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Black Mass: Estrictamente criminal tiene ese regusto de las buenas películas mafiosas de los setenta y nos recuerda alguna serie de tv reciente. El director Scott Cooper (Corazón rebelde) retrata un caso real ocurrido durante 20 años en los USA. Estamos en Boston, en 1975 James “Whitey” Bulger (Johnny Depp) es un delincuente de la mafia local de origen irlandés cuyo hermano es el senador Billy Bulger (Benedict Cumberbatch). A la ciudad llega John Connolly (Joel Edgerton) un nuevo agente del FBI que en su juventud vivió en el barrio controlado por Whitey y es un antiguo conocido de los pandilleros locales. El FBI de Hoover quiere desmantelar la Mafia italiana de Boston, para conseguirlo, el agente Connolly le propone a Whitey Bulger ser un informador a cambio de protección legal, así el FBI acabará con la mafia italiana mientras Whitey consigue acabar con la competencia y crear un imperio criminal.

El fin que justifica los medios se vuelve en contra de un poder amoral que mira hacia otro lado avalado por los informes de un sólo sujeto que desvía, oculta o transforma pruebas para ascender en el escalafón y quedar como un héroe delante de sus jefes. A veces sorprende la actitud ingenua, entre infantil y desesperada de las autoridades, en este caso el FBI y sus agentes al avalar y proteger a un confidente, delincuente y exconvicto, pero sabiendo que esta película está basada en hechos reales, podemos decir que .

Diversos “flashbacks” nos irán llevando a diferentes años donde veremos la manera de actuar de ese grupo de mafiosos en ciernes que van levantando una organización mafiosa entre abusos de poder, palizas y muertes. Las relaciones familiares de “Whitey” Bulger con su madre, la madre de su hijo y su primogénito y el hermano senador, intentan mostrar esa cotidianidad del mafioso y también veremos esa frialdad del delincuente malvado y asesino, un paranoico de doble moral que no acepta a los traidores y chivatos, mientras sus informaciones hacen estragos en la competencia mafiosa.

El otro personaje es ese John Connelly, un trepa que quiere subir a lo más alto del departamento local del FBI, pero que en el fondo nunca ha salido del barrio irlandés, sigue admirando a ese “Whitey” Bulger y sus métodos y puede ser que hay algo de racismo en ese ensañamiento contra la mafia italiana.

Johnny Depp es ese “Whitey” Bulger, una interpretación alejada de esos personajes de chiste de las películas para niños, quizás el maquillaje y esas lentillas exageradas ensombrecen su actuación, pero me parece que consigue representar a este criminal en todas sus facetas. Benedict Cumberbatch sobrio y efectivo en el papel del hermano senador. Los chicos de la banda cumplen y dan el pego como “currelas” del crimen, el miedo y la fidelidad al jefe hacen el resto, igual que los actores que se ponen en la piel de ese equipo de agentes del FBI tan pardillos. Es un mundo de hombres donde las mujeres tienen un papel subalterno, madre, amante, mujer del amigo…

El crimen organizado avalado por el FBI permitió a James “Whitey” Bulger ser durante años el hombre más peligroso en los USA. Película con una cuidada ambientación, con escenas duras y otras escenas “familiares” muy bien resueltas, con buenas actuaciones que nos puede hacer pasar un buen rato aunque nos suene a algo visto en otros clásicos del género.

estreno 23 de octubre de 2015

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Dirección: Scott Cooper

Guión: Mark Mallouk y Jez Butterworth, basado en el libro de Dick Lehr y Gerard O’Neill

Reparto: Johnny Depp, Joel Edgerton, Benedict Cumberbatch, Dakota Johnson, Kevin Bacon, Peter Sarsgaard, Rory Cochrane, Jesse Plemons…

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