Hablamos con Jordi Calvo*, prestigioso investigador por la paz en el ámbito europeo, sobre la exportación de armas españolas a países en conflicto. Nos recibe en el Centre d’Estudis per la Pau Delàs, de Barcelona. El Centre Delàs nació como una comisión de estudio en 1999 para dar continuidad a la Campaña Contra el Comercio de Armas que se desarrolló en Barcelona y otras ciudades del Estado, a finales de la década de los noventa.

De los cien países a los que el Estado español vende armas anualmente, un 20 por ciento, según los institutos independientes que hacen estos listados, van a territorios en conflicto o guerras abiertamente declaradas cuya venta de armas no sólo empeoran la situación, sino que muchas de dichas armas son utilizadas contra objetivos civiles. En 2016, España vendió 901 millones de euros en armas a países del Oriente Medio, y sólo a Turquía, 400 millones. Mientras nuestro país arma a ejércitos en guerra y no a pocos dictadores, el cinismo de la mayoría de los gobiernos Occidentales, y de no pocos periodistas orgánicos y opinadores, miran para otro lado, cuando no se dedican a socavar a opositores políticos por apoyar a los países que ellos encuadran en el eje del mal. Claro que las pretromonarquías y estados totalitarios con las que España hace pingues negocios, muchas veces con el concurso de la Corona, no están en ese eje. De todo ellos hablamos con el investigador Jordi Calvo.

 ¿A qué países en conflicto vende armas España?

Pues a muchos de los países del Oriente Medio, del Norte de África…, regiones calientes, regiones origen de otros conflictos, regiones que al vender armar sabemos que pueden salir por las fronteras y llegar a otros lugares. Hay informes que son difíciles de encontrar o de comprobar, pero que sospechan que las armas que están en Arabia Saudí y en aquella zona, a veces se encuentran en otros lugares, como se han encontrado en Yemen, donde ahora hay una guerra abierta. Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, que son dos grandes clientes de las industrias armamentísticas españolas y europeas, parecen que proporcionan armas a estos países o participan en la guerra directamente. Pero también vende armas España a países que están en la lista de conflictos olvidados…

¿Olvidados?

Sí, esos países que están en conflicto desde hace treinta años, de hace veinte, de hace diez años…Quizás España no vende armas de una manera tan voluminosa como a otros países, pero sí que vende armas con categorías de armas pequeñas, de armas de caza, de tiro deportivo… Yo, por ejemplo, estuve en la República Centroafricana hace unos años, y me acuerdo que vimos unas cajas que ponían Maxan (Maxan Corp es un holding que agrupa a seis empresas españolas que fabrican explosivos y armas de uso militar y civil. La antigua Unión Española de Explosivos), que es una empresa de armas. En las cajas ponía vainas con pistón Made in Spain. La vaina tiene esa parte donde pega el percutor, y dentro tiene la capacidad para poner la pólvora y el plomo, el proyectil, vamos. Allí no tenían la tecnología para fabricar esas vainas con pistón, que se las vendió una empresa española…

Que las pueden utilizar para lo que quieran…

Claro, es que justo unos meses después empezaron los enfrentamientos de la guerra civil Centroafricana entre los Seleka y las tropas gubernamentales, guerra reciente donde murieron muchas personas y se encontraron armas fabricadas en España como las que cito. Parece que se venden armas para cazar o para el tiro deportivo, pero en estos países ni cazan tanto, ni el tiro deportivo está tan extendido. España le vende armas a Ghana, a la República Centroafricana, bueno, ahora ya no…, a varios países de África. Países que pueden estar en conflicto o al poco tiempo estarlo o son países cuyos controles fronterizos dejan mucho que desear.

¿Qué tipo de armas vende España?

