En un país como España, donde la esperanza de vida supera los 83 años y el sistema sanitario es uno de los mejores del mundo, las amenazas a la salud pública no siempre provienen de pandemias o accidentes. Dos de los mayores riesgos evitable son el tabaquismo y la obesidad, factores que contribuyen a miles de muertes prematuras cada año. Pero, ¿cuál de ellos cobra más vidas anualmente? Esta pregunta no solo es relevante para los expertos en salud, sino para toda la sociedad, ya que sus impactos se extienden a la economía, el sistema de salud y la calidad de vida. Según datos recientes, el tabaquismo sigue siendo ligeramente más letal que la obesidad, con alrededor de 45.000 muertes anuales atribuidas al tabaco frente a unas 42.000 por exceso de peso. Sin embargo, las tendencias indican que la obesidad podría cerrar esa brecha en los próximos años, impulsada por cambios en los hábitos alimenticios y el sedentarismo.

El Tabaquismo: Un Hábito que Mata Lentamente

El tabaco ha sido durante décadas uno de los principales enemigos de la salud pública en España. A pesar de las campañas antitabaco y las leyes restrictivas implementadas desde 2005, como la prohibición de fumar en espacios públicos, el consumo sigue siendo elevado. Según el Tobacco Atlas, en 2021, el 10,1% de todas las muertes en España fueron causadas por el uso de tabaco. Esto se traduce en 45.137 muertes anuales, una cifra que incluye no solo a fumadores activos, sino también a aquellos expuestos al humo de segunda mano. De estas muertes, el 16,7% corresponden a hombres y el 3,2% a mujeres, reflejando una brecha de género que se ha reducido en las últimas décadas a medida que más mujeres han adoptado el hábito.

Las causas principales de estas muertes son bien conocidas: cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares y trastornos respiratorios crónicos como la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica). Por ejemplo, el tabaco es responsable del 85% de los casos de cáncer de pulmón en España, una patología que sola causa más de 20.000 muertes al año. Además, según un estudio publicado en 2022 en la revista Archives of Bronconeumology, el tabaquismo atribuye alrededor del 12,9% de todas las muertes en personas mayores de 35 años, con un total acumulado de 1,7 millones de fallecimientos entre 1990 y 2018. En términos regionales, comunidades como Andalucía y Cataluña registran las tasas más altas de fumadores diarios, con más de 1,4 millones en Andalucía en 2022.

El costo económico es igualmente alarmante. El Tobacco Atlas estima que el tabaquismo genera gastos de 17.476 millones de euros anuales en España, incluyendo tratamientos médicos, pérdida de productividad y cuidados a largo plazo. Expertos como el doctor Esteban Pérez, del Ministerio de Sanidad, destacan que «el tabaco no solo mata, sino que incapacita durante años, multiplicando el sufrimiento familiar y el carga para el SNS (Sistema Nacional de Salud)». A pesar de una reducción en la prevalencia —del 31,2% en 2009 al 23,3% en 2019 entre hombres—, el auge del vapeo entre jóvenes amenaza con revertir estos avances. En 2022, el 15% de los adolescentes de 15 años fumaban ocasionalmente, por debajo de la media europea pero aún preocupante.

La Obesidad: Una Epidemia en Expansión

Por otro lado, la obesidad ha emergido como una crisis silenciosa en España, agravada por la dieta mediterránea cada vez más abandonada en favor de alimentos procesados y estilos de vida sedentarios. Según el World Obesity Atlas, el exceso de peso fue responsable de 42.038 muertes en España en 2019. Esta cifra representa aproximadamente el 9,7% de las muertes totales ese año, considerando que España registró alrededor de 433.000 fallecimientos en 2019. Las principales causas asociadas son enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, derrames cerebrales y ciertos tipos de cáncer, como el de colon y mama.

La prevalencia de la obesidad en adultos es del 15,4%, por debajo de la media europea del 16%, pero con disparidades significativas. Entre los de bajo nivel educativo, la tasa alcanza el 20%, mientras que entre los de alto nivel es del 10%. En niños y adolescentes, la situación es más alarmante: el 18,6% de los jóvenes de 15 años sufren sobrepeso u obesidad, un aumento del 15,5% en 2009-2010. Regiones como Andalucía y Murcia muestran las tasas más altas, con hasta el 25% de la población adulta obesa.

