Coincidiendo con el Día Mundial del Turismo, un centenar de personas se han concentrado alrededor de la Catedral de Barcelona para denunciar los efectos negativos de la turistificación. Según Daniel Pardo, portavoz de la Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico, el turismo es sinónimo de emergencia climática, contaminación, explotación laboral y expulsión del vecindario. «Este día solo lo celebra quien hace negocio del empeoramiento de las condiciones de vida del resto», ha concluido.
La protesta ha comenzado con una concentración con pancartas en las escaleras de la Catedral y posteriormente los participantes han cortado la calle del Obispo durante unos minutos y han bloqueado el paso de los turistas entre la Catedral y la plaza de Sant Jaume.
Los vecinos de El Carmel también se han sumado a los actos de protesta contra el Día Mundial del Turismo y una decena de personas han ocupado las baterías antiaéreas de la colina de La Rovira. La intención de los organizadores de esta protesta es quedarse a pesar del cierre del espacio a partir de las 19.30 h, una medida que tomó el Ayuntamiento de Barcelona para evitar las avalanchas de visitantes y las fiestas ilegales.
La Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) ha vuelto a reclamar una «reconversión de la industria turística» que se traduzca en una «reducción significativa de los visitantes a ciudades como Barcelona», considerada una de las más masificadas. En un comunicado, la entidad explica que hay que repensar el modelo turístico y cree que hay que exigir al sector que sea uno de los primeros en disminuir el impacto medioambiental.
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