El objetivo del compliance (cumplimiento normativo) es velar por el cumplimiento de la normativa vigente, políticas y procedimientos internos establecidos dentro de la empresa durante el desarrollo de sus actividades y negocios. Surgió en EE. UU. en 1977, tras una época de mucha corrupción, como forma de controlar y prohibir los sobornos y las malas prácticas en el entorno empresarial.

Con gran presencia en las empresas de cultura anglosajona, en el territorio español, es todavía un instrumento relativamente reciente. Dos sectores ampliamente regulados, como el sector financiero y el farmacéutico, han sido los pioneros en seguir este cumplimiento normativo. Sin embargo, después de la Ley Orgánica 5/2010 de la Reforma del Código Penal, cada vez más empresas muestran interés por esta función de integridad ética y normativa.

En este sentido, el canal de denuncias interno se ha convertido en una herramienta imprescindible para el compliance. Por medio de este canal se puede tener acceso a informaciones, irregularidades, infracciones, incumplimientos o vulneraciones del código ético que, en muchas ocasiones, solo conocen un pequeño número de empleados o algunas personas ajenas a la empresa.

Funcionamiento de esta herramienta

Dentro de las empresas españolas se aprecia cada vez más un interés y esfuerzo y una mayor sensibilidad hacia el cumplimiento normativo como pilar de la organización. En este aspecto, una amplia mayoría de ellas disponen de una política de cumplimiento interna. Para ello cuentan con funciones específicas que supervisan el cumplimiento de las normativas y códigos de conducta establecidos.

Por otro lado, muchas empresas cuentan en la actualidad con un inventario de riesgos de cumplimiento y utilizan los códigos éticos y de conducta, como elementos de control. También el cumplimiento contractual sirve, junto a los anteriores, para implementar el compliance en sus organizaciones. Otras muchas cuentan con canales de denuncia para favorecer la transparencia con empleados, clientes y proveedores. Estos canales de denuncias permiten proteger a los denunciantes y preservar su seguridad, cumpliendo con las leyes y evitando sanciones, ya que, estos pueden presentar una denuncia de forma anónima o con sus datos personales. De esta forma se estimula la confianza dentro del equipo y se protege tanto a los informantes como a los investigados. Detectar actos ilícitos permite proceder conforme a las leyes.

Por medio de un sencillo formulario que se inicia con un clic, quien detecte alguna actividad ilícita o no conforme al código ético de la empresa puede tramitar una denuncia. Una vez dentro del panel de denuncias del software adecuado se adjunta la información y documentación pertinente como prueba de lo denunciado. La organización recibirá una notificación cada vez que se inicie una denuncia y asignará un supervisor del proceso. Ahora bien, proteger a los denunciantes es una cuestión vital para que estos canales de comunicación sean efectivos. 

Por ello, en diciembre de 2019 se adoptó la “Directiva (UE) 2019/1937 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre de 2019, relativa a la protección de las personas que informen sobre infracciones del Derecho de la Unión”. Esta directiva es también conocida como “Directiva de protección del Whistleblower”. Esta directiva, que traducida sería algo así como “soplar el silbato” o “los que soplan el silbato”, se refiere a quienes alertan de la aparición de irregularidades en un ámbito empresarial determinado. En el ordenamiento español, el 4 de marzo de este año, el Consejo de Ministros aprobó el “Anteproyecto de Ley reguladora de la protección de las personas que informen sobre infracciones normativas y de lucha contra la corrupción”. 

También este año, en nuestro país se ha publicado la Guía práctica para la gestión de la denuncia de irregularidades según la Norma ISO 37002:2021. Una guía que es un elemento de ayuda muy relevante para los profesionales del compliance. No obstante, volviendo a la figura del whistleblower, sin duda el canal de denuncias es uno de los métodos más eficaces para descubrir irregularidades. Por medio de estos canales se detectan y ponen en conocimiento todo tipo de conductas contrarias al código ético de la empresa, así como numerosos delitos, especialmente los relativos a fraude, corrupción y blanqueo de capitales. Su objetivo es evitar, prevenir, descubrir y actuar frente a posibles empresariales y sobre todo frente a la corrupción, tanto nacional como internacional.

Un canal de denuncias es esencial para que la función de compliance se lleve a cabo de forma adecuada. Así, en el territorio español el 78 % de las empresas con más de 5 000 empleados cuentan ya con este sistema. Solo un 38% de las de menos empleados cuentan con dicha función, sin embargo, la tendencia es que cada vez más organizaciones implementen estos canales dentro de su estructura organizativa. Se ha demostrado que la puesta en práctica de este sistema aporta numerosos beneficios a las empresas, entre ellos: Mejora del ambiente laboral, mayor productividad, reducción de problemas legales, mayor seguridad, mejor reputación e imagen de marca, mayor competitividad e incremento del negocio. Eso sí, para que funcione, todos los miembros de la organización han de conocer la política de compliance de la empresa.

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