Un estudio de la Revista Española de Cardiología proyecta que para 2030, más de 10 millones de adultos vivirán con obesidad, lo que podría elevar las muertes anuales si no se intervienen. El impacto económico es colosal: en 2019, el sobrepeso y la obesidad costaron 29.140 millones de dólares al país, equivalentes a unos 27.000 millones de euros, en tratamientos y productividad perdida. La doctora María López, nutricionista del Hospital Clínic de Barcelona, advierte: «La obesidad no es solo un problema estético; es un factor de riesgo que multiplica por cuatro el chance de diabetes y por dos el de infartos. En España, estamos viendo un aumento en muertes prematuras entre los 40 y 60 años por esta causa».

Además, la obesidad interactúa con otros riesgos. Por ejemplo, fumadores obesos tienen un riesgo 231% mayor de muerte por causas cardiovasculares o cáncer que aquellos sin estos factores. En Europa, el 13% de las muertes prematuras en 2019 se debieron al sobrepeso, con España contribuyendo significativamente.

Comparación Directa: Números y Tendencias

Al comparar directamente, el tabaquismo supera ligeramente a la obesidad en términos de mortalidad anual. Con 45.137 muertes por tabaco frente a 42.038 por exceso de peso en 2019, la diferencia es de unos 3.000 fallecimientos. Sin embargo, ajustando por años recientes, el total de muertes en España en 2023 fue de 436.124, con el tabaco representando alrededor del 10% y la obesidad cerca del 9-10%, dependiendo de la metodología. Estudios como el del Global Burden of Disease indican que en países de altos ingresos como España, la obesidad causa el 8-10% de las muertes, similar al tabaco.

Las tendencias son claves. El tabaquismo ha disminuido: la prevalencia cayó un 16,2% desde 1987, con una reducción mayor en hombres (29,2%). En contraste, la obesidad se estabilizó en el 15-17% desde 2011, pero con un aumento en adolescentes. Proyecciones del World Obesity Federation sugieren que, sin intervenciones, la obesidad podría superar al tabaco en mortalidad para 2030, especialmente si el sedentarismo pospandemia persiste.

Un análisis del International Journal of Epidemiology muestra que el impacto combinado de tabaco, obesidad y alcohol reduce la esperanza de vida en 5,8 años, con el tabaco contribuyendo más actualmente. Sin embargo, en términos de desigualdades, ambos afectan más a clases bajas: el 21% de bajos ingresos fuman diariamente, y el 20% son obesos.

Implicaciones Sociales y Económicas

Ambos problemas generan un costo anual superior a los 40.000 millones de euros combinados, sobrecargando el SNS. El tabaquismo causa más hospitalizaciones por cáncer y EPOC, mientras la obesidad lidera en diabetes y artrosis. Políticas como el Plan Nacional sobre Drogas y la Estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad) han tenido éxito parcial, pero expertos reclaman más: impuestos a ultraprocesados, educación en escuelas y acceso a deporte.

La pandemia de COVID-19 exacerbó ambos: fumadores tuvieron mayor riesgo de complicaciones, y el confinamiento aumentó el sobrepeso en un 3-5%. Según la OMS, en la región europea, 7.500 muertes diarias se deben a determinantes comerciales como tabaco y comida procesada.

Una Lucha Compartida

En resumen, el tabaquismo cuesta más vidas al año en España que la obesidad, con 45.000 muertes frente a 42.000, según datos de 2019-2021. No obstante, la obesidad avanza rápidamente, amenazando con igualar o superar al tabaco si no se actúa. Ambos son prevenibles: dejar de fumar y adoptar hábitos saludables podrían salvar decenas de miles de vidas. Como sociedad, España debe priorizar la prevención, invirtiendo en educación y políticas integrales. Solo así mantendremos nuestra envidiable longevidad. (Palabras: 1.512)

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Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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