La sanidad española vive en 2025 uno de los momentos más intensos de debate en décadas. Entre las comunidades autónomas, Cataluña ha emergido como la región líder en colaboración público-privada en sanidad, destinando una proporción del gasto sanitario muy por encima de otras comunidades, incluida la Comunidad de Madrid, tradicionalmente señalada por críticos y defensores del modelo mixto. Lo que parece a simple vista una elección de modelo gestionado, en realidad forma parte de una serie de tensiones estructurales —laborales, económicas y de provisión de servicios— que están redefiniendo la sanidad pública en España.
El dato central: conciertos sanitarios y gasto per cápita
Según las cifras más recientes del Ministerio de Sanidad, Cataluña dedica alrededor de un 22,0 % de su gasto sanitario autonómico a conciertos con la sanidad privada, casi el doble de lo que destina la Comunidad de Madrid (11,7 %) y muy por encima de la media nacional.
Los conciertos sanitarios —acuerdos por los que la administración pública contrata con entidades privadas la provisión de servicios de atención sanitaria— no son nuevos en España. Sin embargo, que una comunidad como Cataluña se sitúe tan por delante de Madrid, históricamente asociada con modelos más liberales y con fuerte presencia privada, ha generado un fuerte debate político y técnico.
Este liderazgo del gasto concertado también se traduce en términos absolutos y per cápita: según informes sectoriales, Cataluña dedica más de 400 € por habitante en conciertos sanitarios, frente a poco más de 200 € en Madrid.
Conciertos: ¿qué incluye esta colaboración público-privada?
La composición del gasto concertado es variada y compleja. Incluye:
- Servicios hospitalarios, que representan la mayor parte de los conciertos.
- Atención especializada fuera de los centros públicos.
- Traslados sanitarios.
- Atención primaria complementaria.
- Suministro de prótesis y otros dispositivos terapéuticos.
Este tipo de acuerdos puede facilitar que un cataclismo operativo —como saturación de listas de espera o déficits de personal— se alivie externalizando capacidad asistencial. Sin embargo, también implica que una parte notable del presupuesto público se canaliza fuera de la gestión directa del sistema sanitario público.
Cataluña: líder en conciertos, pero con menos profesionales públicos por habitante
Uno de los aspectos más discutidos del modelo catalán es la aparente paradoja entre su alto nivel de gasto concertado y la disponibilidad de profesionales de la salud pública. Los datos disponibles muestran que Cataluña es la región con uno de los menores ratios de médicos en determinados ámbitos comparado con otras comunidades, aunque no existe una cifra oficial homogeneizada publicada recientemente por el Ministerio respecto a profesionales públicos por 100 000 habitantes específicos del área pública.
Un análisis del registro sanitario evidencia que, en términos de médicos generales y especialistas, Madrid dispone de casi el doble de profesionales que Cataluña en cifras totales de médicos (21 023 frente a 11 712 médicos), aunque esto no se traduce directamente en ratios per cápita porque las estructuras de población difieren.
La discusión sobre ratios en profesionales de atención primaria y hospitalaria es recurrente en informes técnicos y en la prensa especializada. Varios estudios y asociaciones médicas han puesto en evidencia que algunas comunidades, incluida Cataluña, enfrentan escasez relativa de profesionales en funciones de salud pública y atención primaria respecto a la demanda asistencial, aunque estos datos varían según la fuente y el ámbito específico (médicos, enfermeros, especialistas, etc.).
Estructura del sistema catalán y comparativa con Madrid
La historia del modelo sanitario catalán tiene raíces profundas. Desde los años 90, con la creación del CatSalut y la introducción de mecanismos mixtos de provisión de servicios mediante conciertos, Cataluña ha ido ampliando progresivamente la participación de entidades privadas en la gestión de camas, servicios hospitalarios y procedimientos especializados, siempre bajo financiación pública.
Según un informe publicado recientemente, hasta el 50 % de las camas hospitalarias en Cataluña están gestionadas bajo acuerdos con proveedores privados, en comparación con apenas el 13,9 % en Madrid. Del mismo modo, el porcentaje de quirófanos operados bajo gestión privada supera el 36 % en Cataluña frente al 5,5 % en Madrid.
