Como primera música humana, el canto está tan arraigado a nuestra esencia como el acto de respirar. Sin embargo, nuestros bloqueos, tanto físicos como emocionales, son un lastre que impide su desarrollo y sublimación. Por fortuna, profesores como Olivier Charlot han hecho de la cantoterapia una actividad necesaria. Porque cantar no sólo expresa nuestras emociones: también reestructura quienes somos.

La voz como precursora elemental de la música

La música es y ha sido siempre uno de los engranajes que mejor significan la esencia del ser humano en todas sus etapas evolutivas. Un hermoso canal de comunicación que nos conecta a nuestras emociones. No en vano, Nietzsche anunciaba que “sólo creería en un dios que supiera bailar”. Y es que la música trasciende el ocio y se sitúa como una proyección del alma misma sobre la que podemos aprender. Y mucho. Especialmente, a partir de nuestra propia voz, puesto que los investigadores acuerdan que el canto fue la primera música humana. Razón por la que los instrumentos que utilizamos para interpretarla son sólo un medio mediante el que imitar la voz.

De este modo, no es extraño que el canto permita ciertos matices terapéuticos, donde el acto de proyectar bien nuestra voz depende de nuestro estado mental y físico. Y he de ahí que encontrar tu propia voz, reajustarla hasta la afinación a través de la reestructuración de nuestro tejido anímico, debe pasar por un proceso de desarrollo y crecimiento personal. Concretamente, la llamada cantoterapia. Una disciplina de la que podemos encontrar grandes ejemplos de superación y metamorfosis vital como el de Olivier Charlot. Un exingeniero industrial cuya propia vivencia nos sitúa en el umbral de un emocionante camino a seguir: la necesaria búsqueda de nuestra propia voz.

Cantoterapia: más allá de la afinación de nuestra voz

Todos somos música. Una melodía que, bloqueada o a canal abierto, vertebra nuestra esencia desde su más mínima expresión. La función de Olivier Charlot para con esa secreta sinfonía es clara: desbloquear nuestro potencial a través del canto. Ya han pasado más de 10 años desde que este ingeniero centrado en detectar y evitar fallos en los componentes de televisores decidió rescatar voces “arreglando personas a nivel físico, emocional, afectivo y energético”, como el mismo describió en una entrevista en La Vanguardia en 2019. Una operación que, entre lo técnico y lo espiritual, no sólo tiene como objeto cantantes aficionados o amateurs, sino también profesionales.

Al fin y al cabo, todo se reduce a una ecuación de fluidez: a mayor desbloqueo mental y físico, más poderosa y, sobre todo, honesta, será nuestra voz. Por ello, y además de las distintas técnicas necesarias para afinar la voz, la cantoterapia que imparte Olivier Charlot en VozViva.es abraza el ala espiritual de la formación vocal. Desde una limpieza emocional con la que poder centrarnos en esa proyección sincera de la voz, pasando por la configuración de una personalidad estable que deje espacio a nuestra evolución, hasta un e anclaje al hara o vientre que parte de un trabajo dedicado a la meditación y la respiración. Una tríada emocional para crecer tanto personal como vocalmente.

La disciplina también puede ser tierna

Todo gran profesor fue alumno alguna vez. Y el caso de Olivier Charlot no es para nada una excepción. Aún a caballo de una formación continuada como profesor de canto, indispensable para seguir evolucionando y compartir conocimientos a sus alumnos, su formación ha pasado por múltiples conservatorios en Francia, Bélgica y España. Y también por muchos nombres de profesionales de diversas ramas como Serge Wilfart, Dany Desjardins, Giuliana Menchini, Martine Reyners, Jacques Castermane o Concha Puente. Aprendiendo, además, que la disciplina más efectiva es la que se ejerce con amor tanto de formador a alumno como por parte del alumno hacia sí mismo.

Paso a paso, y a sabiendas de que la alacena de la sabiduría y el aprendizaje es infinita, Olivier Charlot afirma y corrobora que reconectar con uno mismo a través del canto está al alcance de todos. Lejos del sueño de hacer del canto un oficio profesional, bajo la premisa de ayudar a todos a encontrar a desentrañar el alma a golpe de voz. Y no sólo en España, ya que Charlot también cofundó en 2007 el grupo internacional Vives Voix, aglutinando veinte profesores de canto enfocados en el mismo objetivo y ubicados en Francia, Suiza, Bélgica, Italia y Canadá.

Nuestro cuerpo es el instrumento

Como bien recuerda Olivier Charlot, nuestro cuerpo es un instrumento. Dicho de otro modo, y más allá del aspecto fisiológico en sí mismo, cada fallo en nuestra voz tiene su raíz en una zona del cuerpo. En ese sentido, la tensión con la que a menudo vivimos nuestro día a día ya es origen del bloqueo de nuestra garganta. Razón por la que la cantoterapia, entre otros, se centra también en técnicas posturales, de proyección de la voz e incluso psicoafectivas.

Debemos entender el cuerpo como una máquina. Y, del mismo modo que el malestar nos evita disfrutar de un buen momento, el bloqueo emocional y físico frustra nuestra voz y, por ende, nuestra esencia. Sin embargo, gracias a labores como la de Olivier Charlot —con clases particulares, cursos anuales y online, talleres y semanas de canto y meditación— podemos dar un paso al frente. Poner un pie sobre un camino que nos ayudará a crecer y vivir la alegría de ese canto nuestro todavía por nacer.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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