Esta semana es noticia que la UPC ha cancelado, tras más de un mes abierta al público, la exposición fotográfica del filonazi ucraniano Dmitro Kozatsky. A partir de una nota de prensa de agencias, la mayoría de medios españoles transmiten la misma información, que Kozatsky «simpatiza con el nazismo». Pero, vamos más allá. Este personaje -y otros dos mil soldados ucranianos, entre los que se encontraban mercenarios canadienses, ingleses o estadounidenses, entre otros.- participó de la utilización, durante semanas, de centenares de civiles como escudos humanos en la acería de Azovstal, en la ciudad de Mariúpol.

Pese a que el zumbado de Zelenski lo prohibiera por activa y por pasiva («hasta el último ucraniano», decía), no tuvo más remedio que rendirse a mediados del pasado mes de mayo. Las fuerzas rusas comprobaron como en la acería se habían ejecutado a civiles e, incluso, a soldados que querían desertar. También encontraron evidencias de tortura.

Kozatsky era -y sigue siendo- una de las piezas clave del regimiento neonazi Azov, puesto que ostenta el rango de comandante (jefe) de la oficina de prensa. Desde dentro de la acería se dedicó a retratar a muchos de los soldados nazis heridos de Azov. En unas imágenes bucólicas (podéis disfrutar de ellas en este enlace), que retratan el sufrimiento de unos guerreros amputados, al borde de la hambruna y abandonados, quería mostrar al mundo la nobleza del escuadrón nacionalsocialista.

A la UPC llegaron varias quejas. Muchas de ellas contenían imágenes tomadas por Kozatsky en las que aprecia junto a esvásticas o lemas del Tercer Reich. Ayer mismo realizó un hilo de Twitter en el que explicaba que «no entendéis el humor ucraniano ni el contexto de las fotografías». Sin embargo, a toro pasado, pedía disculpas por si había «ofendido a alguien». Para echarnos unas risas, podéis ver a continuación a Dmitro Kozatsky vistiendo una camiseta con simbología nazi:

Al parecer, según su propio hilo, no es la primera vez que le cancelan una exposición al descubrirse su oscura inclinación ideológica. Remataba su reflexión con el clásico «no os creáis la propaganda rusa». En cambio, la ucraniana nos la tenemos que comer a cucharadas.

Sin ir más lejos, el pasado 8 de octubre seguía pidiendo fondos para el Regimiento Azov a través de su cuenta de Twitter:

Curiosamente, Dmitro Kozatsky dispone de un perfil propio en la revista snob Vogue, la misma que realizó un reportaje bochornoso del matrimonio Zelenski mientras centenares de soldados ucranianos caían aniquilados en el frente. La misma Vogue que trató a Stepan Bandera, el nazi ucraniano que colaboró con el Reich de Hitler, de «héroe nacional». A su lado, Goebbels sería un pobre aprendiz.

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