Estados Unidos ha votado. Y ha optado, como en 2016, por el candidato del partido republicano, Donald Trump. A falta de conocer los resultados definitivos, las victorias en varios Estados clave se decantan por el expresidente. Poco después de las nueve de la mañana, líderes de todo el mundo felicitaban a Trump por su victoria a través de las redes sociales. “Vamos a arreglar todo lo que está mal en este país”, decía el eufórico líder republicano ante miles de personas que celebraban su triunfo en Palm Beach (Florida).

El anuncio temprano de que la candidata de los demócratas, Kamala Harris, no iba a comparecer en la sede electoral del partido ante sus simpatizantes confirmaba, asimismo, esa victoria, que el magnate Elon Musk celebraba también en X, la red social de su propiedad. Su alegría era lógica, porque había invertido a conciencia en ella: Musk ha donado más de 75 millones de dólares a la campaña republicana.

Trump, que comparecía por tercera vez en la carrera presidencial, ha estrenado victoria en el voto popular. Nunca antes había ganado en número de votos, pero hoy sí. Ha logrado sumar aproximadamente 71 millones de votos frente a los 66 que ha reunido Harris. Estos números, en cualquier caso, necesitan algún matiz para entenderlos en toda su dimensión: el nuevo presidente, condenado por el caso Stormy Daniels (por soborno y falsedad contable) y asediado por otras acusaciones (además de su presunta participación en la conspiración para asaltar el Capitolio en 2021 hay 26 mujeres que lo acusan de delitos sexuales en diferente grado), llega al poder perdiendo por el camino más de 3 millones de votos respecto a las elecciones de 2020. Sin embargo, esta disminución ha quedado compensada por el descalabro demócrata, que se ha hundido estrepitosamente: ha perdido casi 16 millones de votos. Para plantar cara al candidato republicano los demócratas necesitaban una alta participación y eso no ha ocurrido. Muy al contrario, han acudido 20 millones de personas menos a las urnas que en el duelo Trump-Biden.

Aún no ha terminado el recuento, pero la conclusión es clara: Trump tiene 267 de los 270 votos electorales necesarios para gobernar. De momento, está ganando en Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia, y aventaja también a Harris en Nevada, Míchigan y Wisconsin.

Gana la arrogancia frente a la mesura

“Hoy votamos porque amamos a nuestro país y creemos en la promesa de Estados Unidos. Haz oír tu voz”. Kamala Harris fijó y se agarró a este mensaje como a un clavo ardiendo en un día clave y en un lugar muy simbólico: X, el antiguo Twitter, la red social de Elon Musk, donde el hombre más rico del planeta ha estado apoyando y dando cancha al rival republicano, Donald Trump, hasta el último minuto.

“Hoy tenemos la oportunidad de votar por un futuro de libertad, oportunidades y justicia, no sólo para algunos, sino para todos. No pierdas la oportunidad de votar”, insistía con palabras conciliadoras y tranquilas la candidata demócrata, la primera mujer afroamericana aspirante a la Casa Blanca. Evidentemente, no podía prever la sorpresa que le depararían las urnas. Porque desde su aparición como candidata (sustituyendo al debilitado presidente Biden) las encuestas hablaban de un empate. Los sondeos, como viene siendo habitual en Estados Unidos, han fracasado clamorosamente.

Trump, que se define en su perfil de la red social de su amigo como el “45th President of the United States of America” (de facto, ya es el 47º), fijó, en cambio, este otro mensaje cargado de grandilocuencia: “Tu voto nos llevará a la grandeza. ¡Tu voto desatará una nueva EDAD DE ORO! ¡Tu voto hará que Estados Unidos vuelva a ser grande! ¡Más grande que nunca!”.

Uno de los primeros mensajes de felicitación llegó, como no podía ser de otra manera, por parte del jefe del Gobierno de Israel: «Tu histórico regreso a la Casa Blanca ofrece un nuevo comienzo para Estados Unidos y una poderosa renovación del compromiso con la gran alianza entre Israel y Estados Unidos. ¡Esta es una gran victoria!», decía Benjamin Netanyahu en X.

La victoria trumpista, efectivamente, arroja una sombra aún más negra sobre Palestina, que podría desaparecer tal y como la conocemos hoy. Y lo mismo puede decirse de Ucrania. También Zelenski ha felicitado a Trump, pero su mensaje adoptó más la forma de un recordatorio: «¡Felicitaciones a Donald Trump por su impresionante victoria electoral! Recuerdo nuestra gran reunión con el presidente Trump en septiembre, cuando discutimos en detalle la asociación estratégica entre Ucrania y Estados Unidos, el Plan de la Victoria y las formas de poner fin a la agresión rusa contra Ucrania».

Hoy es un día de alegría para la ultraderecha mundial, que hace suya la victoria de Trump y la observa como el inicio de un cambio de ciclo. Viktor Orbán, Matteo Salvini, Javier Milei o Jair Bolsonaro publicaron efusivas felicitaciones dirigidas al nuevo presidente. La primera ministra italiana Giorgia Meloni, en la misma línea, hablaba de Estados Unidos e Italia como «naciones hermanas» y de «alianza inquebrantable». «Es un vínculo estratégico, que estoy segura de que ahora fortaleceremos aún más», decía Meloni.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

Comparte: