altFue por la obra de Federico García Lorca que tuvo su primera aproximación seria con la poesía, entonces Nuria Martínez Vernis (Barcelona 1976) tenía 16 años y un deseo ferviente por devorarse todos los libros que salían a su paso pero también ganas de volcar lo que le exigían las manos, resultado de ello: El Acróbata tampoco saldrá Ileso (2000), que le mereció el premio Amadeu Oller y el premio literario Memorial Anna Dodas. Con su segundo libro, cuántas mentiras hacen una sola verdad, (2003), obtuvo el premio Josep M. López-Picó. Ahora bien, su reciente trabajo Deix on Dir (2012) que acaba de publicar Editorial Empuries, es un conjunto de prosas poéticas que exploran el dolor, la soledad y la rabiosa desconfianza del ser humano con el mundo y que da un salto en toda la mecánica de su obra, destacándola como una de las voces más notables de la  poesía contemporánea. Pero veamos: aquí no hacen falta las florituras; los premios y la publicación operan a partir de una casualidad. Lo cierto es que  para Nuria cuando la poesía se trabaja con vocación es…  “un trabajo que te ocupa todo tu ser en cierto modo”.

¿Desgasta?  

Según la obsesión con la que estés trabajando.

¿Y tú cómo te obsesionas?

En este caso mi último libro me desgastó bastante pero también sané.

¿Terminar es una cura?

Exacto. Y está bien poder vivir desde todos los puntos creo yo. Y se sufre porque el cante duele, pero después creo que tiene algo de balsámico y de terapéutico, aunque suene a autoayuda decirlo: te quedas liberado

Empezaste leyendo a García Lorca…

Fue el que me hizo entrar a la poesía. Dije anda a mí me gusta la poesía… madre mía… yo me lo empasso todo.

¿Qué edad tenías?

16 años. Antes había estudiado a los poetas en el cole pero cuando descubrí a Lorca fue diferente.

Y claro… tus compañeras no eran poetas

No tenía ninguna amiga poeta

El bicho raro eras entonces tú…

Así como algunos dibujan pues yo como aburriéndome escribía una frase; una palabra, y un día me di cuenta que no sabía dibujar. Tenía una palabra y jugaba con ella. Si de pronto veía un camarero imaginaba  su mundo; entonces hacía una pequeña narración introduciéndome en su vida como si yo fuera él… y así también con otras cosas.

¿Con los autores que lees?

Claro; me pasa que cuando ya me he comido la obra completa y he aprendido algunos poemas hasta de memoria… pues cierro el capítulo y me viene normalmente otra obsesión… pero en el caso de Lorca me costó leer los poemas del cante jondo pues esa lectura implica una predisposición. Yo siempre lo digo: si alguien nunca ha leído a Lorca debería empezar por los sonetos del amor oscuro. Eso es algo que entra por la vena.

¿Vinyoli también?

A Vinyoli lo veo como más fresco.

¿Más urbano?

Más actual, más moderno, en cierto modo, aunque Lorca en su momento lo era mucho. Pero tengo la sensación de que Vinyoli se arriesgaba más con juegos de palabras, poemas muy sencillos y Lorca… siempre que escribía ponía toda su maquinaria imaginativa en juego.

¿Arriesgando?

Sí.

¿Y cuándo notas que pasa eso?

Pues quizás cuando ya te has comido toda la tradición que tienes detrás y empiezas a hacer algunas roturas, empiezas a jugar un poco.

¿Es básica esa tradición detrás?

Sí y probablemente nunca suficiente como para tirar tanto para adelante, pero yo creo que también en mi caso la poesía la vivo de una forma muy natural. Me vienen las ganas o no, aunque cada día, o cada dos, seguro que algún verso he sacado. Ocupo muchas horas, sin embargo si solo tengo una hora me concentro de tal manera que hago todo lo que podría hacer de poesía en un día y ya después me voy a vivir. Ahora como hemos quedado, bueno… pero estuve media hora antes por aquí tomándome un café, escribiendo un ratito, siempre busco un momento  antes de alguna cosa… cuando salgo o cuando estoy  en casa me viene una idea y me pongo a trabajar.

¿Corriges mucho?

Muchísimo. Hay que corregir: sino tomas perspectiva lo veo muy arriesgado. Si hay alguien que domine la escritura automática pues… será uno de cada mil… es súper difícil conseguirlo.

Pero por otra parte, no crees que se banaliza a veces la escritura. Es decir: ahora resulta que todos escriben y rápido además…

Claro pero ahí lo que se ve es quien es buen escritor o poeta y quien no. Aunque es algo que tiene que ver con el criterio y el estilo y en ese sentido la corrección es fundamental. Yo soy muy estricta porque además pienso que es muy arriesgado sacar un libro, sabes, además yo no quiero arrojar aquí un libro más. En el caso de este que acabo de publicar quería que su construcción fuera distinta y  me tomara tiempo y que el libro que fuera leído cuatro, cinco o seis veces y que el lector descubriera algo novedoso. Yo quería eso. A mí me ha costado cinco años hacerlo. Es muchísimo tiempo. Y he tenido que hacer un montón de cambios, incluso cambios que no me valieron para nada, volví a una posición  más inicial, sabes… ha sido toda una historia casi de sufrimiento para verlo perfecto y lo podía haber entregado a los dos años y seguro habría estado muy bien. Ahora: cinco años después, estoy satisfecha de este libro. El siguiente que escriba a lo mejor será un poco más desenfadado o no sé ahora qué será pero quería que este fuera  sólido. He trabajado palabra por palabra y cada palabra la he mirado más de mil veces, dos mil, tres mil… sabes.

¿Crees que se viven tiempos duros para los artistas?

Durísimos… pero siempre ha sido así. Antes yo pensaba  que el dinero estaba reñido con la poesía, pero ahora pienso que si me llaman para un recital pues que me paguen por ello.  Además, tengo la sensación de que quien siembra recoge. En cuanto a mí,  todo el caso que quiero que me hagan ya me lo hacen, pero debería haber más festivalillos, más sitios donde tú puedas presentar por ejemplo no un libro sino un concierto de poesía y música. Faltan sitios de ese calibre.

alt¿Será la apatía en la juventud?

No, yo más bien creo que las cosas están súper difíciles y que quien tiene un bar quiere que entre más gente… quizás piensa que un DJ es más fácil, claro hay mucho proyecto cultural y mucho de ese sustrato es de impuesto revolucionario que me parece cojonudo y yo siempre voy porque soy la primera que quiere mucha caña.

¿Viajas mucho?

Antes más, ahora no tanto.

¿Y qué lugar te impactó?

Bosnia. Fui cuatro años después de la guerra. Conocí Sarajevo, Mostar me pareció una experiencia increíble.

¿Qué buscabas ahí…?

Fue una cosa curiosa. Yo integraba una asociación: hacíamos intercambios culturales y nos pusimos en contacto con una asociación de Mostar y otra de Sarajevo y como el ayuntamiento de Barcelona renovó la flota de autobuses… pues pillamos un montón de grafiteros jóvenes y fuimos a entregar esos otros autobuses a Sarajevo. Aunque era joven yo fui allí como organizadora,  quería ver mundo, tuve mucho contacto con artistas, gestioné una asociación que fue una plataforma lanzadera para jóvenes, solicitamos permiso para montar una exposición, hicimos una fiesta, recaudamos fondos, allí lo que sí aproveché fue el ordenador de la asociación pues me quedaba por las noches escribiendo con la estufita: estaba de coña. Los compañeros y trabajadores venían por la mañana a las nueve o algo así  y se sorprendían de verme: ¡anda estás aquí aún!, decían. Yo tiraba millas sin sueño; sin nada. Y esa base creo que es la que hace falta muchas veces cuando uno dice: este poemario ya está… cuando uno lo suelta rápido… esta es la base que hace falta…la de estar ahí muchas horas porque a veces de todo lo que escribes solo vale un diez por ciento.

¿La autocrítica es fundamental?

Hay unas leyes básicas de la poesía. Muchas veces el primer verso es malísimo, no dice nada, sólo te sirve para arrancar y si tú te lo cargas con el segundo verso empiezas mucho más puro y con el final ocurre lo mismo. Hay que tener cuidado entre lo que sirve para arrancar y lo que no. Hay una expresión de Vinyoli que me gustó a la primera por lo sencillo…pues en lugar de decir: abrir y cerrar la puerta, decía: cerrar y abrir la puerta, y eso me encanta; te choca a la primera… es como si un bailador te hiciera un repiqueteo de aquellos  y piensas ala esto es buenísimo. Ahora que si se te ha ocurrido algún versillo y suena pretencioso, plantéatelo, ¡sácalo!: fuera. Y si no; inviértelo. Intenta coger todas las herramientas que tengas y mezcla. Hay veces que sale algo bueno pero hay que dejar respirar.

Pero es que tú ya tienes experiencia…

Hay que haber trabajado mucho pero piensa que a mí me falta un montón, yo creo que dentro de unos años quizás aun seré más templada, me saldrá todo lo que quiero y tendré más claro lo que quiero decir.

