En un giro que sacude los cimientos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha desvelado un sofisticado sistema de códigos utilizado por el exministro José Luis Ábalos y su asesor Koldo García para referirse a billetes de alta denominación. «Chistorras» para los de 500 euros, «lechugas» para los de 100 y «soles» para los de 200: términos cotidianos que ocultaban transacciones en efectivo, según los investigadores. Este lenguaje en clave, extraído de conversaciones intervenidas, apunta a un manejo opaco de fondos, incluyendo sobres de dinero procedentes del PSOE, que no siempre coinciden con las cuentas oficiales del partido.
El escándalo, que se enmarca en la conocida como «trama Koldo» –un caso de presunta corrupción relacionado con contratos de mascarillas durante la pandemia–, ha evolucionado hacia una investigación más amplia sobre el patrimonio de Ábalos. La UCO, en un documento de cientos de páginas remitido al Tribunal Supremo, analiza la evolución financiera del exministro desde 2014 y concluye que existió un incremento patrimonial no justificado, con al menos 95.000 euros en gastos sin rastro bancario y 20.000 euros de ingresos no declarados. Estos fondos, según los agentes, se manejaban en efectivo para evitar detección, y parte de ellos provenía de pagos del PSOE que no figuran en sus declaraciones a Hacienda o al Tribunal de Cuentas.
El origen de la trama: De las mascarillas a los billetes en clave
La «trama Koldo» irrumpió en la opinión pública en febrero de 2024, cuando la Audiencia Nacional comenzó a investigar presuntas comisiones ilegales en contratos públicos por valor de 52 millones de euros para suministrar material sanitario durante la COVID-19. Koldo García, asesor de Ábalos en el Ministerio de Transportes, era el epicentro, junto al empresario Víctor de Aldama, quien supuestamente pagaba mordidas. Ábalos, ministro entre 2018 y 2021, fue expulsado del PSOE en febrero de 2024 tras ser implicado, aunque siempre ha negado cualquier irregularidad.
Pero el informe reciente de la UCO, fechado en octubre de 2025, amplía el foco a años anteriores, revelando un patrón de manejo de efectivo que se remonta al menos a 2018. Los investigadores analizaron mensajes de WhatsApp incautados a Koldo, su exmujer Patricia Uriz y otros implicados, descifrando un código que transformaba billetes en productos alimenticios. «Chistorras» –el término más recurrente– aludía a los escurridizos billetes de 500 euros, difíciles de usar en transacciones cotidianas por su alto valor y asociación con actividades ilícitas. «Soles» designaba los de 200 euros, por su color amarillento, y «lechugas» los de 100, evocando el verde de la verdura. Ábalos, por su parte, prefería «folios» o «cajas de folios» para referirse al dinero en general, en comunicaciones con Koldo.
Este lenguaje no era casual: la UCO lo interpreta como un «interés en ocultar la existencia de ese dinero en efectivo», ya que se repetía en contextos de transporte y cambio de billetes. Por ejemplo, Koldo y Uriz centralizaban «chistorras» de su entorno y las cambiaban en Navarra por denominaciones menores, a través de un tercero de confianza. En una conversación intervenida, Koldo justifica ante el cambista: «Yo es que recojo de todos. Aquí no los queremos nadie. Somos lo que somos y es una mierda», refiriéndose a la incomodidad de manejar billetes de 500 euros dada su posición pública.
Los sobres del PSOE: Pagos en efectivo sin respaldo
El aspecto más explosivo del informe es la detección de pagos en efectivo del PSOE a Ábalos y Koldo, entregados en sobres con el logotipo del partido, muchos de los cuales carecen de respaldo documental. Estos fondos supuestamente cubrían gastos de representación, viajes y comidas, pero la UCO ha encontrado desfases significativos entre lo declarado por el PSOE y las evidencias intervenidas. Un gráfico elaborado por los agentes resume estas irregularidades, apuntando a una posible «caja B» en Ferraz, la sede socialista.
