La escena artística española ha dicho basta. Más de 1.300 artistas, galeristas, directores de museos, responsables de centros culturales y profesionales vinculados al sector de las artes visuales de toda España han unido sus voces para exigir al Gobierno una rebaja inmediata del IVA cultural que permita al sector competir en igualdad de condiciones con el resto de Europa. El 21 % con el que actualmente se gravan las ventas de obras de arte en España —uno de los tipos más altos del continente— se ha convertido, denuncian, en un lastre que “asfixia” al sector e impide su desarrollo.
El clamor se hizo público este martes durante un acto celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde se presentó el manifiesto “Artistas Visuales España firman IVA Cultural YA”, un documento que sintetiza el malestar acumulado durante años y que reclama una actuación política urgente. La presidenta del Consorcio de Galerías de Arte Contemporáneo, Idoia Fernández, fue la encargada de abrir el acto con un mensaje contundente: “Estamos aquí y nos estamos ahogando, se nos acaba el aire”. Su intervención, cargada de emoción y frustración, resumió el sentir de un sector que lleva más de una década denunciando una carga impositiva que consideran incomprensible e injusta.
Un impuesto desfasado y fuera del contexto europeo
El manifiesto presentado insiste en que España es uno de los pocos países de la Unión Europea que mantiene un IVA general del 21 % para la compra de obras de arte. Esta situación contrasta con la normativa comunitaria, que desde hace más de un año permite que los Estados miembros apliquen un IVA reducido a bienes culturales. Mientras que la mayoría de países del entorno han aprovechado esta oportunidad para rebajar la carga fiscal y fomentar el mercado del arte, España ha optado por no transponer todavía la directiva.
“Es un auténtico contrasentido”, señaló durante el acto uno de los portavoces de las asociaciones de artistas. “La Unión Europea ha dejado claro que los países pueden apostar por una fiscalidad cultural más baja para impulsar la creación y la circulación del arte. Francia, Italia, Alemania, Luxemburgo, Bélgica, Portugal… todos han adoptado un IVA reducido. Lo han hecho porque entienden que el arte es un motor económico, cultural y social”.
Las cifras que citan los organizadores del manifiesto son elocuentes. Francia aplica un IVA del 5,5 % a las ventas de arte; Italia, un 5 %; Alemania, un 7 %; Luxemburgo, 8 %; Bélgica, 6 %; y Portugal, también 6 %. En comparación, España mantiene un 21 %, más del doble —y en algunos casos hasta cuatro veces más— que el tipo aplicado por sus vecinos.
“Con este margen es imposible competir en el mercado europeo”, subraya el manifiesto. “Mientras otros países facilitan la adquisición de obra y estimulan la actividad de galerías y artistas, España continúa penalizando a su propio sector cultural”.
Un año perdido: la Directiva de IVA de la UE y la inacción del Gobierno
La Directiva europea sobre impuestos de valor añadido entró en vigor hace ya un año. Desde entonces, el sector cultural español esperaba una respuesta por parte del Ejecutivo que nunca llegó. La normativa, flexible y orientada a favorecer a industrias creativas, permitía introducir un tipo de IVA reducido para dinamizar mercados especialmente sensibles, como el del arte contemporáneo.
Sin embargo, según denuncian los firmantes del manifiesto, el Gobierno ha optado por no mover ficha. “La falta de acción está teniendo consecuencias graves y tangibles”, aseguraron varios representantes del sector durante el acto. “Mientras nuestros países vecinos han avanzado con decisión, España sigue penalizando a sus artistas con un IVA un 100 % más alto que en otros Estados miembros”.
Para muchos galeristas, esta situación supone una pérdida constante de competitividad. Coleccionistas extranjeros que podrían interesarse por obra española optan por comprar en mercados europeos con un tratamiento fiscal más favorable. “¿Por qué pagar un 21 % cuando en París pagas un 5,5 %? ¿Por qué comprar en España si en Berlín o Lisboa ese mismo cuadro te cuesta miles de euros menos?”, argumenta un galerista madrileño. “Nos están expulsando del mercado internacional”.
El impacto directo en artistas y galerías
La subida del IVA cultural al 21 % durante la crisis económica fue, para muchos, el principio de un declive que aún no se ha revertido. Aunque otros sectores culturales, como el cine o los espectáculos en vivo, han recuperado tipos reducidos en los últimos años, el mercado de las artes visuales sigue operando bajo una de las cargas fiscales más elevadas de Europa.
“Para el comprador, un 21 % puede ser la diferencia entre adquirir o no una obra”, explica Idoia Fernández. “Para la galería, puede ser la diferencia entre cerrar un mes con ingresos o hacerlo en pérdidas. Y para el artista, puede suponer la diferencia entre poder vivir de su trabajo o tener que renunciar a su carrera”.