Digamos que sientes una evolución en la medida que adquieres más palabras…

Más palabras y más riesgos conscientes, es otra situación, otro tipo de oficio; otras formas y la gracia es que tú te puedes cambiar de chaqueta… porque si no después te enquistas y eso es lo que pasa cuando recitas mucho: te acabas convirtiendo en ti mismo y a mí eso me horroriza. Despojarse de todas esas cosas o esos tics, es maravilloso porque te sientes como desnudo, vacío; lo llorarías, lo gritarías, reirías.

¿Es un juego de emociones tu poesía?

Sí pero… siempre ha sido un poco dura.

¿Con quién?

Con la sociedad y con uno mismo, con la raza humana, con los dobles juegos, con el rollo de la familia, el chantaje emocional;  la riqueza.

¿Somos una especie muy primaria…?

¿Primaria?, me encantaría que lo fuéramos: entonces seríamos más claros los unos con los otros.

Desgastada…

Veo muy degradados los valores y lo que hemos construido. Tú puedes vivir en Sarrià y tener conciencia del mundo que te rodea, pero cuando uno se construye un velo en la mirada  y no ve nada, me entristece un montón.

Permanentemente uno se construye esos velos

Sí y es durísimo todo el tema de la banca, los empresarios; los que sufren y los que no. Todo tan mezclado, tan manipulado. Toda la idea de la publicidad, de la neuropublicidad.  Pagamos a telefónica, el cacharrito del teléfono, estamos todo el día pagando… te comes el cerebro y también pagas, pues en ese sentido la cultura por internet tendría que ser gratis. Hay tantas cosas mal formuladas… ¡es desesperante! por lo tanto yo me pregunto: Cuánto pesa la belleza. Porque a mi me pesa más lo otro. La cosa sucia  y no la belleza, por eso cuando uno ve belleza hasta lloraría. Hay tanta mierda que tenemos encima y por todas partes…

Mucha gente por eso abandona la ciudad…

Claro y por eso mucha gente trabaja en proyectos cooperativos que es súper bonito: dicen bueno… quiero otra forma de construir la vida y no lo que ellos me han montado.

En cierta manera este momento está obligando a que la gente se replantee estas cosas.

Entre el movimiento indignado, la crisis y el movimiento nacionalista-independentista  se está planteando una nueva construcción de algo para que todo sea más asambleario, más participativo; que cubra todos los estamentos sociales; que no sean solamente los políticos e incluya a los cuatro hombres de confianza, que sea más colectivo. Yo creo que son dos grandes autopistas que tenemos enfrente y que van circulando para adelante. Tienen seguir pasando  cosas… espero, vaya… y sino, acabará siendo como un mayo del 68 donde había mucha lucha social en potencia y luego al final lo aplacaron. Obviamente lo pueden aplacar en cuanto quieran…

El deseo de independentismo se está volviendo un problema…

Yo creo que el problema es más en Madrid que en el resto de España. Si dicen que el referéndum hay que hacerlo en toda España, a mí también me parece bien, porque eso nos dará la constatación de que no todos son como nosotros pensamos, ni al revés. A mí que el seleccionador de la selección de fútbol de  España, Vicente del Bosque diga: “cada pueblo debe tener la libertad de elegir su futuro” o lo que ahora en plan broma el presidente Córdoba dice en su campaña de publicidad…“señor Artur Mas cuando Cataluña sea independiente solo veremos al Barça en la copa de Europa”, a mí esto me gusta, yo creo que hay mucha gente en España que lo entiende, pero en el fondo ahora ya importa poco. Yo toda mi vida he estado escuchando, no, no… la independencia es imposible; pero si hay un referéndum y dicen venga: vamos a votar, pues se vota y ya está y si las normas que se plantean son bastante legales, pienso que aquí no se engañará a nadie. Y si es que no ocurre pues mira: mala suerte…algo hemos hecho mal o es que no tenía que suceder ahora, pero que sea implanteable eso es lo que duele y ahora se está discutiendo la educación…el recorte del Estatut, todo esto ha sido provocado por parte de lo que nos envían desde fuera; las declaraciones  del ministro Wert traerá mucha cola  pero  aun tendremos más frutos; al final nos haremos independientes gracias a ellos… ¡Si nos están ayudando un montón! Yo con el Estatut lo vi claro. Además todos los que se dedican a la educación en este país han declarado que no había ningún problema. Quienes lo han convertido en un problema son dos o tres familias afiliadas al PP que interpusieron una denuncia…es que es tan extraño. Te das cuenta que son unos lobbies de presión y prisión tan jodidos y tan estúpidos que ya no vale para nada. Es mucho más importante que te reúnas así con cuatro y te manifiestes e ir luchando con las palabras que aceptar todo ese patíbulo tan cutre de una dialéctica tan poco inteligente. Es ignorancia pura. Yo no tengo odio a España, no odio ninguna de las culturas de España. Andalucía me encanta, los gallegos, me encantan, el país Vasco me encanta, Extremadura me encanta, Segovia Cáceres, por lo tanto yo no tengo ningún problema, me gusta la gente, los oficios y tu hablas esto vale… pues ya te hablaré tu idioma.