España vende de todo, y produce de todo. Componentes y todo tipo de armas y material de defensa y equipamiento militar. Pero es verdad que lo que sale en los anuarios y las noticias son las que tienen mayor valor económico, los buques de guerra y los aviones. Los barcos se fabrican en el Ferrol y en Cádiz, por Navantia, una empresa enteramente pública. También es un gran vendedor de aviones militares de tamaño medio, que se fabrican mayoritariamente en Andalucía. Sobre todo aviones de transporte militar, que tienen unas características diferentes a un avión civil. Después fábricas como Santa Bárbara (integrada en General Dynamics de EE. UU.), y otras son las que producen armas para el ejército de tierra…, morteros, blindados, artillería, etc. Y hay un grupo no pequeño que fabrica armamento ligero. Cada vez más, España está teniendo un papel importante, que aparentemente no suena mal, que es la guerra electrónica. Que por resumir, son esos componentes electrónicos que, por ejemplo, sirven para guiar un misil un torpedo, etc. Esto nace de un contrato militar, no es una tecnología aplicada que servía para otros usos. Esto lo hace la empresa Indra (empresa multinacional con participación pública del sector militar, financiero, energético y del transporte. Listada en el Ibex 35) hay otras, pero esta es la principal, que tiene una sede importante en Barcelona. Como anécdota, España vende desde hace años a Ghana, que es un país minúsculo, armas de caza y tiro deportivo y una cantidad considerable de munición. Yo creo que sí que hay safaris y actividades de caza, pero nunca he visto que Ghana compita en ninguna prueba de tiro deportivo. Este enorme volumen no lo puede absorber un país tan pequeño, probablemente estas armas acaban en países del entorno. Esto se viene denunciando por la sociedad civil desde hace un montón de años pero nunca hay respuesta.

De todo lo que me has dicho lo que más se subleva es…, sí España construye aviones militares básicamente de transporte, ¿por qué carajo enviamos a militares en un avión de mierda como el Yak-42 donde murieron setenta y cinco personas, entre militares y civiles?

Pues es verdad, es curioso. No lo sé, quizás habría una razón más pragmática, económica. Pero parece una chapuza, ya que hacemos aviones de transporte militar, pequeños y medianos.

El Estado español, con sus diferentes gobiernos… ¿Violan las legislaciones y leyes nacionales e internacionales sobre la venta de armas a países en conflicto armado?

Sí y no. El gobierno no incumple la ley, ninguno la ha incumplido. La ley de exportación de armas lo que dice es que cuando te llega una demanda, cuando se consigue un contrato, la empresa se va a Omán, a Qatar, etc., y habla con quién tenga que hablar. Luego la empresa consulta con el gobierno y pregunta si efectivamente puede venderle esas armas a ese país. La ley europea dice que no se puede vender armas a países en conflicto, a países donde no se respeten los derechos humanos, a países donde se pueda poner en peligro la seguridad regional, a países donde estas armas puedan ser usadas para reprimir a la población civil, etc. Sobre el papel son condiciones que están muy bien. Pero cuando llega la demanda, hay un comité gubernamental que se llama la JIMDDU, la Junta Interministerial para el Comercio y Control del Material de Defensa y Tecnologías de Doble Uso, que lo componen personas de varios ministerios, Industria, Comercio, Exteriores, Defensa, etc. Este comité es el encargado de aplicar la citada ley. Pues bien, por ejemplo, le llega la petición para vender armas a Arabia Saudí, y como para ellos Arabia Saudí es un ejemplo de “respeto de los derechos humanos”, de “libertades civiles”…, y Oriente Medio es un “remanso de paz”, pues deciden venderles armas, y como son esas personas los que deciden que la venta sea legal, por ello te decía que no incumplen la ley. Eso sí, no hay ningún control externo ni independiente, además que sería imposible que lo hubiera. Te imaginas que hubiera un organismo internacional que de obligado cumplimiento decidiera los países donde no se respetan los derechos humanos, donde hay un conflicto armado. Nadie querría estar en esa lista, un organismo así sería bloqueado por la Naciones Unidas, por Rusia, por EE. UU.

Cuando Felipe VI viajó recientemente a Arabia Saudí, además de otros empresarios, hubo representantes de la industria armamentista. ¿Se sabe qué empresas fueron? ¿Se puede decir que ese sería el grupo de presión del negocio de las armas?

Yo tengo conocimiento de las empresas más grades, como Navantia, Arpa, Indra, etc. En estas visitas se suele conocer a las empresas más grandes, que además generan más consenso en la sociedad española. Se dice que es normal que el rey se haga acompañar de las empresas del Ibex 35, para esos grandes contratos como los de AVE, o los barcos de guerra. La población por desgracia no lo ven tan mal, si generan riqueza, puestos de trabajo…, claro que no se hace este análisis de fondo que estamos comentando. En fin, que hay más empresas ligadas al comercio de armas que no suelen aparecer en las notas de prensa.

De alguna manera, los ministerios hacen como oficinas de ventas para estas empresas…

Quizás no podemos decirlo exactamente así. Pero lo que sí podemos decir es que los gobiernos de España de los últimos veinte años o más, son unos gobiernos que han realizado unas políticas con dinero público para fomentar las exportaciones de armamento de una manera muy clara, con apoyo para la expansión comercial de estas empresas, con oficinas propias para internacionalización de estas industrias militares, que están dentro de la empresa pública Defex, que además fue investigada por sospechas de corrupción en algunos de sus contratos, como por ejemplo los de Angola.

