No les voy a hacer la lista de las canalladas aprobadas esta semana por el gobierno del reino, ni siquiera voy a comentarlas. A estas alturas todo el mundo sabe lo que ocurre: están haciendo pagar a la ciudadanía el precio del saqueo. Durante muchos años los ricos/riquísimos y una casta política corrupta hasta lo insoportable han desvalijado el estado. Ahora nos imponen sacrificios para cubrir el agujero. Como esto es sólo el principio, ahora más que nunca es necesario reflexionar, aumentar nuestra cultura financiera para poder afrontar lo peor.

En los próximos años se va a hacer indispensable conocer la diferencia entre seguridad en el empleo y seguridad financiera, entre acciones (preferentes o no), bonos, fondos de inversión y planes de pensiones. ¿Será conveniente tomar una hipoteca? ¿O mejor vivir en alquiler? ¿Dónde invertir unos ahorros antes de que, eso también, se lo lleven? ¿Y la jubilación…de verdad se creen que van a cobrarla? ¿Qué va a pasar con nóminas, pensiones y ahorros si llega una fuerte inflación?

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Estamos ante la mayor crisis financiera de la historia. El desarrollo tecnológico acelerado y el tremendo aumento de la productividad desde los años 80 han hecho que el empleo, tal y como lo entendíamos, no sea necesario para producir riqueza. Luchar por el empleo (por un crecimiento que traiga empleo como dicen los canallas que nos gobiernan) es luchar por un imposible. ¿No será mejor luchar por el acceso de todos a esa riqueza? En lugar de empleo para todos, ¿no debemos luchar por una renta básica para todos? Una renta básica que permita vivir con dignidad, que permita estudiar al que quiera estudiar, mantener además un empleo al que lo tenga y montar un negocio al que lo desee. Cada vez más economistas lo plantean. Les aseguro que hay dinero para ello.

No se ha repartido riqueza, se ha creado deuda. La gran banca, encabezada por los Bancos Centrales ha hecho creer a los pueblos que podían vivir como los ricos, a condición de endeudarse. Y endeudándonos nos han esclavizado.

Se ha creado dinero ficticio a mansalva (pero los intereses que hay que pagar no son ficticios, de ahí los “recortes”). Esta será la única cifra que les daré: En Estados Unidos han hecho falta 77 años, desde 1913 (año de la creación de la Reserva Federal) hasta 1990 para poner 400 mil millones de dólares (monedas, papel moneda y reservas bancarias) en circulación. En 17 años (hasta 2007) se doblaron para llegar a 825 mil millones. Pero es que desde 2007, año del desastre subprime, hasta 2012, la cifra total se ha vuelto a duplicar hasta alcanzar los 1700 miles de millones de dólares.

Toda esa marea de dinero va a traer, tarde o temprano, hiperinflación. Es decir que, al haber tanto dinero creado de la nada en circulación (los demás bancos centrales se han visto obligados a seguir a los americanos, y eso es precisamente lo que criminalmente se le exige hoy a Alemania) su valor va a bajar, y los precios de los bienes, de las materias primas, de todo lo necesario para subsistir van a subir mucho. Los que hoy se creen a salvo de la crisis porque tienen una nómina o porque son funcionarios o porque perciben una pensión, verán entonces que con lo que cobran no les llega para nada, para absolutamente nada.

Al final del proceso los ricos que controlan el mundo serán mucho más ricos, los pobres mucho más y mucho más pobres, y las clases medias sencillamente desaparecerán.

Estamos al principio de un largo proceso. Se han aprovechado de los ciudadanos todo lo que han podido y preparan nuevos planes para continuar con el saqueo y el robo organizado. El gran capital financiero quiere convertirnos en esclavos temerosos de perder lo poco que aún nos dejan y ha endeudado a varias generaciones todavía por venir y que van a tener que pagar esa cantidad monstruosa de deudas. Ese gran capital está incluso esclavizando a países enteros que han perdido hasta el último vestigio de su soberanía. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo vamos a permitirlo?

Son tiempos de reflexión y de acción. Lo que está pasando y lo que se viene encima nos afecta a todos. Ahora, más que nunca, de las decisiones que tomemos van a depender nuestro futuro y nuestra libertad, tanto en lo social como en lo personal.

* Jesús Burguera (Donostia-San Sebastian, 1954) ha vivido y trabajado en Donostia, Madrid, Lausana y Paris. Es economista especializado en mercados financieros, en los que ha trabajado en los últimos veinte años. Ha escrito diversos trabajos sobre bolsa, finanzas, ciclos económicos y crisis. Autor de la novela El Emir 11-M-04 (Ed. El Garaje) de la que ya hablamos en Revista Rambla.

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