Cada día, mientras paseamos por nuestras ciudades nos cruzamos con gente sin hogar, durmiendo o pidiendo en la calle. Algunas veces les ofrecemos algo de dinero, otras comida y hay incluso quien interacciona con ellos. Luego cada uno sigue su vida y no piensa mucho más sobre esta situación. Sabemos que hay gente que los ayuda, ¿pero quienes son?

¿Cómo les ayudan? Revista Rambl@ se ha acercado a una de estas organizaciones. La conocimos cuando en uno de estos paseos ciudadanos, nos encontramos a un grupo de gente hablando e interactuando con algunas personas sin hogar. Se llaman Emprendedores sin techo y no se refieren a ellos mismos, sino a las personas sin hogar. Andrew Funk, su creador de Estados Unidos, inició este proyecto de manera personal, poniendo dinero de su bolsillo con un solo fin: conseguir que esas personas lograran un trabajo y pudieran salir de la calle, no sólo con su esfuerzo, sino con lo que más le gusta hacer. Y lo ha conseguido.

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Andrew, explícanos bien qué es Emprendedores sin techo

Emprendedores sin techo es una organización que pretende ofrecer trabajos a personas sin hogar enfocando su talento. Gracias a una entidad que se llama Publicitarios Implicados, dirigido por un profesor de Blanquerna hemos creado un eslogan que es: “el talento puede cambiarte la vida” y creemos que el talento de las personas con y sin hogar pueden cambiar a sociedad.

Nos enfocamos en obtener el talento de las personas sin hogar, creamos una red de apoyo. Intentamos ayudarles a entrar de nuevo en la sociedad, pero es con su talento que consiguen abrirse nuevas puertas.

¿Y cómo llegáis hasta las personas sin hogar?

Cada mes, los miembros de la asociación pasamos una noche en la calle. Hacemos una conferencia la noche previa, y dormimos en la calle. Estamos allí exactamente 24 horas. Interactuamos con la gente, le explicamos nuestro proyecto. Tanto a las personas sin hogar como al resto de personas que se acercan, ciudadanos

Por ejemplo, a Marcos lo conocí en el metro de Universidad. El me ofreció una moneda simpática y yo le ofrecí un proyecto simpático.

Hay un chico negro inglés que perdió su trabajo en Inglaterra que estaba en Rambla del Raval y ahora vive en Zona Franca

Entonces no son sin techo…

Dentro de las personas a las que llamamos “sin hogar” hay dos tipos. Los “road sleepers” que duermen en la calle, y luego los que no tiene hogar pero tienen un sofá, un coche o duermen en albergues.

¿Y cómo lográis que consigan trabajo?

Primero les preguntamos a la gente que vive en la calle qué le gusta hacer. No si estaría dispuesto a trabajar en fábricas o bares. Les pedimos que nos digan qué les gustaría hacer 8 o 10 horas al día. Enfocas en lo que a ellos les gusta y generas un producto o servicio. Para motivarles te enfocas en su talento. Te lo explico a través de los casos:

Uno de ellos es Marcos, empezamos con el libro solidario, vendiendo los poemas que él hacía. Es a la primera persona a la que ayudamos, es un poeta de la calle y hemos conseguido que Ediciones Cadena por ejemplo publique cien copias de sus poemas y que se venda en librerías. Y escribe y vende poemas en y para todos los eventos que organizamos.

Luego hay uno de Polonia y otro de Inglaterra que han empezado a ayudar a realizar traslados. Otro da clases de inglés y otro limpia casas.

La mitad de lo que cobran es para ellos y la otra para que la asociación siga creciendo y cubrir los gastos.

¿Pero a cuanta gente habéis sacado de la calle?

Realmente hemos ofrecido techo y trabajo a Marcos y estamos trabajando con otras dos personas. Porque lo enfocamos en función de cada caso. Porque hay algunos que aunque no tengan casa duermen bajo un techo y nuestra prioridad es encontrarles trabajo, porque si consiguen un trabajo de 800-900 euros al mes ya pueden pagarse un techo. Y es que no queremos crear dependencia de la asociación, queremos que lo consigan por ellos mismos, y nosotros les ofrecemos los recursos que necesitan.

Se hace difícil pensar que si ya está difícil acceder al mercado laboral con la tasa de desempleo que hay, es complicado que una persona que no tiene un techo y tiene más dificultades para tener las herramientas necesarias para encontrar trabajo lo pueda conseguir, se le aumente la dificultas ¿es así?

Sí y desde la asociación lo que hacemos es dar la cara por ellos y así poder abrir puertas.

¿Qué tipo de acciones lleváis a cabo para tener visibilidad y llegar a los sin techo y a la sociedad?

Solemos escoger fechas señaladas muchas veces para obtener mayor visibilidad. Otras son aleatorias. Pero intentamos “montar lío”, en el sentido de que queremos que se vea lo que hacemos.