(Defex fue investigada por la Fiscalía Anticorrupción y la Guardia Civil entró en su sede. Los pelotazos y “pellizcos” hacían que los proveedores reales se quedaran con menos del 50 por ciento del dinero contratado. El resto se repartía entre empresarios y consultores afines).

En el viaje citado a Arabia Saudí, el monarca medió a favor de Navantia para la venta de cinco corbetas. Según un informe de Amnistía Internacional, estas corbetas podrían servir para seguir atacando objetivos civiles en el Yemen. ¿Esto es así?

Sí, estamos hablando de buques de guerra. Estas corbetas están pensadas para entornos de guerra y hacer bloqueos navales, que para el Yemen y la coalición que lidera Arabia Saudí es muy importante. Pero también están armadas, por lo que pueden disparar a tierra o a otros barcos. Una cosa muy importante, para ver el daño que estamos haciendo con nuestra política de exportación de armas a las poblaciones y generaciones futuras del Oriente Medio: Arabia Saudí nunca se había planteado ser un líder militar en nada. Seguían con sus negocios; son represores con su población a la que privan de todo derecho democrático, segregan a las mujeres, potencian el trabajo esclavo de los inmigrantes…Pero con el tiempo ha desarrollado la idea de ser una potencia militar, y para hacerlo han buscado el apoyo de sus aliados, como EE.UU, Europa. Para ello se ofrecieron como aliado militar para controlar la zona en nombre de esos países aliados, a cambio de adquirir la formación necesaria y el armamento necesario durante veinte años, por ejemplo. Pues este proceso ha sido tutelado y promovido por Europa y Estados Unidos.

Hablar de las estructuras militares del Estado… ¿es hablar de la banca, las empresas del Ibex 35, etc.?

Sí. Tú me estás hablando de lo que llamamos el conglomerado industrial militar. Las empresas de armas y componentes militares están compuestas por sus accionistas, después está el Estado con sus subvenciones, con sus créditos blandos, sus compras, pagos a cuenta, etc., y después encontramos al sector financiero. Hace tiempo me tocó hacer un informe sobre esto y vimos que la media de la ratio de endeudamiento de esas empresas con el sector financiero era de un 73 por ciento. Lo que significa que, sin el apoyo financiero, la industria militar no podría desarrollar, como mínimo, ese 73 o 75 por ciento de su actividad. Serían empresas inviables, sin el apoyo de la banca tres de cada cuatro armas no existirían. Hay bancos que también son accionistas, propietarios de algunas empresas de armas.

El gasto militar en España en 2015, según fuentes del Ministerio de Defensa, fue muy superior al presupuesto aprobado inicialmente. ¿Se reparten o se camuflan partidas de gastos miliares entre otros ministerios?

Sí, tenemos constancia, de hecho es uno de los trabajos que hacemos. El presupuesto que dice el Ministerio de Defensa, con algún elemento más, que son organismos relacionados con defensa, que es lo que compone el gasto militar inicial, el que se aprueba en los presupuestos generales del Estado; luego, entre el presupuesto inicial y el gasto final pasan cosas, que la gente no se entera y el gobierno puede decidir aumentar unas partidas u otras. Tradicionalmente, el gobierno español inyectaba en el gasto militar, alrededor de dos mil millones de euros. Pero hay más, porque esto es con defensa, pero luego inicialmente se ponen partidas en el Ministerio de Industria que van a créditos o ayudas a las industrias miliares, pero se cuentan como partidas de Industria, cuando tendrían que entrar en los gastos miliares, según nuestro criterio y el del Sipri (Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz) y hasta de la OTAN. Luego hay gastos de la Seguridad Social, para pensiones, jubilaciones, etc. En fin, que si vamos sumando las partidas de todos los ministerios, nosotros calculamos que el presupuesto anual escondido duplica o triplica el inicial, que suele ser de 6 o 7 mil millones, que es poco, pero en realidad se pueden convertir en 16 o 17 mil millones de euros.

El Parlamento, el Senado y la opinión pública ¿podemos conocer, ya no digo controlar, el presupuesto del gasto militar real y no sólo el aprobado?

Bueno, se va sabiendo. En cada momento, en la Comisión de Defensa, se ejerce una labor de control al gobierno, se piden explicaciones. Todo cambio o aumento se va hablando en el parlamento, claro que luego se aprueba por las mayorías.

