El pasado 28 de junio de 2025, Montse Aguilar, una trabajadora de 51 años del servicio de limpieza viaria de Barcelona, falleció tras completar su jornada laboral en plena ola de calor. La tragedia ha conmocionado a la ciudad y ha puesto en el centro del debate las condiciones laborales de los trabajadores de la limpieza, la responsabilidad de la empresa concesionaria FCC y la complicidad del Ayuntamiento de Barcelona en la falta de medidas efectivas para proteger la salud de los empleados frente a temperaturas extremas. La Confederación General del Trabajo (CGT) ha denunciado reiteradamente las condiciones laborales en FCC, acumulando 16 resoluciones favorables por parte de la Inspección de Trabajo, mientras que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha respaldado a trabajadores afectados por golpes de calor, evidenciando un problema sistémico que no ha sido abordado adecuadamente.
Una tragedia evitable
Montse Aguilar trabajaba para FCC, la empresa concesionaria encargada de la limpieza viaria en el casco antiguo de Barcelona, incluyendo el barrio Gótico. El 28 de junio, durante una ola de calor que elevó las temperaturas por encima de los 35 grados, Montse completó su turno de 14:00 a 21:00 horas. Según su familia, durante la jornada expresó malestar a su encargada, mencionando dolores en la espalda, cervicales, pecho y otros síntomas compatibles con un golpe de calor. A pesar de estas señales, no recibió atención adecuada ni se le permitió abandonar el turno antes. Al llegar a casa, Montse envió un mensaje a un amigo indicando que había tenido “una tarde muy mala” y que sentía que “iba a morir”. Minutos después, mientras cenaba, se desplomó y falleció. La primera autopsia señala que la causa de la muerte fue un golpe en la cabeza tras desvanecerse, pero la familia espera los resultados de la autopsia judicial para confirmar si el desmayo fue provocado por un golpe de calor.
La familia de Montse, encabezada por su hermana Clara Aguilar, ha anunciado que, de confirmarse que el golpe de calor fue la causa del desmayo, emprenderá acciones legales tanto por la vía social como penal contra FCC y el Ayuntamiento de Barcelona. Clara ha denunciado que Montse trabajó bajo condiciones extremas, con temperaturas de 36-37 grados, a pleno sol, y vistiendo un uniforme de poliéster que no transpiraba, inadecuado para las altas temperaturas.
Denuncias reiteradas de la CGT
La CGT, sindicato que representa a los trabajadores de la limpieza viaria, ha sido contundente en su crítica a FCC y al Ayuntamiento. Según Ramón Sanblás, delegado de prevención de la CGT en el Ayuntamiento de Barcelona, el sindicato ha presentado 16 denuncias en los últimos cinco años por las condiciones laborales en situaciones de calor extremo. Estas denuncias han resultado en requerimientos o sanciones por parte de la Inspección de Trabajo, evidenciando un patrón de incumplimientos en materia de prevención de riesgos laborales. Una de las denuncias más graves señala que FCC negó el volante de asistencia a la mutua a una trabajadora que sufrió un golpe de calor, un acto que pone en riesgo la salud de los empleados y obstaculiza su acceso a atención médica.
Sanblás también ha denunciado que, a pesar de los protocolos existentes, estos no se aplican de manera efectiva. Por ejemplo, no hay constancia de que los trabajadores recibieran alertas amarillas por calor extremo, ni de que se les proporcionara información sobre las medidas del Ayuntamiento para unificar los protocolos contra el calor en las empresas subcontratadas. Además, durante el velatorio de Montse, otra trabajadora sufrió un golpe de calor a la entrada, un hecho que refuerza la percepción de que las condiciones laborales no han mejorado.
La CGT ha convocado una manifestación el 16 de julio frente a la sede de FCC en Barcelona para exigir “justicia por Montse” y denunciar el “terrorismo patronal” que, según el sindicato, pone en riesgo la vida de los trabajadores. La protesta también busca visibilizar los casos de al menos ocho trabajadores que han sufrido golpes de calor en los últimos días, lo que evidencia la magnitud del problema.
La complicidad del Ayuntamiento
El Ayuntamiento de Barcelona, como entidad licitadora del servicio de limpieza viaria, ha sido señalado como cómplice por no garantizar el cumplimiento de la legislación de prevención de riesgos laborales. A pesar de las reiteradas denuncias y sanciones contra FCC, el consistorio no ha tomado medidas contundentes para sancionar a la empresa ni para revisar el contrato municipal, que podría estar en riesgo debido a los incumplimientos. La primera reacción del Ayuntamiento fue tibia, afirmando que Montse había trabajado “con normalidad” y que no era necesario abrir una investigación interna. Sin embargo, tras la presión de los sindicatos y la familia, el consistorio anunció la apertura de un expediente a FCC para aclarar las circunstancias de la muerte y la revisión de los protocolos contra el calor.
