La guerra ha llegado al área de exclusión de Chernobil, y hay peligro de diseminación del material altamente radiactivo que hay en la zona por los impactos y explosiones de la batalla. La fatal combinación guerra y energía nuclear amenaza también al sur del país, pues la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, con 6 reactores de una potencia de 1000 Mw cada uno,  está a solo 157 km de la frontera de Crimea, por donde ha entrado el ejército ruso.  La ciudad de Zaporiyia, a 47 km en línea recta de la Central nuclear, ya ha sido bombardeada.  En esta ciudad viven 716 292 personas, y en el lugar mismo del complejo nuclear, a la orilla del Dnieper, habitan otras 57.000.

Si alguno de los reactores de la central fuese dañado por bombas o misiles, o si la situación condujera a errores humanos en su operación, podría desatarse una catástrofe nuclear peor que la propia guerra.  En un radio de 200 km de esa central viven 2.686.469 personas, sólo en las ciudades de Zaporiyia, Melitópol, Krivói y Odesa.  Sería muy difícil evacuar a esa población y más en mitad de una invasión.

El río Dnieper, uno de los mayores del continente europeo, es el que refrigera la central, y desemboca en el mar Negro a unos 220 km al sur.  Una distancia muy corta para evitar que se contaminara el mar, si se produjera una desgracia.

Ucrania tiene 15 reactores operativos en cuatro emplazamientos, dos al noroeste y otros dos al sur. Son 13.107 MW que producen aproximadamente la mitad de la electricidad en el país.  Hay otros dos en construcción.  La información del State Nuclear Regulatory Inspectorate of Ukrain, publicada en su web  (https://snriu.gov.ua/en)  el 24 February 2022  a las 08:01, es que 13 de los reactores estaban en funcionamiento (todos los de CN Zaporiyia).  Aunque a una potencia inferior a su máxima capacidad.

La última información reconoce un incremento de la contaminación del aire debido al movimiento del suelo contaminado. Dice que “se superaron los niveles de control de la tasa de dosis de radiación gamma en la zona de exclusión. Los expertos del Ecocentro relacionan esto con la perturbación de la capa superior del suelo por el movimiento de una gran cantidad de maquinaria militar pesada a través de la Zona de exclusión y el aumento de la contaminación del aire. La condición de las instalaciones nucleares de Chernobyl y otras instalaciones no ha cambiado”.

Es la primera vez que se desarrolla una guerra en un país con reactores nucleares. Resulta evidente que las instalaciones nucleares son un punto débil en la seguridad de un país en caso de guerra.  Sean objetivo intencionado o no, las peores consecuencias son para el país que las alberga y sus vecinos.   Es una debilidad que la industria nuclear y sus apoyos políticos no quieren afrontar. Pero resulta muy evidente que es parte del riesgo que implica esta energía.

El Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA) declara su apoyo al pueblo ucraniano, condenamos la guerra e instamos a los dos gobiernos a dialogar.  También quiere dar todo su apoyo a los más de 1000 manifestantes rusos detenidos por protestar contra esta guerra.  Solo cabe decir, otra vez, NO A LA GUERRA, exigir la desnuclearización civil y militar, así como mostrar el deseo de que no haya más daños radiactivos en una región que ha sufrido el peor accidente nuclear civil de la historia.

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