Lo importante es el entendimiento

Claro pero eso de ir por ahí hablando en castellano…para decir…hola me pones un café, por que no pueden decir: hola em poses un cafè, ¿de verdad que es tan difícil eso? No sé. Son cosillas que lo ves que si el otro no tiene interés, no te quiere, no puedes hacer más. Pero creo que ahora como mínimo hemos recuperado dignidad y autoestima porque antes era un poco la sensación de que tú eras un bicho raro y ahora te sientes mas seguro de hablar en catalán y si el otro no entiende pues no pasa nada, se cambia y ya está pero hay que intentarlo porque si tú no lo hablas el otro nunca  lo entenderá.

Tengo entendido que el escritor brasileño Haroldo de campos te impactó…

Muchísimo. En Finismundo vi una poesía tan inteligente que flipé. Me iba como abriendo puertas de la percepción poética. Lo veo extraordinario y además juega de tal modo que parece que lo explote todo.

¿Y cómo ves la poesía de las nuevas generaciones?

Muy buena, súper sana; tenemos gente impresionante.  En catalán para mí el número uno es el Josep Pedrals. Tiene muchos poemas traducidos al castellano y se va por toda la península…

¿La traducción no te interesa?

Sí que me interesa, por ejemplo: ahora me gustaría poder traducir el Deix on dir.

¿Lo traducirías tú?

Yo misma no domino tanto el castellano para hacerlo, no,  pero la batalla inicial sí que la tengo que hacer yo y después contrastarlo con gente que domine más el idioma.

¿Crees que llegarías a más público?

Seguro que sí y me gustaría que me leyeran en Sudamérica también. Me encantaría. Además pienso que no muchas mujeres escriben una poesía así de este modo… como más dura y por consiguiente creo que es un buen espacio…esta es mi voz, mi estilo y no estoy  imitando a nadie.

Me llamó la atención el título de tu poemario: Cuántas mentiras hacen una sola verdad

Sí porque siempre tenemos la sensación de que somos tan poco francos con los otros y con uno mismo que ya parece que nada tuviera sentido. A cualquier persona yo le preguntaría siempre… bueno, vale: esto que me estás contando está bien pero háblame de ti y aquella otra persona diría cualquier otra cosa menos hablarme de ella, y yo diría: vale de acuerdo muy bien  pero insistiría: ahora háblame de ti y seguro que seguiría encontrando pretextos para no hablar.

Pasa mucho

Es dificilísimo…Y  después si uno se mira al espejo y se dices a si mismo háblame de ti, encontrará algún pretexto para no hacerlo. Pero lo importante es ser sincero con uno mismo  y seguir el hilo y decir algo, no una reflexión de cinco segundos… porque hay que tirar ese hilo sabes… pero eso es difícil, si hablas contigo mismo durante dos horas te tratan de loco y te vas a ver a alguien que te escuche y que te agarre un poco todo este hilo o te dejas ir con otras cosas.

El tema de las ideas es algo que fluye mucho cuando uno se dedica a la poesía.

Claro porque el mundo de la creatividad es un mundo exclusivamente de ideas. El mundo que compartes sería el 2 y el 3  sería cuando tú estás trabajando mentalmente para otra cosa y hay veces que uno puede estar…yo que sé, en un taller pintando y no tienes ganas de nada y pasa que te olvidas del hambre, del frío hasta que llega un momento que ya no puedes más y te vas a mear.

¿Haces otra cosa además de escribir poesía?

Estoy  en un proyecto común con un amigo pintor pero básicamente investigo cosas con la música, intento hacer poemas para algunos flamencos y cosas así pero es para ir  cultivándome en esa cultura interesante…

¿Habrá Nuria Martínez para rato?

Seguro, porque la poesía no da mucho dinero… la cosa es si lo quieres hacer o no. A mí me va muy bien, me hacen todo el caso que quiero que me hagan. Yo publico un libro y la gente que me interesa se lo pasa bien, me dicen: ole, ole. Y sé que en un momento u otro publicaré en castellano y tendré más difusión, pero no tengo prisa. Aun considero que estoy en una etapa de aprendizaje.

¿Y después qué?

Lo he pensado y me parece que seré un poco más travesti, es decir: ahora hago esto, ahora esto otro… porque quiero seguir disfrutando de lo que me pueda aportar la poesía en todos los sentidos.

Narrador, guionista y editor.

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