La realidad es que el mercado español de arte contemporáneo ha perdido espacio. Según diversos estudios sectoriales —que los organizadores del manifiesto mencionan como parte de sus argumentos—, España exporta menos obra que hace una década y concentra un volumen de negocio menor que países con menor tradición artística pero con mejor fiscalidad.
El problema afecta también a jóvenes creadores que intentan abrirse camino. Con galerías debilitadas y coleccionistas más reticentes, el ecosistema artístico pierde dinamismo y se vuelve menos capaz de retener talento. “Muchos artistas emergentes optan por buscar oportunidades en otros países, donde vender su obra no supone un calvario administrativo y fiscal”, explica una de las artistas firmantes del manifiesto.
Un sector cultural unido como pocas veces
Uno de los aspectos más llamativos de esta iniciativa es el nivel de consenso alcanzado. Más de 1.300 profesionales y entidades de todos los ámbitos de las artes visuales han apoyado la petición: artistas consagrados, artistas emergentes, galerías, pequeños proyectos culturales, directores de museos, centros de arte contemporáneo, asociaciones profesionales y colectivos de trabajadores del sector.
En sus intervenciones, muchos destacaron que no se trata de una reivindicación ideológica, sino de una cuestión de supervivencia. “Este no es un debate político ni partidista”, declaró una directora de museo. “Es un problema técnico y económico. Si queremos tener una industria cultural fuerte, debemos alinearnos con Europa. No podemos seguir pagando el precio más alto. Ningún otro sector acepta pacíficamente una situación tan desigual”.
La Unión de Artistas Contemporáneos de España (ÚACE), la Asociación de Mujeres en las Artes Visuales, el Consorcio de Galerías, la Federación Estatal de Estudiantes de Arte y decenas de organizaciones más han firmado el manifiesto y se han comprometido a mantener la presión pública.
Comparaciones inevitables: el efecto en el mercado europeo
Durante el acto se mostraron casos concretos de transacciones que se han desviado hacia otros países debido al IVA español. Galerías que planeaban participar en ferias internacionales han visto reducidas sus posibilidades porque sus precios finales son menos competitivos que los de sus colegas europeos. También se mencionaron ejemplos de artistas que han trasladado su residencia fiscal para facilitar la venta de sus obras.
En Francia, por ejemplo, la rebaja del IVA fue acompañada por medidas adicionales de apoyo al sector, lo que ha provocado un aumento del interés internacional y un crecimiento sostenido de su mercado nacional. “Mientras tanto, España está perdiendo oportunidades de forma continuada”, explicaron los organizadores.
Portugal, país vecino con un ecosistema artístico más pequeño, ha conseguido en los últimos años atraer galerías, compradores y artistas internacionales gracias a una fiscalidad más coherente con la directiva europea. “Cuando tu país vecino aplica un 6 % y tú mantienes un 21 %, la comparación es inevitable”, subrayó una galerista valenciana.
El arte como motor económico, no solo cultural
Una parte importante del manifiesto insiste en que la cultura no debe entenderse únicamente como un ámbito simbólico o estético, sino también económico. El mercado del arte genera empleo, impulsa el turismo cultural, dinamiza barrios y ciudades, moviliza inversión privada y proyecta la imagen internacional del país.
Los firmantes recuerdan que las galerías son, en muchos casos, pequeñas empresas familiares que enfrentan márgenes estrechos y grandes costes operativos. “Cuando hablamos de rebajar el IVA, no hablamos de favorecer a grandes fortunas”, recalcaron. “Hablamos de potenciar un tejido empresarial compuesto en su mayoría por microempresas que trabajan con artistas jóvenes”.
Una petición clara: aplicar ya el IVA reducido
La conclusión del manifiesto es inequívoca. El sector exige al Gobierno que aplique, de manera urgente, un IVA reducido conforme a lo permitido por la directiva europea. Aunque no se especifica un porcentaje concreto, los firmantes reclaman un tipo similar al de países del entorno, situado entre el 5 % y el 8 %.
“Es lo mínimo para garantizar que España no siga perdiendo competitividad”, explicaron. “La directiva permite hacerlo. Europa lo permite. Nuestros vecinos lo han hecho. Ahora solo falta la voluntad política”.
Un futuro incierto si no se actúa
El acto concluyó con un mensaje de unidad y de advertencia. “No podemos seguir así otros diez años”, afirmó uno de los artistas presentes. “El sector está agotado. Si no se corrige este desajuste fiscal, veremos el cierre de más galerías, la huida de más artistas y la desaparición de proyectos culturales que necesitamos como sociedad”.
El Círculo de Bellas Artes, símbolo de la cultura española, se convirtió durante unas horas en el epicentro de un grito colectivo que lleva demasiado tiempo resonando sin respuesta. Ahora, el sector espera que el Gobierno escuche. El tiempo, dicen, se agota.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.





