La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, lanzó este viernes un mensaje inequívoco a Esquerra Republicana (ERC): es el momento de construir un frente independentista conjunto en Madrid para aprovechar la “debilidad” del Gobierno de Pedro Sánchez y forzar nuevas concesiones políticas. En una entrevista en La 2 Cat y Ràdio 4, recogida por Europa Press, la dirigente de Junts apeló directamente a sus socios independentistas para “dar un salto adelante” en el reconocimiento nacional de Cataluña y en la reivindicación del derecho a la autodeterminación, insistiendo en que el contexto político actual ofrece una ventana de oportunidad inédita.
Nogueras defendió que el Ejecutivo español atraviesa una fase de fragilidad interna que, a su juicio, deriva tanto de la aritmética parlamentaria como de las tensiones dentro del propio PSOE y entre los socios de coalición. Según explicó, esta situación debería ser leída por el independentismo como un incentivo para elevar el nivel de exigencia y coordinar sus estrategias en el Congreso: “Realmente están débiles y están divididos. Nosotros debemos convertirlo en nuestra fortaleza”.
Una propuesta de unidad táctica: de 7 diputados a 14
La portavoz de Junts fue especialmente explícita al plantear la estrategia conjunta que propone a ERC. Recordó que la fuerza posconvergente cuenta con siete escaños en el Congreso y que, hasta ahora, ha utilizado su posición determinante en la aritmética parlamentaria para presionar al Gobierno en temas clave –desde la ley de amnistía hasta negociaciones presupuestarias o la resolución de conflictos competenciales–. Sin embargo, Nogueras considera que duplicar esa capacidad de presión, mediante una acción coordinada con los siete diputados republicanos, permitiría situar al independentismo en una posición negociadora mucho más sólida.
“Lo que proponemos es que, en vez de ser siete diputados los que nos plantamos ante el Gobierno español, seamos catorce y le forcemos a hacer concesiones”, afirmó. La dirigente remarcó que esta coordinación no sería solo una suma aritmética, sino una herramienta estratégica para enviar un mensaje claro a la Moncloa: el independentismo catalán podría actuar como un solo bloque cuando la situación lo requiera.
Este planteamiento, además, se sitúa en un contexto donde Junts y ERC compiten electoralmente en Cataluña pero, al mismo tiempo, necesitan articular posiciones comunes en Madrid para maximizar su influencia sobre un Gobierno que depende de apoyos externos para sacar adelante buena parte de su agenda legislativa.
“Hay una manera diferente de hacer las cosas”: el método Junts
Durante la entrevista, Nogueras insistió en que los diputados independentistas han demostrado que existe “una manera diferente de hacer las cosas” en el Congreso. Se refirió, sin mencionarlo explícitamente, al giro estratégico que Junts adoptó tras las elecciones generales, cuando decidió pasar de la negación rotunda a cualquier apoyo al Gobierno a una negociación intensa basada en la condicionalidad y la presión parlamentaria.
Según la dirigente, esta metodología implica asumir la relación entre Cataluña y el Estado como una interacción entre “dos naciones”, donde el independentismo debe situarse como un actor político que no está subordinado a la lógica de los grandes partidos estatales. “Plantarse”, dijo, forma parte de esa manera de trabajar: si el Gobierno no avanza en los compromisos adquiridos con Cataluña, el independentismo debe ser capaz de bloquear o condicionar iniciativas clave.
Nogueras reivindicó también que esta estrategia ya ha dado resultados tangibles y ha contribuido a abrir debates que hasta hace pocos años eran considerados tabú en la política española, como el reconocimiento nacional de Cataluña o la posibilidad de una votación sobre la autodeterminación. Sostuvo que la presión coordinada ha demostrado ser más eficaz que la colaboración puntual o la negociación bilateral descoordinada.
La autodeterminación como horizonte político
Una de las ideas que vertebraron la intervención de la portavoz de Junts fue la de aprovechar el actual equilibrio de fuerzas para impulsar avances que acerquen a Cataluña al reconocimiento nacional y a la autodeterminación. Nogueras interpretó la coyuntura política, marcada por un Gobierno en minoría y por tensiones territoriales, como un escenario propicio para reabrir el debate sobre la relación entre Cataluña y el Estado.
“No se trata solo de gestionar el día a día o de conseguir mejoras competenciales”, apuntó, sino de avanzar hacia un proyecto político que reconozca plenamente a Cataluña como nación y que permita a su ciudadanía decidir libremente su futuro político.
Aunque no entró en detalles sobre cuáles deberían ser los pasos concretos, la portavoz subrayó que la clave es actuar con unidad y determinación: sin una estrategia conjunta entre las fuerzas independentistas, advirtió, esta oportunidad podría diluirse en medio de la dinámica parlamentaria habitual.