En la «Diada» dormimos el día antes en el monumento de Rafael Casanovas. Estábamos en segunda fila en la ofrenda y los Mossos d’Esquadra nos hicieron retirar porque la imagen de la gente sin hogar quedaba mal. Hicimos una almohada con estelada y Marcos escribió un poema. Finalmente conseguimos dárselo a Oriol Junqueras. Pero no nos lo dejaron depositar.

¿Y te hizo caso?

Bueno, conozco un par de personas… Y estaremos en el Parlament en los próximos meses y gracias a dos diputadas de Ciutadans: Noemí de la Calle y Carmen de Rivera. Y es curioso porque nuestro proyecto de sin techo parece que vaya a recibir el apoyo de Colau y otros partidos de la izquierda, ya que parece más enfocados hacia ese sector

¿No es así?

La verdad es que no. Ellos ya tienen sus sistema y cuenta que entre un jugador nuevo. La PAH por ejemplo tampoco nos hace caso. Todos nos escuchan, es cierto, le presentamos el proyecto a Ada Colau, hablamos con Jaume Collboni, conozco a Alfred Bosch… Pero bueno, el movimiento es de los ciudadanos y es a ellos a quienes nos dirigimos: es decir, las personas en la calle. Porque las empresas y los gobiernos están hechos de personas. Y trabajamos con las personas de y desde la calle, acercándonos a la prensa y los medios de comunicación para tener más visibilidad y aportando un valor concreto.

¿Cómo reacciona la gente que os ve durmiendo en la calle y explicándoles el proyecto?

La mayoría con indiferencia, el 80% siguen en su mundo y pasan de largo.

Es que a veces da la sensación de que pasamos por delante de la gente que vive en la calle y no los miramos, no los queremos ver.

Intentamos esquivar la mirada, cierto. Y lo que intentamos nosotros es hacer contacto visual con la gente que vive en la calle, mirarlos. Es como el primer baile. Al principio no sabes la música o la canción que va a sonar ni la persona pero has de empezar una relación. Y cuando nos dirigimos a ellos, les saludamos, les preguntamos si están viviendo en la calle, porque muchos dicen que no, que sólo piden en la calle. Pero es para conocerlos y no esquivarlos como la mayoría

Aumenta la gente en la calle

Se mantiene. De hecho el sistema está para sostenerse. Pero no hay ningún enfoque para repararlo. La sociedad no está preparada para prevenirlo. Tienes que cambiar el modelo de sostener al de prevenir y eso cuesta un dinero. Por eso nosotros queremos intentar llegar allí donde no llega la el modelo de sociedad.

Si, pero hay quien tiene problemas psicológicos.

Sí, pero hay mucha gente que los tiene. Y los problemas de salud mental y adicción son los más difíciles. Y de hecho muchas de esas adicciones vienen por estar en la calle, para adormecer los sentidos. Pero de eso se ocupan otras organizaciones, nosotros tratamos de ayudarlos a buscar trabajo y, en cierto modo, de provocar que les crezca la autoestima. Ver que la gente te escucha.

¿Y dónde estáis?

Estamos sólo en Barcelona. Pero nos movemos por España en días puntuales.

¿Pero cuando os vais de esos lugares esa gente queda huérfana?

No, tenemos las redes. Creamos conciencia entre la gente que se acerca en todas las ciudades que vamos. Se interesan en el proyecto y si quieren ayudar a alguien les facilitamos algunos de los contactos que hemos podido conseguir durante este tiempo.

El día del trabajador queremos ir a Ceuta porque es el lugar de España donde hay más paro. Por Carnaval queremos ir a Cádiz… buscamos fechas en que la gente esté en la calle y hablar con políticos, entidades, otras organizaciones y ciudadanos que quieran ayudar. Y a esa gente que quiere ayudar de alguna manera y no sabe cómo le explicamos como puede hacerlo: como por ejemplo comprometerse a hacerle la colada a alguien una vez por semana o semana y media. En Londres, alguien quiso dar una cena y no las entidades grandes no le respondían. Y le propusimos que se acercara a un sin techo le preguntara que quería cenar e invitarlo. No hemos logrado sacar a nadie de la calle en estas ciudades que hemos ido, pero sí hemos conseguido una red de ayuda.

pobreza-03¿Y la relación con la empresa, cómo se establece?

No hablamos con muchas empresas. Lo hacemos en función de la persona a la que ayudamos. No vamos a las empresas y preguntamos qué vacantes tiene y se la ofrecemos a la gente, sino a la inversa. Primero vamos a las empresas, nos cuentan que se les da bien hacer y en función de eso buscamos a la empresa.

¿Pero las empresas también se suman?

