder más internacionalmente conocida del feminismo español.

No hay duda de que el movimiento feminista está muy presente en las calles, se ha demostrado con las movilizaciones por el derecho al aborto, las marchas contra las violencias machistas y las manifestaciones del 8 de marzo. Pero, aparte de ser un movimiento social, el feminismo es inseparable de la política. ¿Está suficientemente representado en los espacios de decisión de la vida pública?

Me alegra que digas que está presente en las calles, porque últimamente, en más de una ocasión, me han dicho que el feminismo se está debilitando o que está dividido. De ninguna manera. En España hay 3.000 asociaciones feministas inscritas y es más fuerte ahora que hace unos años. Además, a pesar de nuestras diferencias, tenemos una coordinación bastante buena. Solamente hay un sector del que estamos separadas por el tema de la legalización de la prostitución. El salto a la política es lo que nos queda por hacer. Para tener un poco de poder es necesario que el Partido Feminista tenga presencia en las instituciones. Si no estás en los órganos legislativos ni en los ejecutivos, ni en las comunidades ni los ayuntamientos, estás siempre en la calle con una pancarta. Eso lo hemos hecho con un éxito evidente, pero no es suficiente y no podemos seguir haciéndolo. Ya hace 40 años que estoy en el paritorio, quiero salir y ya va siendo hora. El movimiento feminista tiene que tener el valor y la visión para pasar a ser un partido político, uniéndose al Partido Feminista. Queremos que las mujeres salgan de su resignación y tengan ambición política. Si no hacemos esto no avanzaremos y seguiremos dando vueltas y, cuando das vueltas sobre un mismo tema acabas haciendo un agujero y te vas metiendo dentro.

Legalmente el Consejo de Participación de la Mujer debe reunirse al menos dos veces al año. Sin embargo, no se convoca ninguna reunión desde febrero de 2015.

Los Consejos de la Mujer son un engaño y por este motivo yo nunca he participado en ninguno. Escribí un texto para la Diputación de Barcelona hablando sobre este tema y no me lo publicaron. En el artículo explicaba lo que en realidad es este montaje. Según la perversión de la democracia que han hecho, puede entrar cualquier asociación o grupo con la única condición que sea de mujeres. Con lo cual, las asociaciones de la iglesia, las del Opus y las de partidos dominantes se meten en estos Consejos. Al final, consiguen que la mayoría de las decisiones sean tomadas por el partido que gobierna. Yo no participo porque es un trabajo enorme que sé que va a acabar en decepción y frustración.

El Partido Feminista que preside, integrado dentro de Izquierda Unida, fue muy crítico por el acuerdo entre IU y Podemos para formar la coalición de “Unidos Podemos”. Manifestasteis vuestro rechazo tanto al nombre de la coalición como a su programa “inadmisible desde el punto de vista feminista”. ¿Sigue opinando lo mismo?

Sí. No se ha modificado nada. De los cincuenta puntos de su programa, solo uno se lo dedicaron a la mujer. Además, la última preocupación es que en el Parlamento se ha creado la subcomisión para tratar la violencia machista y no nos han llamado a ninguna de las 80 consultas que dicen haber hecho. La crítica es la misma que entonces y se lo decimos directamente en las asambleas. ¿Qué alternativa hay? Si nos vamos estaremos de nuevo en la soledad que hemos vivido tantos años y que ya nadie quiere vivir. Además, la alianza con IU ha resultado un buen apoyo en muchos momentos. La política de hoy es una política de coaliciones y alianzas, de ver quién es el enemigo común y buscar los mecanismos para derrotarle.

Me gustaría hablar sobre violencia machista, lo que conocemos como violencia de género. Usted rechaza el uso del término “género”. ¿Por qué?

Es un constructo intelectual que se inventaron en Estados Unidos hará 20-25 años que lo que hace es encubrir la situación de la mujer. La mujer ya no existe, somos una cosa abstracta, ahora solo hay género. Pero las bofetadas se las dan a las mujeres, no al género. Además, enmascarar así el lenguaje tiene una consecuencia perversísima, género somos todos, por lo cual los hombres también pueden sentirse identificados en la violencia de género. No es lo mismo violencia contra la mujer que violencia de género. Desde el Partido Feminista hemos hecho campaña sobre esto, queremos que desaparezca este término y lo primero que tenemos que conseguir es que las asociaciones feministas no lo usen.

28 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas en lo que va de año existiendo desde hace 12 años una ley que, supuestamente, las protege. ¿Qué está fallando?

No son 28 las víctimas sino 39. Las cifras oficiales son falsas, ya que la ley solo considera “violencia de género” a las esposas o compañeras habituales del maltratador. En realidad hay muchas más víctimas de violencia machista que no son incluidas dentro de la estadística y deberían estarlo. Centrándonos en la pregunta, la ley no las protege para nada, el 30% de las asesinadas tenían orden de alejamiento. El 55% de las denuncias se archivan sin más y del 45% restante, que pueden acabar en juicio, el 70% acaba con una condena por un acuerdo entre el fiscal y el abogado del acusado. Condenan a los hombres a menos de 2 años, que se pueden sustituir por trabajos en beneficio de la comunidad. Conocí un caso concreto de un hombre que se fue a hacer estos trabajos a su asociación de vecinos, donde tenía a todos los amigos y, sin hacer nada, a los tres meses le daban el certificado. Esta es la gran condena. Cuando no se llega a este acuerdo, que es en el 30% del 45% que ya hemos dicho, van a juicio sin saber lo que puede durar el proceso. En muchos casos les ofrecen casas de acogida, que es como meterlas en la cárcel a ellas en vez de a ellos. No detienen a los hombres y muchos acosan a las mujeres, que reciben presiones por todos lados durante el proceso.

Y desde el Frente Feminista estáis recogiendo firmas para modificar la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.

Así es. Porque no ha supuesto ningún avance en la reducción de las víctimas. Es una ley que desprotege a las mujeres y que solo finge proteger a las que mantienen un vínculo sentimental con el agresor, dejando de lado al resto. Por ejemplo, ni menciona a las prostitutas. Las víctimas se encuentran indefensas, menospreciadas y puestas en duda continuamente.

Quiero destacar también que esta ley nos la han robado. Yo el año 1982 vine con la ley de protección de las víctimas que regía en el estado de Nueva York. El Partido Feminista propuso un proyecto de ley y cuando estaba Cristina Alberdi de Ministra de Asuntos Sociales, se la di y le pareció bien. Lo llevó al consejo de ministros del último gobierno de Felipe González y lo tiraron a la papelera. Entró Aznar al gobierno y, como el enemigo estaba en el poder, las socialistas aceptaron presentar la ley contra violencia, cogieron nuestra ley, la torturaron y la retorcieron hasta que consiguieron más o menos el engendro que es ahora. Cuando llegó Zapatero se aprobó, la única que se ha aprobado en el Parlamento por aclamación. Todos los diputados se pusieron en pie y aplaudieron. Cuando todos los partidos se ponen de acuerdo seguro que es mala, es imposible que sea una ley buena si has conseguido el consenso de la extrema derecha, de los indiferentes, de los nacionalistas,… Tenía que ser un monstruo y, efectivamente, lo es.

¿Cree que los profesionales del ámbito de la violencia de género (policías, psicólogos, abogados, jueces…) tienen la formación suficiente en la materia para actuar correctamente?

La formación es machista. Lo primero que les explican a los profesionales es que hay que averiguar si la denuncia de la mujer es falsa. El 15 de agosto del pasado año, en Pollensa, una mujer fue a denunciar a la Guardia Civil que el marido la pegaba y el agente le contestó que se buscase un abogado para hacer una demanda de divorcio. A las 6 de la mañana era asesinada. Desde el Partido Feminista pedimos responsabilidades para todos los funcionarios de la administración de justicia que abandonan su obligación de proteger a las ciudadanas, porque cuando matan a una mujer que ha presentado denuncia, a ellos no les pasa nada. Ni a jueces, ni a fiscales, ni a policías, ni a psicólogos.

