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Un nuevo análisis comparativo de las dos últimas Encuestas Nacionales de Salud revela un aumento de los problemas de salud mental en hombres (del 15% en 2006 al 17% en 2012), que por otro lado contrasta con una disminución en mujeres (del 25% en 2006 al 23% en 2012).

El artículo, que publica la revista European Journal of Public Health, lo firman investigadores de la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) y de la University of East Anglia (Reino Unido), y se enmarca dentro de los estudios del proyecto europeo SOPHIE (evaluación del impacto de las políticas estructurales en las desigualdades en salud), coordinado por investigadores de la misma agencia.

Hace dos años otro estudio detectó un empeoramiento de la salud mental sobre una muestra de pacientes de médicos de familia. “Ahora, por primera vez, hemos podido comprobar qué estaba ocurriendo en el conjunto de la población”, explica Xavier Bartoll, primer autor del estudio. “Además, hemos visto que los cambios no son homogéneos, sino muy distintos según sexo y también según edad y nivel socioeconómico».

Efectivamente, el empeoramiento en hombres no es uniforme, sino que se concentra en personas de 35 a 54 años (aumento relativo del 26%), con ocupaciones manuales (22%), estudios secundarios o primarios (28%), y es más pronunciado en inmigrantes (33%). La consecuencia es un significativo aumento de las desigualdades en salud entre niveles socioeconómicos, según se destaca en el artículo.

El cuestionario de salud mental utilizado en la Encuesta Nacional de Salud recoge síntomas de ansiedad y sobre todo de depresión. Los autores destacan que el aumento de síntomas en hombres parece deberse principalmente a la mayor proporción de hombres en desempleo, un conocido factor de riesgo de mala salud mental. Otro estudio publicado recientemente destacaba un incremento de suicidios en hombres de mediana edad.

La mejora en mujeres, en cambio, se concentra en las que tienen un empleo. “Es posible que, a pesar de la carga que comporta, muchas mujeres estén experimentando un mayor reconocimiento y autoestima en el nuevo papel de sustentadoras económicas que están asumiendo en muchas familias” apunta Bartoll.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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