Las empresas se suman a nuestro proyecto vía personas. Personas que se acercan y que pertenecen a empresas y tratan de ayudarnos. Por ejemplo, una fotógrafa quiso colaborar y hemos hecho un calendario solidario con gente de la calle.

Se trata de un crecimiento orgánico. Hay gente que nos ofrece dinero e inversiones para llegar a ayudar a 100 o más personas. Nos daría visibilidad y saldríamos en la mayoría de medios quizás, pero tampoco podríamos ayudar de manera tan personalizada, porque ahora no somos tantos y se desvirtuaría el proyecto. Es mejor trabajar con menos y hacerlo bien. Entendemos que hay cosas que vende y sale bien en prensa pero nosotros queremos hacer las cosas bien.

Sois prudentes

Sabemos que no podemos llegar a 100 personas este año y tampoco crecer a lo grande sin tener en cuenta a las personas que ayudamos. Muchas organizaciones quieren ayudar cuándo realizamos algún acto y nos preguntan si tenemos permisos, qué medios pondrán para llegar a otras ciudades… Y la respuesta siempre es la misma. No pedimos permisos porque la gente que duerme en la calle no pide permisos y llegamos con nuestros propios medios. Sabemos que hacen falta más “coaches” pero poco a poco, se trata de hacer las cosas bien.

 ¿Cómo responden los sin hogar?

No todos responden. Y de hecho les cuesta. Porque se han de habituar a una rutina nueva, a madrugar y eso les cuesta, sobre todo si llevan tiempo en la calle. Y para la gente que tienen adicciones es más fácil cubrirse en ellas. Pero si ven que otros sin techo se acercan, que hay quien ha logrado trabajo, se acercan, se interesan y si ven que consiguen trabajo se comprometen con nosotros para ayudar a más sin techo. De hecho, todos nuestros casos a las que ven que reciben dinero, que tienen dinero en su bolsillo a final de mes y haciendo algo que les gusta les reconforta

Por lo que cuentas es más difícil ayudar a alguien que vive en la calle que alguien que está en un albergue

Es porque la gente que está en la calle está acostumbrada a hacer aquellos que les sirva para sobrevivir, pero para sobrevivir en la calle y a su modo. Entrar en un albergue es entrar en una institución. Si en la calle vive con un perro y quieres ir a un albergue, éste se ha de quedar en la calle. Por tanto, si ya has decidido pasar las noches en un albergue ya has dado un paso más, ya has renunciado a algo para tratar de cambiar tu situación. Y los que están en un albergue también tienen una rutina, hay gente que van cambiando de albergue cada tres meses, que es el tiempo límite, y van de albergue a albergue y llevan así durante 35 años. Pero las personas que viven en la calle son gente muy dura pero muy sensibles y les cuesta interactuar con la gente.

¿Pero que les impide entrar en un albergue?

Piensa que entrar en un albergue es enfrentarse a uno mismo en muchas ocasiones. Porque si has de dormir en la calle te preocupas de cómo dormirás hoy, si ya tienes donde dormir, durante esas horas has de pensar en ti, en uno mismo, en cómo salir, cómo has llegado hasta aquí, y eso es muy duro para ellos también.

¿Y tienen familia?

Sí, pero no siempre se relacionan con ellos. Y eso les genera malestar con el pasado. Hay quien la hermana no lo acoge porque el marido no lo quiere acoger. El polaco es huérfano, tiene VIH; el inglés tiene familia en Inglaterra y no responde; y luego un peruano y sólo un español.

Pero también hay españoles en la calle

Sí, pero piden en la calle. Son gente que piden. Hay quien se lo puede permitir, hay un chico que duerme en Sant Antoni, que recibe ayudas del Estado pero no quiere pagar por una vivienda porque dicen que es un derecho. Fui con Marcos y piensa que es estúpido. Es una opción personal, pero entonces no me llores.

¿Y que tiene que hacer la gente para participar? ¿Han de hacerse socios?

No son sólo socios. Las personas que quiere donar donan. Y hay una parte personal, yo puse 10.000 euros, porque es lo que cuesta sacar a una persona de la calle. Pedimos donaciones y cada vez que hacemos una acción publicamos que coste tiene todo. Y todo el mundo puede hacer algo que le guste en la asociación. Un escritor puede ir a hablar con un sin hogar e ir publicando sus historias. También hay quien es fotógrafo y tiene el proyecto “Enfocando tu talento” que fotografía a las personas que están en la calle, con un fondo negro, y un breve texto que cuenta el talento de esa persona y qué harían con ello. Se trata de participar no sólo económicamente y si uno quiere ayudar y no sabe que hacer puede encontrar su manera. Y así cuando la gente que ayuda lo siente como un proyecto suyo también se involucra más y la organización crece. Así que interactuamos con la gente que está en la calle y los que quieren ayudar.

Joan Colás

Redactor en Revista Rambla | Web | Otros artículos del autor

Periodista.

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