Europa es un paraíso para los amantes del senderismo. Desde los valles verdes de Escocia hasta los picos nevados de Suiza y los caminos rurales de Francia, el continente ofrece rutas que combinan naturaleza, historia y cultura. Tres países destacan por la calidad y variedad de sus senderos: Escocia, Suiza y Francia. Cada uno tiene su propio carácter y promete experiencias inolvidables para los caminantes.

Escocia: paisajes salvajes y leyendas vivas

Escocia es sinónimo de naturaleza indómita. Sus montañas, lagos y costas son escenario de algunas de las rutas más impresionantes del norte de Europa. Una de las más emblemáticas es el West Highland Way, que une Milngavie (cerca de Glasgow) con Fort William, en las Tierras Altas. Son unos 154 kilómetros que atraviesan el mítico Loch Lomond, los páramos de Rannoch Moor y el majestuoso Glen Coe, uno de los valles más fotografiados del país.
El recorrido se puede hacer en una semana y combina tramos accesibles con otros más exigentes, perfectos para quienes buscan desconexión total. A lo largo del camino, pueblos acogedores y pubs tradicionales ofrecen descanso, comida caliente y una pinta de cerveza local para reponer fuerzas.

Otra ruta destacada es la Isle of Skye Trail, más salvaje y menos transitada, ideal para senderistas experimentados que quieren sumergirse en paisajes de fantasía entre acantilados, cascadas y praderas infinitas.

Suiza: el corazón alpino de Europa

Hablar de senderismo en Suiza es hablar de excelencia. El país cuenta con más de 65.000 kilómetros de senderos señalizados, mantenidos con una precisión casi quirúrgica. Entre ellos, uno de los más conocidos es el Tour del Cervino (Tour du Cervin o Matterhorn Tour), una ruta circular que rodea una de las montañas más icónicas del mundo. Atraviesa tanto territorio suizo como italiano, ofreciendo panorámicas de glaciares, lagos turquesa y picos que rozan los 4.000 metros.

Otra opción espectacular es el Sendero de los Cuatro Cantones (Weg der Schweiz), que recorre los alrededores del lago de Lucerna. Es un itinerario más accesible, apto para familias y senderistas moderados, pero sin renunciar a las vistas alpinas.

Suiza brilla por su infraestructura impecable: alojamientos de montaña confortables, transporte puntual y una red de teleféricos que facilita adaptar la ruta a distintos niveles. Aquí, cada caminata es una mezcla de precisión suiza y belleza natural sin filtros.

Francia: tradición, historia y buen vivir

Francia combina paisajes variados con una profunda tradición senderista. Sus GR (Grande Randonnée) son famosos en toda Europa, y uno de los más destacados es el Camino de Stevenson (GR70), que sigue los pasos del escritor Robert Louis Stevenson por el Macizo Central. La ruta, de unos 250 kilómetros, conecta Le Puy-en-Velay con Alès y atraviesa volcanes dormidos, bosques de castaños y pueblos medievales.

Otra joya es el Tour del Mont Blanc (TMB), que comparte tramos con Suiza e Italia. Considerada una de las travesías más bellas del continente, rodea el macizo del Mont Blanc a lo largo de unos 170 kilómetros. Es un desafío físico, pero también un viaje cultural y gastronómico, con refugios de montaña que ofrecen quesos, vinos y panes locales.

Europa, un continente hecho para caminar

Escocia, Suiza y Francia ofrecen tres estilos de senderismo distintos: lo salvaje y místico de las Highlands, la perfección alpina suiza y la mezcla de cultura y naturaleza francesa. Cada paso es una oportunidad para descubrir paisajes únicos y reconectar con uno mismo.
Ya sea siguiendo el West Highland Way, el Tour del Cervino o el Tour del Mont Blanc, caminar por Europa es mucho más que hacer deporte: es vivir la historia, la geografía y la esencia de cada país a ritmo humano.

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Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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