Según la UCO, el PSOE entregó al menos 13.590 euros más de lo declarado en algunos periodos, con pagos que incumplen la Ley Antifraude de 2012, que limitaba las operaciones en efectivo a 2.500 euros. Celia Rodríguez Alonso, secretaria administrativa del área de Organización del PSOE, era la encargada de estos sobres, que Koldo o Uriz recogían en Ferraz o recibían vía motorista. En 2018, por ejemplo, se detectan pagos de 4.891 euros en diciembre sin declaración alguna por parte del partido. En enero de 2019, Celia informa de 7.117,90 euros pendientes, incluyendo gastos de restaurante, pero nada figura en los registros oficiales.
Koldo admitía en mensajes que el PSOE le pagaba «una o dos chistorras» al mes (500-1.000 euros), por su cargo como asesor. Un sobre fotografiado contenía 826,73 euros para Ábalos, superando los 321,29 euros declarados por el partido en junio de 2019. Otro, para Koldo, sumaba 2.928 euros. En diciembre de 2020, Uriz envía a su hermano Joseba «a por la primera parte de Ferraz que le da Celia», sin rastro en las cuentas del PSOE para ese año.
Estas entregas no eran aisladas: la UCO concluye que representaban una «fuente de ingresos no declarada y estable», con indicios de que no todos los pagos fueron documentados. Además, se menciona un «sobre de Víctor» –posiblemente Víctor de Aldama o el hijo de Ábalos–, entregado junto a los de Ferraz, mezclando fondos de la trama con los del partido.
Conversaciones intervenidas: La «alegría» de un millón de euros
Las pruebas clave provienen de WhatsApp. En marzo de 2019, antes de las elecciones generales ganadas por Pedro Sánchez, Koldo escribe a Uriz: «Tengo una pequeña alegría para el día de las elecciones. 2.000 txistorras». Ella responde: «Eso es imposible. Para nosotros, ¿no?». Él confirma: «Tenemos carne para un tiempo. Vamos a guardar un poco lo mínimo, que ya estoy cansado». Uriz calcula: «Si los cálculos los hemos hecho bien, no necesito ninguna chistorra más. Nunca. Eso es 1M». Este millón de euros en «chistorras» se interpreta como un botín ligado a la campaña, aunque Koldo lo presenta como personal.
Otro intercambio sobre 40 «txistorras» (20.000 euros) para transportar a Navarra: Uriz pregunta: «Cariño, si los llevo en el chaleco marrón, ¿tú crees que me lo harán quitar? Además voy a llevar un abrigo». Koldo aconseja: «Divídelo. Maleta, bolso, abrigo y cartera».
Ábalos solicitaba «folios»: «A ver si mañana te acuerdas y me traen folios a casa». Koldo respondía: «Ya tienes los folios en tu despacho, una caja». En contabilidad paralela, Koldo anotaba «Apunta 1.800 jefe b» o «Apunta 800 jefe la cuenta a», distinguiendo fondos a devolver («B») y no («A»).
Uriz a Koldo sobre Ferraz: «Ya tengo el sobre de Ferraz. ¿Te lo llevo en coche a Balbina?». O: «He mandado a un motorista a recoger el dinero». Celia a Koldo: «No te olvides de subir por el despacho que tengo tu dinero».
La respuesta del PSOE y las implicaciones políticas
El PSOE ha respondido que el informe demuestra la ausencia de financiación ilegal, insistiendo en que los pagos eran reembolsos por gastos asumidos por Ábalos y Koldo. El partido asegura que todo está declarado y que las discrepancias son mínimas. Sin embargo, la UCO valida solo parte de los pagos, detectando otros que no cuadran, y no descarta más irregularidades.
Santos Cerdán, ex secretario de Organización y sucesor de Ábalos, ahora encarcelado, aparece salpicado: su autorización era necesaria para algunos pagos, aunque niega responsabilidad en gastos. Ábalos y Koldo, investigados en la Audiencia Nacional y el Supremo, mantienen su inocencia, pero el caso podría extenderse a la financiación del PSOE en 2019.
Este escándalo no solo cuestiona la transparencia del partido en el poder, sino que evoca casos pasados como los ERE o Bárcenas. Con el Tribunal Supremo analizando si imputar a Ábalos –aforado hasta su expulsión–, el futuro político de figuras clave pende de un hilo. La UCO advierte: podría haber «otros muchos pagos» ocultos, abriendo la puerta a una investigación más profunda sobre la «caja B» socialista.
