Algunos de los refugios climáticos de Barcelona como centros, bibliotecas o centros cívicos están cerrados en plena ola de calor. De los 227 espacios a disposición de la ciudadanía, algunos días de agosto solo hay 100 abiertos. En cuanto a las bibliotecas, sólo 12 de las 39 que hay en la ciudad están abiertas durante todo el mes. Es el caso de la biblioteca Sant Pau-Santa Creu, situada en el Raval, que ha sido cerrada la primera quincena de agosto, un hecho que ha supuesto quejas de los usuarios. «Hacen falta espacios que garanticen una cierta dignidad térmica», ha alertado Jordi, un vecino del barrio. Cerca de la mitad de este centenar de espacios disponibles en agosto son parques y jardines.

La Biblioteca de Santa Pau-Santa Creu es uno de los espacios que por ahora están a disposición de la ciudadanía del barrio. Durante la mañana de este martes, el goteo de gente entrante y saliendo ha sido constante, y dentro están prácticamente todas las sillas estaban ocupadas. De hecho, Miquel Serra, personal de apoyo de la biblioteca, ha explicado en declaraciones a la ACN que hay usuarios del barrio que han pedido que el centro permanezca abierto durante «todo el verano»: «Aquí estamos bien, tienen libros y tienen un espacio climático adecuado», ha añadido. La biblioteca ha estado cerrada las dos primeras semanas de agosto y cada sábado desde el 24 de junio, y no abrirá el fin de semana hasta el 23 de septiembre.

Los usuarios de la biblioteca señalan que apuestan por pasar los días dentro de la biblioteca porque es un espacio con un clima soportable, al contrario que los domicilios particulares. Marta, vecina del Raval y usuaria habitual de la biblioteca, admite que tiene aire acondicionado en casa, pero lamenta que no lo pone porque «las facturas se disparan». En este sentido, afirma que decide ir a la biblioteca porque «se está mucho mejor que en casa»: «Está siendo un verano duro».

Sobre el hecho de que haya refugios climáticos, entre ellos algunas bibliotecas, que cierran durante algunos días de agosto o incluso todo el mes, Marta asegura que no le parece bien: «Es el mes más difícil del año». En una la india parecida se expresa Xavier Clop, vecino de Sant Gervasi y usuario de la red de bibliotecas de Barcelona, que ha recordado que en el Raval hay mucha gente que vive y duerme en la calle, y un refugio climático «les daría cobijo».

Por su parte, el Jordi, vecino del Raval y usuario de la Biblioteca, también señala una de las problemáticas del distrito de Ciutat Vella: mucha densidad de población y viviendas pequeñas. «Hay pisos con seis personas viviendo en 40 metros cuadrados», denuncia. En este sentido, el vecino del Raval destaca la importancia de disponer de un espacio climatizado en verano y afirma que los refugios climáticos son «la solución» en un futuro: «Los pisos de Ciutat Vella tienen un sistema de aislamiento terrible, y los años van pasando y el calor aumenta».

Según información de Bibliotecas de Barcelona, solo doce bibliotecas están abiertas todo el mes de agosto y hay tres más que están abiertas desde el 16 de agosto. El resto, sin embargo, están cerrados todo el mes. Lo mismo ocurre con los centros cívicos, ya que la amplia mayoría están cerrados este mes.

El Ayuntamiento de Barcelona asegura que el 97% de la población tiene un refugio climático abierto a diez minutos a pie de casa cuando los 230 están disponibles. Por el contrario, cuando solo hay un centenar de abiertos el porcentaje de población que tiene un refugio a diez minutos caminando es del 75%.

De los 230 refugios existentes, 75 son equipamientos de proximidad -como centros cívicos, casales u otros-, 49 son parques o jardines, 39 son bibliotecas, 22 complejos deportivos, 13 escuelas y 8 guarderías. También hay un espacio refugio del CUESB. Además, hay nueve museos con espacios reservados para refrigerarse.

Fuente: ACN

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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