¿Conoces algún caso en otros países como el del exministro de Defensa del gobierno del PP, Pedro Morenés, que provenía de la industria militar, como Instalaza, principal fabricante español de bombas de racimo?

Es un caso especialmente llamativo. Cuando lo explicamos fuera de España nos dicen que el lobby industrial militar es el mejor del mundo, ya que consiguieron una cosa histórica, que es poner a alguien de su sector, a uno de los suyos, de una manera tan evidente, tan clara, como es ser el principal cargo de defensa de un país. Eso no ha pasado en ningún lugar del mundo, quizás ahora con Trump podría pasar, y no ha pasado.

¿Alguna vez se podrá frenar el gasto militar?

Estamos en ello. Se puede conseguir, quizás no en un futuro inmediato. En Naciones Unidas, que tal como está el mundo hasta parece revolucionario defenderla hoy, pues hay infinidad de organismos donde se hacen propuestas muy interesantes. Y en cuestión de desarme y gasto militar, también las tienen. El último expresidente de Naciones Unidas (Mogens Lykketoft, 2015), cuando fue a dejar el cargo, hizo unas declaraciones muy contundentes sobre que el mundo está sobre armado y se dedican más recursos al gasto militar que a promover la paz. Hay cierto apoyo político para que esto cambie, incluso hay varios países que están empezando a hablar de esta cuestión, quizás más pequeños, que podríamos llamar los no alineados de hoy en día. Sí a esto se suma la sociedad civil, pacifista o no pacifista, pues se puede conseguir. Actualmente hay una campaña internacional (Global Campaign on Military Spending), que nosotros coordinamos desde aquí, con este fin. Nosotros pedimos que se reduzca dicho gasto militar en un diez por ciento, que no hará que cambie el mundo nada, pero si de un año a otro se reduce, por lo menos reduciremos la fabricación de nuevas armas. Antes esta cosas sólo era un tema de militares, pero hoy la sociedad civil ya lo ha incorporado a su discurso.

Claro, porque detrás de los números, de la geopolítica, hay dolor, desastres humanitarios, muertes, en fin.

Claro, estamos creando un mundo más inseguro. Ahora, por los grandes países, la tendencia es negativa, y ya veremos qué pasa con Trump. La OTAN, que hoy por hoy no tiene una gran función, es un lobby para aumentar el gasto militar de una forma enorme. Poco a poco se irá consiguiendo, pero cuesta mucho que los partidos incorporen en sus programas la reducción de los gastos miliares.

Como dice Naomi Klein en su libro La doctrina del shock, el miedo, los desastres, las invasiones, la idea de la inseguridad, son una forma de perpetuar estas políticas y la coartada perfecta para endurecer políticas represivas y recortar derechos civiles.

Claro, y una vez impuestas esta medidas, es muy difícil dar marcha a atrás, incluso la población lo llega a ver como algo normal. No hay mejor propaganda para una industria militar que la amenaza terrorista, por ejemplo; amenazas que a veces se sobredimensionan. Pero los enfrentamientos entre estados, ya casi ni se contemplan en los protocolos de amenazas. Rusia, en sus zonas de influencia, o Estados Unidos que quiere controlar Oriente Medio, a veces intervienen de forma tradicional, pero cada vez se hará menos. En esos protocolos, la emigración aparece como una de las amenazas a nuestra seguridad. Hay un pensamiento único que busca más militares, más policías y más armas. Y la gente lo ve bien, porque se cree más segura.

Pero en esas guerras entre estados, muchas veces se están utilizando a contratistas…

Claro, se hace de esta manera. La privatización de la guerra es una tendencia todavía más preocupante. Estamos realizando un trabajo sobre ello y habrá una campaña internacional el año que viene.

Bueno, gracias y seguro que nos veremos pronto.

 Gracias a vosotros.

*Jordi Calvo Rufanges es economista y profesor, máster en Ayuda Internacional Humanitaria y, entre otras muchas cosas, Doctor en el Máster Internacional de Paz, Conflictos y Desarrollo, pero como investigador del Centre d’Estudis per la Pau J. M. Delàs, que es una comisión de trabajo de Justícia i Pau de Barcelona, le gusta definirse como Activista por la Paz. El Centre Delàs recibe su nombre en recuerdo de Josep Manuel Delàs, presidente de Justicia i Pau de Girona. Comandante del ejército en la reserva, fue miembro de la Unión Militar Democrática, y dedicó sus últimos años a la defensa de la paz y la no violencia.

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