Este contraste no se limita a porcentajes: también se observa en los mecanismos de gestión. Cataluña ha elegido un modelo mixto que combina provisión directa con conciertos amplios, mientras que Madrid, pese a la crítica a su modelo, concentra mayor proporción de gestión directa pública en hospitales, aunque también ha incrementado las concesiones privadas en los últimos años.
Gasto per cápita en sanidad y comparativas territoriales
Es crucial distinguir entre diferentes métricas de gasto:
- Gasto total per cápita en sanidad pública, que incluye todo el presupuesto para servicios, recursos humanos, infraestructuras, etc.
- Gasto específico en conciertos con sanidad privada.
Informes recientes señalan que, aunque Cataluña lidera el gasto en conciertos y en proporción del presupuesto sanitario destinado a estos acuerdos, en algunos ejercicios también registra niveles de gasto sanitario público por habitante inferiores a la media nacional —alrededor de 1 442 € por habitante, por debajo del promedio nacional de 1 939 € y cercano al nivel de Madrid (1 468 €)— cuando se observa el gasto general en sanidad pública.
Esto sugiere que el peso de los conciertos no es únicamente una variable aislada, sino que se inserta en un contexto de limitaciones presupuestarias generales y reorientación de recursos.
Críticas y defensores del modelo mixto
El debate actual en España sobre la colaboración público-privada en sanidad se ha intensificado por varias razones:
Críticas principales
- Desviación de recursos públicos hacia proveedores privados, que podría desincentivar la inversión directa en infraestructura pública y profesionales públicos.
- Riesgo de brecha de equidad, si los proveedores privados gestionan selectivamente servicios rentables y dejan servicios complejos o menos rentables al sistema público.
- Cargas de trabajo y condiciones laborales, con sindicatos médicos denunciando sobrecarga y falta de personal en el sector público.
Defensores del modelo
Por su parte, defensores de la colaboración argumentan que:
- Los conciertos permiten absorción de picos de demanda asistencial, reduciendo listas de espera cuando el sistema público está saturado.
- Eficiencias administrativas o especialización, aprovechando capacidades existentes en el sector privado sin necesidad de construir infraestructura propia.
- Flexibilidad financiera, permitiendo manejar presupuestos variables y gestionar inversiones en técnica médica avanzada.
Este debate está lejos de ser puramente ideológico; también tiene un componente técnico profundo sobre eficiencia, resultados de salud, tiempos de espera y satisfacción de pacientes.
Implicaciones para profesionales de la salud
La dinámica del gasto en conciertos tiene impactos claros en el mercado laboral sanitario. Por un lado, el sector privado emplea una porción creciente de profesionales sanitarios en España, con más de 462 400 trabajadores en 2024, el nivel más alto registrado.
Al mismo tiempo, muchos profesionales públicos denuncian condiciones de trabajo estresantes, listas de espera crecientes y una falta de recursos humanos en servicios públicos esenciales, lo que alimenta movilizaciones y reivindicaciones sindicales que se repiten tanto en Cataluña como en el resto de España.
El contexto nacional: tendencias y legislación
En el conjunto del Sistema Nacional de Salud (SNS), casi un tercio de hospitales están ya gestionados por entidades privadas, una cifra que ha aumentado casi un 37 % en la última década.
Este crecimiento ha provocado que el Ministerio de Sanidad presente propuestas legislativas para limitar o regular más estrictamente la gestión privada con ánimo de lucro, aunque estas propuestas enfrentan resistencia política importante, especialmente en regiones con modelos mixtos bien arraigados como Cataluña y Madrid.
Conclusión: un espejo de tensiones estructurales
El hecho de que Cataluña lidere los conciertos con sanidad privada y destine el doble de gasto proporcional que la Comunidad de Madrid no es únicamente una estadística aislada, sino un indicador de tensiones profundas en la sanidad española:
- Cómo equilibrar provisión pública directa con colaboración privada.
- Cómo asegurar equidad y eficiencia en servicios esenciales.
- Cómo gestionar recursos humanos en un contexto de crecientes demandas asistenciales y expectativas ciudadanas.
Los datos muestran una España sanitaria en transición, donde los modelos autonómicos divergen y las decisiones sobre qué parte de la atención debe ser prestada directamente por lo público o concertado determinan tanto la experiencia de los pacientes como las condiciones laborales de los profesionales. El debate experto, político y social continuará evolucionando en 2026, con estos datos como base central de las discusiones.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.