Laia Bonet, primera teniente de alcaldía, se reunió con los sindicatos el 2 de julio para discutir la unificación de los protocolos de las cuatro empresas concesionarias del servicio de limpieza. El nuevo protocolo promete incluir medidas como más descansos y mayor protección a partir de 34 grados. Sin embargo, los sindicatos han expresado escepticismo, señalando que “de nada sirve tener un protocolo si no se aplica” y que los trabajadores “se están abrasando”.
La familia de Montse ha lamentado que el Ayuntamiento no se haya puesto en contacto con ellos para ofrecer condolencias, lo que consideran una falta de empatía y responsabilidad. Además, han denunciado que las fuentes de agua fría y las duchas en las instalaciones de FCC no funcionan, lo que agrava las condiciones de trabajo durante las olas de calor.
El respaldo del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya
El caso de Montse no es aislado. El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha dado la razón a un trabajador que obtuvo una invalidez tras sufrir un golpe de calor, un precedente que refuerza la gravedad de las condiciones laborales en FCC. Este fallo pone de manifiesto que los golpes de calor no solo son un riesgo inmediato, sino que pueden tener consecuencias a largo plazo para la salud de los trabajadores. La sentencia también subraya la obligación de las empresas de implementar medidas preventivas efectivas, algo que FCC ha incumplido sistemáticamente según las denuncias de la CGT.
El TSJC ha abordado otros casos relacionados con los derechos laborales, como la vulneración de la libertad sindical en FCC Logística, S.A., lo que indica un historial de conflictos laborales en la empresa. Estos antecedentes refuerzan la percepción de que FCC no prioriza la seguridad ni los derechos de sus trabajadores, a pesar de ser una de las principales concesionarias del servicio de limpieza en Barcelona.
Un problema estructural
La muerte de Montse pone en evidencia un problema estructural en la gestión de los servicios públicos privatizados. FCC, cuyo propietario es el magnate mexicano Carlos Slim, ha sido criticada por priorizar los beneficios económicos sobre la seguridad de sus trabajadores. La privatización del servicio de limpieza viaria ha generado una desconexión entre las necesidades de los empleados y las responsabilidades del Ayuntamiento, que delega en las concesionarias la implementación de medidas preventivas sin un control riguroso.
La falta de acción por parte de FCC y el Ayuntamiento ha generado una ola de indignación entre los trabajadores y los sindicatos. Barcelona en Comú, por ejemplo, ha exigido responsabilidades si se confirma que la muerte de Montse fue causada por un golpe de calor, mientras que los compañeros de Montse han iniciado una campaña en redes sociales con el lema “Ciudem Barcelona” para visibilizar la precariedad de sus condiciones laborales.
Hacia una solución
La tragedia de Montse Aguilar debe ser un punto de inflexión para abordar las deficiencias en la prevención de riesgos laborales en los servicios de limpieza viaria. Es imprescindible que el Ayuntamiento de Barcelona asuma un rol activo en la supervisión de las empresas concesionarias, garantizando que cumplan con la legislación laboral y que implementen medidas efectivas contra el calor extremo. Estas medidas podrían incluir:
- Ajuste de horarios: Evitar que los trabajadores realicen tareas al aire libre durante las horas de mayor calor, como propone el protocolo de FCC para alertas naranja, que adelanta la jornada una hora.
- Equipamiento adecuado: Proveer uniformes transpirables y garantizar el acceso a agua fría y zonas de sombra durante los turnos.
- Formación y sensibilización: Capacitar a los trabajadores y supervisores sobre los síntomas de un golpe de calor y los protocolos a seguir.
- Inspecciones rigurosas: Establecer controles periódicos para verificar el cumplimiento de las medidas de prevención por parte de las concesionarias.
Además, es crucial que el Ayuntamiento revise los contratos con empresas como FCC, considerando la posibilidad de sanciones más severas o la rescisión de contratos en caso de incumplimientos reiterados. La muerte de Montse no debe quedar como un caso aislado, sino como un catalizador para garantizar que ningún trabajador vuelva a perder la vida por la negligencia de las empresas y la inacción de las autoridades.
Conclusión
La muerte de Montse Aguilar es una tragedia que refleja las consecuencias de la falta de prevención en un contexto de cambio climático, donde las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas. Las 16 denuncias de la CGT, respaldadas por sanciones y requerimientos, y el fallo del TSJC a favor de un trabajador afectado por un golpe de calor evidencian un problema sistémico que requiere acción inmediata. El Ayuntamiento de Barcelona no puede seguir eludiendo su responsabilidad como entidad licitadora, mientras que FCC debe ser obligada a cumplir con las normativas de seguridad laboral. La memoria de Montse exige justicia, no solo para su familia, sino para todos los trabajadores que arriesgan su salud bajo condiciones extremas. Como expresó Clara Aguilar: “Nada me devolverá a Montse, pero que no mientan. No queremos que esto le pase a nadie más”.
