El Barcelona Teatre Musical se le quedó pequeño a la CUP. El acto central de las Candidaturas de Unidad Popular desbordó las expectativas de los organizadores quienes tuvieron que habilitar una pantalla en el exterior del edificio para que las 600 personas que no pudieron entrar al recinto siguieran el mitin desde fuera. En total fueron unas 2500, la mayoría jóvenes que rozaban la treintena, las que aprovecharon la tarde del domingo para acercarse a la antigua pista de deportes y participar del sentimiento de euforia que se respiraba en el ambiente. No en vano, la encuesta electoral publicada ese mismo día en La Vanguardia les otorgaba dos escaños.

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En el interior del recinto, mientras megafonía explicaba que se había tenido que cerrar el acceso, la gente aguardaba el comienzo del mitin lanzando vivas a la “terra lliure” y coreando cánticos como el a-anti-anticapitalista o a favor de la in-inde-independencia. Las CUP parecen estar aglutinando las esperanzas del votante joven de izquierdas y catalanista. Hay, entre esta bolsa potencial de electores, la confianza y fe en un proyecto político que se ha articulado desde la base, desde la calle, en estrecha relación con los movimientos sociales. Un proyecto que, más allá de las posibilidades fácticas de su realización, garantiza la entrada en el discurso político parlamentario de una retórica combativa.

Esa es su principal baza y así lo señaló el número uno de su lista, David Fernàndez, en la alocución central del mitin “seremos el caballo de Troya de las clases populares” declamó “les haremos la vida imposible”. Para Fernàndez, forjado en el activismo social, lo mejor que ha pasado en los últimos años en Catalunya proviene de la sociedad civil y ese es el testimonio que debe trasladarse al Parlament. Cooperativismo, plataformas ciudadanas, consultas, manifestaciones en contra de los recortes y a favor de la soberanía, nuevas estructuras democráticas… Por eso, aseguró Fernàndez, las CUP van a la cámara a “impugnar el régimen, a desobedecer al miedo, a destituir la estafa, a parar los recortes, a levantar la alfombra, a decir que ya basta”. Una tarea que el cabeza de lista quiso ejemplificar con su trabajo en los municipios “Si ellos tienen Acciona (referencia a la venta de la empresa pública Aigües Ter-Llobregat al grupo empresarial), los únicos cuatro municipios liderados por la CUP municipalizamos la gestión del agua al servicio de la ciudadanía… Si ellos tienen la Caixa, nosotros proponemos un sistema financiero ético y solidario al servicio de la economía cooperativa… Hay alternativas y las estamos construyendo”.

Y en esta construcción de alternativas la CUP no está sola. A pesar de ser un movimiento eminentemente catalanista las sinergias con otros movimientos del resto del Estado son un hecho. Por ello, momentos antes de la intervención de Fernàndez, se vivió otro de los instantes catárticos de la noche. Sobre el escenario aparecieron Txelui Moreno, portavoz de la Izquierda Abertzale, y Diego Cañamero, portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores. Sus intervenciones fueron sonoramente aplaudidas. Moreno recordó, en referencia a un antiguo lema de HB, que “a día de hoy lo que más les duele a señores como Rosell, Puig o Rajoy es el voto a la CUP”. Pero fue Cañamero, con experiencia en esto de los mítines, quién consiguió hacer levantar al auditorio “Os damos nuestro aliento, nuestro corazón nuestra alma para que sigáis luchando…La sociedad civil ha de levantarse para construir una democracia del pueblo, de abajo arriba.”

Sin embargo, la tarde no se limitó a los discursos, sino que, entre las palabras de ánimo, ilusión y lucha de unos y otros (hablaron también Lluc Salellas, cabeza de lista por Girona, Antonieta Jarne, de poniente, y Jordi Martí Font, de Tarragona) hubo momentos para la música. El acto se había abierto con un espectáculo de danza a cargo de Laura Bataller al que siguieron las intervenciones de figuras conocidas de la izquierda independentista. El cantautor Cesk Freixes, el grupo valenciano Obrint Pas, en versión acústica, y, finalmente, la estampa más curiosa de la noche; el hiphopero Pau Llonch acompañado dels “bastoners de Sant Celoni”.

La guindilla la puso la audición de “els Segadors”, con todo el auditorio puesto en pie cantando con el puño en alto.

Licenciado en Periodismo y Filosofía con experiencia en medios de comunicación tanto en el campo de la redacción como en el de la cobertura audiovisual.

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