Además, la ley mantiene que los cónyuges están eximidos de la obligación de declarar el uno contra el otro. Con lo cual, una mujer en un momento de presión y miedo, tira la denuncia. Pero esto ya no es un asunto privado sino un delito público, y el fiscal tiene la obligación de seguir acusando. No lo hacen. Ni interrogan al entorno ni se investiga la historia, ni los psicólogos hacen un análisis del maltratador. Nunca me he arrepentido tanto de haberme pasado 30 años pidiendo psicólogos y asistentes sociales en los juzgados para atender a las mujeres como cuando he visto el resultado. Porque es un cuerpo ya no machista, sino misógino. Los psicólogos y psiquiatras del Sant Joan de Déu, por ejemplo, son unos criminales que no hacen más que decir que la madre se inventa los malos tratos y que influye al niño con el SAP, el Síndrome de Alienación Parental. Hacen unos informes infames explicando esto, con el resultado de que muchos juzgados lo aceptan. Le quitan la custodia del niño a la madre y se la dan al padre maltratador o abusador sexual con una prohibición absoluta para la madre de ver a sus hijos durante unos meses. Tengo una clienta que hace dos años que no ve a sus niños. Así que cuantos menos psicólogos y psiquiatras haya, mejor.

¿Está a favor de la castración como medida de protección a las víctimas de agresión sexual?   

Vengo de una tradición lustrada de defensa de los derechos humanos, estoy en contra de la pena de muerte, por supuesto, y de cualquier mutilación. Pero ha llegado un momento, después de 50 años viendo lo que está pasando, en el que creo que sí que estoy a favor de la castración. Aunque es un tema del que no estoy muy segura. Me repugna porque se aleja de lo que creo que deben ser los seres humanos, pero hay algunos que ya no pueden considerarse seres humanos.

Una solución a largo plazo para la violencia machista es la educación, un cambio radical en la mentalidad de la sociedad. La Ley Integral contra la Violencia de Género obliga a incluir la igualdad en los programas y materiales del sistema educativo, formar al profesorado y asegurar una persona responsable de igualdad en los Consejos Escolares. ¿Se está cumpliendo esto en los colegios?                

Aquí no se cumple absolutamente nada. Cero.

Sectores que dicen ser feministas defienden la legalización de la prostitución reclamando la libertad de cada mujer para hacer con su cuerpo lo que quiera. Ciudadanos, por ejemplo, propuso legalizar la prostitución “libre”, rechazando la obligada (trata). ¿Cuál es su opinión en este debate?

Ciudadanos cobra de los proxenetas, de las mafias de la prostitución y de los puticlubs. Además, espera captar votos entre los puteros que hay en España, que son millones. Después está el colectivo Hetaira, que dice ser feminista pero no lo es. Llevan mucho tiempo defendiendo la prostitución, diciendo que es un trabajo como cualquiera y que, igual que tenemos libertad sobre nuestro cuerpo a la hora de abortar, debemos tenerlo como trabajadoras sexuales. El Comité de Derechos Humanos y la Comisión de Derechos de la Mujer de la ONU declararon que la prostitución no es un trabajo por la ausencia de dignidad de ésta. Se reduce el cuerpo de la mujer a la condición de objeto.

Otro tema polémico y muy debatido en el que se ha posicionado es el de los vientres de alquiler. ¿Se opone a esta práctica sin ninguna excepción?

En ningún caso. El cuerpo de la mujer no es el de una vaca, por lo tanto, ni voluntariamente, ni gratuitamente, ni pagando, lo puedes utilizar para fabricar niños que entregas a otros. Es una vergüenza cuando se define como solidario o altruista. Hay los que dicen que con los vientres de alquiler se cumple el deseo de unas personas que quieren convertirse en padres. Sin tener que irse lejos, hay un montón de niños solos y desesperados que necesitan atención. Si quieren hacer algo útil, que se dediquen a ellos.

Y hablando de niños, ¿está también en contra de la custodia compartida?

Absolutamente en contra. La custodia compartida es otro de los inventos de los machistas. Durante todos los años que he estado en tribunales, cuando la ley establecía que la custodia de un menor de 7 años era para la madre, el padre podía pedirla cuando éste cumpliera los 7. Casi ningún hombre la pedía. Actualmente, el objetivo principal del hombre que pide la custodia compartida es no pagar la pensión. El momento en el que se reparte la custodia, la mitad de los gastos son para cada uno. Esto pasa sabiendo que la desigualdad de salarios y de oportunidades entre hombres y mujeres es infinita. En el 99% de casos a los hombres no les importan los niños ni se ocupan de ellos. Tienen una guardería, amante, madre, trabajadora, que se ocupará de ellos.