Un mensaje con múltiples destinatarios
La intervención de Nogueras no solo se dirige a ERC, sino también a varios actores políticos:
- Al Gobierno español, al que transmite la idea de que el independentismo no piensa renunciar a su papel de árbitro parlamentario y que está dispuesto a aumentar su nivel de exigencia.
- A la sociedad catalana, especialmente a su electorado independentista, para mostrar que Junts mantiene una actitud firme y que propone una estrategia coordinada para lograr avances sustantivos.
- A ERC, en un momento de redefinición interna tras sus últimos resultados electorales y con debates estratégicos abiertos sobre su papel en Madrid.
En este sentido, la oferta de Junts obliga a los republicanos a posicionarse. A lo largo de los últimos años, ERC ha optado por una estrategia más pragmática y orientada a la negociación bilateral con el Gobierno, confiando en que los avances acumulativos podrían sentar las bases de una futura resolución del conflicto político. Sin embargo, el planteamiento de Junts apunta a un cambio de dinámica: más presión, más coordinación y un horizonte más explícitamente orientado a la autodeterminación.
La debilidad del Gobierno como palanca negociadora
Nogueras insistió repetidamente en que el Gobierno de Pedro Sánchez atraviesa una fase de “debilidad”. Esta percepción se basa en varios elementos:
- La aritmética parlamentaria ajustada, que obliga al PSOE a negociar casi cada votación relevante con múltiples socios.
- La fragmentación interna entre las distintas sensibilidades del PSOE y las tensiones con Sumar.
- Las dificultades para aprobar presupuestos y grandes leyes, que exigen un nivel de consensos excepcionalmente amplio.
- El clima político crispado, donde cada concesión al independentismo genera reacciones adversas por parte de la oposición.
En este contexto, Junts interpreta que el margen de maniobra del independentismo es mayor que en etapas anteriores y que el Gobierno tiene menos capacidad para ignorar o dilatar las demandas catalanas sin poner en riesgo su propia estabilidad parlamentaria.
El trasfondo: competencia y cooperación en el independentismo
El llamamiento de Nogueras se enmarca en una larga historia de tensiones, colaboraciones y divergencias entre Junts y ERC. Aunque ambas formaciones comparten el objetivo estratégico de la independencia, sus aproximaciones tácticas han sido muy distintas. Junts ha apostado por una presión constante y por una retórica más explícitamente confrontativa, mientras que ERC ha defendido la necesidad de acumular fuerzas y de generar consensos amplios tanto en Cataluña como en el Estado.
Sin embargo, la fragmentación del espacio independentista ha tenido también un coste en términos de influencia en Madrid. En las últimas legislaturas, la falta de una estrategia conjunta ha dificultado una negociación más unificada con el Gobierno central, y ha generado críticas por parte de sectores del independentismo que perciben falta de coordinación o incluso contradicciones internas.
La propuesta de Nogueras apunta a superar temporalmente esas diferencias en torno a cuestiones concretas, especialmente en aquellas votaciones donde el independentismo puede ejercer de actor decisivo.
¿Cómo reaccionará ERC?
Por el momento, ERC no ha respondido públicamente a esta propuesta, pero la iniciativa de Junts podría situar a los republicanos ante un dilema estratégico. Aceptar un frente común aumentaría la capacidad de presión, pero también podría obligar a ERC a acercarse al marco táctico de Junts, más confrontativo y menos orientado a la negociación bilateral.
Por otro lado, rechazar la propuesta podría ser leído como una renuncia a maximizar la influencia del independentismo en un momento crítico. ERC deberá valorar cómo encajar esta oferta con su propia hoja de ruta política y con el equilibrio interno de sus distintas sensibilidades.
Un horizonte incierto pero decisivo
La intervención de Míriam Nogueras se suma a una serie de movimientos políticos que reflejan que el independentismo catalán está entrando en una nueva fase, marcada por la redefinición estratégica, el debate interno y la percepción de que el actual escenario político en España podría ofrecer oportunidades inéditas. Con el Gobierno de Sánchez enfrentando desafíos múltiples, la capacidad de influencia del independentismo vuelve a situarse en el centro del tablero político estatal.
La propuesta de Junts abre una nueva etapa de negociación y posicionamiento político en la que ERC, el Gobierno y el resto de actores deberán decidir cómo reaccionan. Si el frente común sugerido por Nogueras llega a materializarse, podría redefinir la dinámica de poder en el Congreso y alterar significativamente el rumbo de las negociaciones entre Cataluña y el Estado.
Por ahora, el mensaje es claro: Junts considera que es el momento de elevar la presión, actuar de manera coordinada y avanzar hacia un reconocimiento político que, desde su perspectiva, Cataluña tiene pendiente desde hace décadas. El pulso está servido y el Gobierno, una vez más, se encuentra ante un escenario en el que cada movimiento cuenta.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.





