Los viernes a las 11 se manfiestan los trabajadores de los Ministerios de Empleo y Seguridad Social, y de la Oficina de Extranjería en la calle María Claret de Barcelona, aprovechando el descanso para almorzar al que aún tienen derecho. Los denostados empleados públicos se manifiestan contra los recortes que les afectan a ellos, pero también afectan a la calidad del servicio que ofrecen. Hablamos con Ramón Antelo, trabajador en la Oficina de Extranjería, que nos explica su situación.

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En vuestro caso, ¿en qué han consistido los recortes?

Los recortes han llevado a que la oferta de empleo pública sea cero: no sustituyen a nadie, ni a jubilados, ni a los interinos a los que se les acaba el contrato. En la Oficina de Extranjería en Barcelona en los dos últimos somos 70 personas menos. De una plantilla total de 220, hemos quedado 150 personas. De estas, 20 han sido traspasadas a la Generalitat con las nuevas competencias que les ha permitido asumir la gestión de procedimientos que eran mayoritarios hasta hace unos años antes de la crisis y ahora no como el ámbito de las ofertas  en el país de origen. Si hace 5 años se gestionaban 40.000 o 50.000 expedientes anuales y ahora no superan los 500.

En lo que se refiere al salario el recorte se situa cerca del 20% en apenas si 3 años si sumamos la congelación, los recortes de entre el 5-10% de 2010 con Zapatero o el recorte de la paga extra que és un 7% del salario. Tampoco se cobra por baja hasta el 4 día, en el qual sólo se cobrará el 60% del salario y a partir del día 22 que se abonará el 75% de la nómina habitual.

Nos han reducido el número de días de asuntos propios, también los llamados “moscosos”, que han pasado de séis días al año a sólo tres. Y en muchas ocasiones se está volviendo aumentar la jornada laboral semanal que se había logrado que fuera de 35 horas semanales.

Con menos personal, ¿cómo se atiende al usuario?

Uno de los colectivos más afectados por la crisis ha sido el de los inmigrantes y hemos notado  que se ha producido una notable reducción de solicitudes de renovaciones y tramitaciones de nuevos permisos, aunque seguimos teniendo un importante volumen de trabajo. Con los recortes, se pierde calidad en el servicio y en la atención al usuario. Un ejemplo de deterioro del servicio se produce cuando no se puede atender el volumen de trabajo y se superan el periodo máximo para responder una renovación, cuando esto pasa  está estipulado que esas solicitudes se tiene que conceder. En parte, nos facilita el trabajo porque se conceden renovaciones las renovaciones de forma automática, pero el servicio es de menor calidad y, tal vez, estemos concediendo permisos a personas que no cumplían la normativa o que tenga antecedentes penales.

Además, hay que tener en cuenta los prejuicios que produce en el usuario la demora en la respuesta de la renovación o concesión de su permiso de residencia o trabajo. El problema surge cuando se tiene una tarjeta caducada y se ha realizado una solicitud de renovación: si se va a firmar una hipoteca el notario no firma, también puede genera dificultades con el banco, en la  atención sanitaria, en la renovación de las prestaciones por desempleo o incluso para formalizar un contrato de trabajo, ya que el empresario no se quiere arriesgar. Muchas veces tenemos que explicar que cuando una solicitud está en trámite a efectos prácticos es como si estuviese concedida. Hay extranjeros que pierden trabajo, tienen problemas para ir al médico, administrativos y burocráticos  producto de los retrasos que ocasiona la creciente precariedad con la que trabajamos.

¿Qué puede pasar con la ley de extranjería?

Creo que el PP intentará cambiar la ley de extranjería porque se han mostrado siempre muy críticos con la opción de regularización a partir del arraigo en nuestro país. La excusa era que este supuesto generara un efecto llamada ya que resulta muy fácil obtener el permiso de residencia y trabajo. El arraigo es un procedimiento legal que permite al inmigrante que lleve 3 años en España, tenga un contrato y un informe de arraigo favorable regularizar su situación. Esta vía tiene bastantes opciones para ser eliminada, con lo que muchos se quedarían colgados.

Aunque de hecho, lo que estamos detectando es que muchos extranjeros ya no están en España y a muchos se les deniega el permiso o la renovación por no ser residentes. Han vuelto a su país por la situación de crisis que estamos viviendo. Hay casos en que les pedimos el certificado escolar de sus hijos para ratificar su arraigo y no lo tienen porque se han vuelto y no están en España. Y aunque se han ido, intentan mantener los papeles, porque al final es un salvoconducto no sólo a España sino también para la Unión Europea. .

¿Cómo se viven los recortes entre los trabajadores?

A parte del miedo que nos están inculcando, hay descontento hacia un Gobierno que intenta dar a entender que tenemos la culpa de todo esto y somos unos privilegiados. Aunque muchas veces nos frene, a la hora de protestar, que tenemos un ciudadano delante y que este queda desatendido en un ámbito que, además, esta siendo muy recortado y que ya de por si es muy precario.

¿Van a seguir los recortes?

Los recortes van a seguir si no los paramos, si nos quedamos en casa no va a cambiar nada. Aunque nuestro camino es el de Grecia y Portugal, vamos quemando etapas.

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