En el corazón de un bosque olvidado, donde los árboles se alzaban como guardianes de secretos antiguos, vivía una puerca llamada Morga. No era una cerda común.
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La emisaria de las estrellas
En el crepúsculo de una era que la humanidad aún no reconocía como tal, el cielo sobre Nueva York se rasgó como un velo antiguo.
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Lo que las olas arrastran
En las costas ásperas de Almería, donde el Mediterráneo besa la arena con promesas de libertad, se teje una red invisible que une destinos y destruye vidas.
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La luz que no vemos nos unió
En las calles empedradas de Saint-Malo, donde el mar Atlántico azotaba las murallas medievales con furia eterna, Marie-Laure LeBlanc navegaba por un mundo de sombras eternas.
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El ataúd errante
En la pequeña ciudad de Villapésame, donde las viudas vestían de negro por moda y los entierros eran el evento social del mes, la Funeraria «Eterno Reposo» era un monumento al caos organizado.