El acelerado proceso de urbanización en América Latina ha transformado su paisaje urbano, pero también ha evidenciado los retos de un crecimiento desordenado, con desigualdad social creciente y presión sobre las infraestructuras y servicios esenciales. Leopoldo Arnaiz Eguren, presidente de la firma Arnaiz, con experiencia en urbanismo, planificación urbana, desarrollo urbanístico y en la gestión de proyectos urbanísticos y proyectos urbanos, detalla las medidas necesarias para que las ciudades de la región avancen hacia modelos sostenibles y más habitables.

¿Hacia dónde se dirige el futuro del urbanismo en Latinoamérica?

Las urbes latinoamericanas deben afrontar un reto común: gestionar una urbanización acelerada que, en muchos casos, carece de una adecuada planificación urbana, afectando tanto el desarrollo urbano como la calidad de vida.

Durante las últimas décadas, la población de estas ciudades ha crecido de forma notable, mientras sectores pobres se han desplazado hacia áreas más prósperas. Esta convivencia de realidades genera contrastes extremos: barrios con estándares del primer mundo junto a zonas con condiciones propias del segundo, tercero o cuarto mundo. El resultado son carencias en servicios básicos, infraestructuras insuficientes, problemas ambientales y altos índices de inseguridad. Además, el transporte público suele ser insuficiente y de baja calidad.

Para Arnaiz, la planificación urbana no debe verse solo como un ejercicio técnico. Es, sobre todo, una cuestión política. Los gobiernos, en todos sus niveles, necesitan simplificar trámites urbanísticos, actualizar normativas y priorizar la protección del medio ambiente como base de cada desarrollo urbanístico.

Según Leopoldo Arnaiz, ¿cuáles son las claves para lograr un desarrollo urbano sostenible?

La firma Arnaiz destaca que el primer paso está en una planificación coherente que permita controlar una urbanización caótica. Es esencial establecer conexiones sólidas entre barrios, ofrecer espacios públicos de calidad, garantizar infraestructuras y fomentar cohesión social.

Para lograrlo, es necesario superar el modelo de construcción fragmentada, con proyectos urbanísticos y proyectos urbanos aislados, que generan ciudades inconexas. Arnaiz subraya que armonizar los distintos desarrollos mediante estándares de calidad es clave para mantener una coherencia en el crecimiento urbano.

¿Qué proyectos de gran envergadura ha desarrollado la firma Arnaiz en América Latina?

Durante los últimos 15 años, la firma Arnaiz ha trabajado en numerosos planes para barrios residenciales, aunque una parte importante no se ejecutó por barreras legales, económicas y administrativas. Sus proyectos urbanísticos y proyectos urbanos en México (especialmente en Acapulco), Guatemala, República Dominicana, Brasil, Colombia y Paraguay han ofrecido soluciones adaptadas a distintos perfiles de vivienda, con especial atención a opciones asequibles en entornos planificados.

Gracias a esta experiencia, la firma Arnaiz ha adquirido un conocimiento detallado de las legislaciones locales y de los obstáculos que impiden la materialización de muchos de estos planes. En la mayoría de los casos, la falta de apoyo político y municipal ha sido la causa principal del fracaso de diversas iniciativas urbanísticas.

¿Tenéis en cuenta la participación de las plataformas ciudadanas en los proyectos?

La integración de plataformas ciudadanas en los proyectos urbanísticos no siempre es sencilla. La falta de cultura urbanística en promotores y autoridades políticas hace que los intereses generales se vean relegados ante los particulares. Además, la necesidad de coordinar factores sociales, técnicos, económicos y ambientales limita la influencia de estas plataformas en las decisiones finales.

¿En qué consiste el Programa de ODS Municipal en Latinoamérica?

Conocer la situación de las ciudades y su grado de urbanización resulta esencial para su desarrollo urbanístico y para una mejor planificación urbana. Hoy, gracias a la tecnología y a herramientas gratuitas, los ciudadanos —en especial los jóvenes— pueden estudiar sus comunidades y elaborar propuestas que impulsen mejoras reales en sus municipios.

El Programa ODS Municipal busca precisamente eso: que los jóvenes de cada localidad accedan a datos reales sobre sus entornos. Con esa información, pueden identificar áreas de pobreza y sectores con carencias graves que afectan la convivencia y la calidad de vida, desarrollando planes de acción efectivos.

¿Cómo se pueden garantizar decisiones políticas que prioricen el interés general?

Es esencial mantener equipos municipales estables. Cuando cada cuatro años se reemplaza por completo al personal, se pierden la continuidad de los proyectos y el control del desarrollo urbano. Por ello, es prioritario invertir en la formación de los trabajadores y fortalecer las estructuras de gobernanza local para dar solidez a las políticas urbanísticas.

Asimismo, se requiere una gestión más eficiente y un cambio cultural en la ciudadanía. Es fundamental que los habitantes comprendan que los servicios públicos dependen de presupuestos planificados, del pago de impuestos y de un sistema transparente. Con estos pilares, será posible atender prioridades, reducir la corrupción y construir una justicia social duradera.

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Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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