¿En el 99% de los casos? Siendo hija de custodia compartida se me hace difícil confiar en esta cifra.

Sí. Si tú eres del 1% restante me alegro y eso me da esperanza de que existan hombres buenos. Pero el 99% busca esquilmar a la madre. Además tenemos muchas madres maltratadas que sufren cada día viendo a su hijo con el padre. Cuando los dos progenitores están capacitados para cuidar a su hijo y se les da la custodia compartida, muchos niños acaban locos, con cambios de casa y hasta de colegio cada semana. Los niños necesitan la estabilidad de su hogar, de su dormitorio y de su entorno. Además, la relación la puedes seguir teniendo, el padre puede recogerlos al colegio, hacer los deberes con ellos,…pero que duerman siempre en la misma casa.

Entonces, ¿el hijo siempre con la madre?

O con el padre en el caso de que la madre no quiera al hijo, sea drogadicta o no esté capacitada. Lo que siempre tiene que haber es una estabilidad y una investigación para que la custodia compartida no sea la excusa para hacer negocio y no pagar pensión.

Categoriza a la mujer como clase social. ¿Por qué?        

Porqué lo es. Las clases sociales son una clasificación que relaciona a esos individuos que comparten función productiva. La mujer está inserta en un modo de producción que es el modo de producción doméstico, el más importante del mundo, el de humanos. Esa es la principal ocupación de las mujeres, si no hay niños no hay mundo.

Sin embargo, dentro del colectivo femenino nos encontramos con personas muy distintas, con diferencias económicas e ideológicas abismales. Me cuesta pensar que formo parte de la misma clase social que Sandra Ortega o Tita Cervera.

Todas tenemos útero y ovarios, parimos y nos pueden violar por ser mujeres. A las ricas también las maltratan. Vivirán más cómodas, igual que un obrero sueco vive más cómodo que un obrero de Somalia, pero siguen siendo obreros, están insertos en el modo de producción que están. Y tú estás fabricando niños, cuidándolos, y sometiéndote a la opresión del patriarcado porqué eres mujer. No hemos acabado con el patriarcado. Le hemos pegado una patada en la espinilla y le hemos pisado un callo, está un poco cojo, pero sigue estando aquí.

Nos estamos acostumbrando a que mujeres famosas pronuncien la frase: “No me considero feminista pero sí defiendo la igualdad de la mujer”. Lo han hecho Katy Perry, Taylor Swift… Sin ir más lejos, aquí, Cristina Pedroche aseguró que “deberíamos olvidarnos del machismo y del feminismo porque son una tontería”. ¿Qué le parece que mujeres influyentes hagan estas afirmaciones y qué respuesta les daría?

No vale la pena pensar en estas personas estúpidas. No hay partido político que se atreva a decir que no es feminista. Todas estas salidas de tono de los famosos son una anécdota dentro de una lucha feminista muy extensa. El feminismo está aquí, en las universidades, en el día a día. Y lo que dicen estás chicas no va a afectar para nada ni tiene ninguna incidencia.

¿Cómo define Lidia Falcón el feminismo?

Es un movimiento social que lucha por los derechos de la mujer. Es una filosofía de vida, una ideología filosófica y un movimiento y proyecto político.

Su definición no incluye la palabra “igualdad”.

¿Luchar por la igualdad?¿Qué igualdad? Nosotras no queremos ser como los hombres, porque podría ser igualdad también para lo malo. Yo no quiero mujeres asesinas o que vendan droga. El feminismo quiere una transformación de la humanidad, encontrarnos hombres y mujeres en un mundo que queremos que sea fraternal y solidario. Cómo decía Marx, se trata no sólo de entender el mundo sino de transformarlo. El feminismo es una ideología transformadora para lo mejor, tanto para hombres como para mujeres. Y ser feminista no significa tener ovarios, hay muchas mujeres machistas y también algunos hombres feministas, cosa que da esperanza.

¿Qué le parece el término “feminazi” que tanto se ha puesto de moda?

Es un insulto que se han inventado los machistas. Jamás, ingenuas de nosotras, nos habríamos imaginado un insulto así, pero el enemigo nunca para. Quizás por redes sociales se ha promocionado pero a nivel popular no va más allá.

Raquel Vilella

Redactora en Revista Rambla | Otros artículos del autor

Periodista y profesora.

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